Cap. 23

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Me mira con una sonrisa de suficiencia, haciéndome ver que siempre había estado detrás de todo esto. Pero no pudo hacerlo solo. El idiota este es solo un cómplice que me las va a pagar todas y cada una de las heridas con las que los chicos salgan de aquí. Porque van a salir, aunque sea lo ultimo que haga.

— Pero mira a quien tenemos aquí, que pasa gatita, ¿tan enamorada estas de estos gilipollas? - dice con asco.

Le miro a los ojos, esos tan bonitos que tiene. Pero ahora lo único que transmiten es odio y envidia. ¿Envidia por qué? No lo sé, no se que cojones esta pasando ni que tiene él que ver en esto, no lo entiendo.

— Sueltales, Alberto, Sueltales o te juro que acabaré contigo si hace falta.

— Creo que he elegido a la hermana con peor humor - dice a mi espalda, el sonido de un revolver se oye al lado de mi cabeza - aun así no me voy a arrepentir de mi decisión, porque vas a ser una chica buena, ¿verdad?

Trago saliva dificultosamente, mierda esto no estaba en mis planes, aunque claro, tampoco es que tuviera un plan.

*Narrador en tercera persona*

Alba recorre por enésima vez la parte del parque donde su hermana había desaparecido hace mas de una hora. Los nervios la pueden más de lo que debería. Estaba entrenada para esto, para que si perdía a alguien especial, no se derrumbara. Pero no podía dejar de pensar en lo que la podían estar haciendo. Rota por dentro se deja caer de rodillas al suelo. Las lágrimas recorren sus mejillas sin compasión. Ni si quiera había llorado tanto por sus padres a su muerte, y rezaba que no tuviera que llorar ahora por la de su hermana, pero es que no podía remediarlo. Aunque no lo quisiera admitir sus padres siempre habían sido muy distantes con ella, solo tenia ojos para su hermana y ella siempre quedaba en segundo plano, y como seria normal, tendría que tener asco a su hermana por acaparar toda la atención de sus padres. Pero no, la amaba con todo su corazón, siempre había sido ella la que la había ayudado y apoyado, la que la había hecho mejor persona y eso no podría olvidarlo nunca.

— Shhh, ya cielo mio, por favor no me llores mas - dice Shane que también estaba llorando.

— Mira que le dijo la sartén al cazo - dice Josh a nuestras espaldas.

— Callate nenaza, que tu también estad llorando.

Josh suelta una carcajada triste, intentado parecer que no esta tan mal como ellos. Pero le es inevitable, la persona que mas quiere esta en peligro y él no puede hacer nada, por ahora. Sabe que en cuanto encuentre el paradero de la chica, va a tener que utilizar su ultima baza, aunque no le guste utilizarla así como así. Se supone que la marca es algo que se debe respetar y amar, pero si  tenia que romper esas dos reglas por ella lo haría sin dudarlo.

— ¿Que creéis que los están haciendo? - rompe Alba el silencio.

Ninguno de los chicos se atrevía a contestar a una pregunta tan delicada como aquella. Querían no pensar en ello pero era inevitable. Sabían como era Alison, haría lo que fuera por salvar a los tres chicos que tanto quería, y que a pesar de que Josh no los conocía, solo por que ha ella le cayeran bien, seguro que eran unas grandes personas. La verdad es que era muy difícil caerle bien a Alison. Se temían lo peor pero no querían decirlo en voz alta, así parecía todo menos real.

— No lo sabemos Alba - dice Shane - pero esperemos que nada malo.

Otro eterno silencio se implanto en el aire. Había demasiada tensión, ninguno podía estar concentrado en nada que no fuera su amiga y su paradero. Intentaban unir cabos, era raro que les llamaran en el parque, donde las salidas eran reducidas para los coches y encima habían desaparecido demasiado rápido. No era imposible salir tan rápido de allí. A no ser... Una descabellada idea paso por la mente de Alba, ¿y si no habían salido del parque, y si seguían allí? No no podía ser, era imposible, si no ya lo sabrían.

— Chicos nos vamos a la sede, dicen que tienen una pista - dice Eduardo igual de preocupado que los chicos.

Los tres corren a la furgoneta sin perder tiempo, pero eso es lo único que no tienen, tiempo.

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Perdón porque sea tan corto el capitulo pero es que estoy mala y no puedo escribir mucho, aparte de que se me acerca las semanas llenas de exámenes.
Mucha suerte a las que estén como yo, besisiiis.

Spy, defendiendo a dos idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora