Cap.5

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— Mierda, parece que estoy de resaca - digo en voz alta como si alguien fuera a escucharme.

Me levanto de la cama y me miro el brazo. Me va a dejar cicatriz, seguro. Pongo los ojos en blanco desesperada y me visto con unos vaqueros negros y una sudadera blanca. Me quito la peluca y las lntillas. Salgo de mala leche de mi habitación  y me dirijo a paso ligero hacia la sala de operaciones, con un cabreo que crece por momentos. Aprieto el botón de la puerta con fuerza y la puerta se abre haciendo que todos reparen su mirada en mi. Ni si quiera me digno a mirar a los gemelos, que no apartan la mirada de mi.

— Cerrar la boca que os van a entrar moscas - digo bruscamente - hola Calum cielo.

Calum me saluda con la mano mientras me mira sorprendido. Me planto delante del jefe y le desafío con la mirada.

— ¿Donde esta?

— Le están interrogando - dice desviando la mirada de la tablet - por cierto, la cuchilla llevaba veneno, un poco mas y podría haber acabado con su vida.

— Quiero verle, le tengo que interrogar yo, he tratado con este tipo de personas y vosotros, no - digi haciendo caso omiso a lo del venenoa.

— Me da igual, ahora mismo no puedes interrogarle, eres capaz de acabar con él, además esta en buenas manos.

— ¿A quien te refieres? - digo frunciendo el ceño.

— A nosotras - dice una repelente voz.
Miro a las dos barbies que se dirigen hacia donde estoy. Me miran con superioridad, y en arco una ceja.

— Toma tio, hemos conseguido información - dice la mas mayor.

— Gracias Marina - dice sonriendola.

— Nada tío, sabes que siempre puedes contar con nosotras.

Me obligo a cerrar la boca, que ahora mismo me llega al suelo. ¿Ellas espías? Si, y yo soy la directora de los videoclips de Mayli Cyrus.

— Como se nota el enchufe - bufo lo mas alto que puedo.

— Callate niña, que somos mejor espías que tu - dice la que todavía no conozco el nombre.

— Uy, si seguro - susurra Calum lo bastante fuerte para que lo oigamos todos.

— Pues si, llevamos un año de entrenamiento - dice toda chula ella.

Me entra un ataque de risa. Un año dicen, y yo llevo desde los cuatro entrenándose para ser una de las mejores del mundo.
Me siento en la primera silla que encuentro. Ag mi cabeza, soy gilipollas.
El karma que es muy malo - di e mi subconsciente.
Touché.

— No se de que te ríes - dice Marina.

— Me río, de ti, y de ti - las señalo - cuando lleves doce años en el espionaje hablamos. Me voy a interrogar al mafioso.

— Ya le he dicho que no, Sanders - dice señor aquimandoyo.

— Ya veo que no me conoce en absoluto, llame a Benett si no me cree, pero yo nunca sigo ordenes - salgo de allí cual diva.

Pero antes de que llegue a la puerta, la voz de señor yomandoaqui me interrumpe.

— Vale, pues estas fuera de la misión.

— Ajam... Lo que usted diga, pero luego no me venga llorando para que vuelva, le va a costar mas que arrodillarse - sonrió arrogante - ahora, Calum sigue siendo mi protegido quiera o no, me cae muy bien y no le pienso dejar solo.

— Y nosotros ¿que?

— ¿De verdad te tengo que contestar Jesus?

***

Son las 4 de la mañana, y no se que coño hago levantada. Mi subconsciente me está gritando que me vuelva a la cama y que siga durmiendo, pero es que no puedo.
Hoy no he visto a Shane en todo el día, y me estoy empezando a preocupar. Camino de puntillas hasta la "cárcel" por así decirlo. Voy toda de negro y con una mascara para que nadie me roconozca. Cuando llego abro la puerta que no tienen cerrada. No se si aplaudirles o decírselo al pez gordo para que le echen a todos de aqui. Cuando llego a la celda, saco la linterna para comprobar mis sospechas. No esta. Le doy un puñetazo a la pared.

— Sigues teniendo muy mala ostia - dice una voz reconocible.

Alumbro hacia el lugar de donde proviene la voz. Joder, sigue igual de bueno que siempre.

— Tu tampoco es que hayas cambiado mucho - digo dándole un buen repaso mientras disimuladamente cojo la navaja que llevo en el trasero.

— Ya, lo se, sigo estando igual de bueno - se pasa la mano por el pelo y me mira.

— E igual de idiota - digo abalanzándose sobre él haciendo que caigamos rodando por el suelo.

Forcejeamos un rato hasta que acaba encima de mi. Me quita la navaja, y me agarra la manos por encima de la cabeza, y me presiona las piernas para que no pueda moverme.

— Oye, ahora me la devuelves, que la tengo mucho aprecio - digo haciendo un puchero.

— Pues no, no creo que te la devuelva, me la voy a quedar como recuerdo - susurra en mi oido haciendo que me estremezca - adiós Alison dentro de poco nos volveremos a ver, y lo estoy deseando. Recuerda que estas marcada - dice antes de rozar sus labios con los mios.

*Foto de Josh en galería*

Spy, defendiendo a dos idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora