Cap.12

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Me vuelvo a acostar en la comoda cama. Suspiro feliz, me voy a reir mazo. Después de un rato escucho un grito proveniente de la habitación de los gemelos. Suelto una carcajada y me acomodo mas. No me preocupo de no haberlo visto, tengo una cámara grabando todo. Mi hermana gruñe por lo bajo, y se da la vuelta. Parece una ballena cuando lo hace. Pongo los ojos en blanco, no tiene remedio. Pasan los minutos y no con sigo dormirme, me siento insegura, y eso es algo que nunca me ha  pasado. Me levanto de la cama y salgo de la habitación. Con sumo cuidado, me asomo a la habitación de los gemelos para asegurarme de que duerme plácidamente, y juraría que es Dani el que ronca. Me alejo y paso a la de Shane y Calum, que me les encuentro despanzurrados, a Shane en la cama pero a Calum en el suelo. Me acerco silenciosamente a el y me meneo un poco.

— Calum, cielo despierta - digo dulcemente.

Ni puto caso, este es como yo. Le meneo un poco mas fuerte, pero sigue durmiendo. Me acerco a su oído, y le grito.

— ¡Calum!

Pega un bote y de levanta corriendo.

— Mama, lo siento por dormirme no me volvera a pasar - dice con los ojos cerrados y con voz adormilada.

Suelto una risilla y le cojo de la mano. Una vez le tengo acostado, y dormido, salgo de la habitación y miro en la de las Barbies. Aunque las odie a muerte, y tenga ganas de arrancarla todos los pelos, y cuando digo todos es TODOS, siento la necesidad de protegerlas. Todavía son muy principiantes, no saben lo que les espera. Las dos duermen como troncos y me alejo de la puerta. Bajo las escaleras a tientas ya que soy tan lista quebo me he cogido ni el móvil para alumbrarme. Cuando ya creo que estoy abajo, doy un paso en falso y caigo de bruces en el suelo.

— Me cago en el gilipollas que construyo las escaleras - susurro enfadada.

— Se llama arquitecto o obrero - dice una voz.

Me pongo en guardia y consigo derribar al individuo con solo un movimiento. Me aplaudo a mi misma y hago reverencias a un publico que solo existe en mi preiosa imaginación.
— ¿Eres gilipollas o persigues coches aparcados? - dice en tono sarcástico.

— No derribo gilipollas que caminan a hurtadillas en medio de la noche.

No le veo ya que esta todo oscuro, pero se que me mira con el ceño fruncido.

— Eres idota

— Y tu un subnormal que se pica por nada - le digo victoriosa.

De pronto me hace una zancadilla que hace que me caiga de culo. En un visto y no visto le tengo encima mía.

— Quitate Jesus, se que estoy buena pero no quiero ser violada por ti - digo intentando apartarle.

— No, no voy a dejar pasar otra vez la oportunidad - dice muy cerca de mis labios.

Suspiro.
Y entonces me viene a la mente algo que no me cuadra.

— Jesus, si tu estas aqui, ¿quien es el que esta en tu cama?

— ¿Que?

Nos quedamos quietos los dos, sin hacer ruido. Se levanta con cuidado y me ayuda a levantarme. Subimos las escaleras, yo la primera por si tengo que protegerle de algo. Cuando llegamos a la puerta de la habitación, esta medio entornada y eso que la había vuelto a cerrar. Me pongo en guardia por lo que pueda pasar y abro la puerta de golpe. Enciendo la luz, y cuando lo hago una tarta de chocolate se estrella en mi cara.
Me quito los restos de tarta que me quedaban en la mano. Jesus que esta a mi lado riéndose a carcajadas. Deja de reírse ciando le restriego los restos de tarta por su cara.

— La venganza puede ser muy dulce Oviedo - le digo sonriendo triunfante - Dani querido, ven aquí que me han entrado ganas de darte un morreo, a si por la buenas.

Le persigo por toda la habitación mientras que el correr saltando obstáculos, ya que son unos putos desorganizados.
Acabo pillándole y consigo mancharle a él también la cara.

— Umm que dulce soy y que bueno que estoy por dio' - dice chupándose el Moflete.

Jesus y yo nos reímos. Este chico no tiene remedio. El silencio, abunda en la habitación, un silencio demasiado incomodo diría yo.

— Emm bueno yo me voh a cortar ya que si no mañana... - digo caminando hacia la puerta.

— Espera, Alison, espera por favor - dice Jesus cogiendome del brazo y dándome la vuelta - ¿que paso Alison, que paso ese día?

Le miro perpleja, que él me lo pregunte...

— Estabas allí, tu mismo lo sabes y si tan mala memoria tienes preguntárselo a tu fotocopia - digo borde.

Me suelto a la fuerza de su agarre y me dispongo a salir por la puerta.

— Tanto tú como yo, sabemos que paso algo mas que no nos quieres decir, pero algún día acabaras contandomelo - dice seriamente.

Le miro un segundo, y abro la puerta.

— Lo siento, pero no comparto información con el enemigo - la cierro sin esperar una respuesta a cambio.

Spy, defendiendo a dos idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora