Cap. 20

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Mi mirada se pierde entre los bártulos del almacén. ¿De verdad estoy en peligro? Se que muchas veces corro el riesgo de morir o salir herida en cualquier misión, pero de ahí a que yo sea el objetivo...

- Nunca supiste nada, ¿verdad? - dice Eduardo sacándome de mis pensamientos.

- ¿A que te refieres? - pregunto confundida.

Padre e hijo se miran.

- Creo que ya es hora de que vayas sabiendo algunas cosas. Tienen que ver con tus padres Alison, nada es lo que parece.

Asiento desganada, sabia que había algo más pero nunca me he atrevido a preguntar. No quería que la buena imagen de mis padres se viera amenazada por la realidad, pero me he dado cuanta de que no puedo seguir engañada mucho mas tiempo.

--- Adelante, te escucho.

--- Empezaré por el principio. Tus padres y yo eramos amigos antes de que ellos se metieran en las practicas para agentes. Yo también aspiraba a ser uno de los mejores agentes del mundo, yo también quería llegar a combatir el mal por todo el mundo. Sí, no me mires así. Cuando hicimos las pruebas solo consiguieron entrar ellos, dejándome a mi abandonado a mi suerte. Era mi sueño poder entrar en la agencia, y todo se fue al garete en menos que canta un gallo. Estaba enfadado con el mundo, por lo que decidí que a partir de ese momento, yo seria el amo del mundo. Me junte con gente que no debía, y años mas tarde era uno de los mafiosos mas importantes. Un día, después de mucho tiempo sin verles, llegaron para infiltrarse en la mafia a la que yo pertenecía. En ese momento yo no era el jefe, y no tenia el control sobre la situación. Nada más verles, les reconocí. A pesar de haberme abandonado a mi suerte, no podía dejar que les hicieran daño, les apreciaba. Hice lo indecible porque no les descubrieran pero mis intentos quedaron en vano. Dos meses después de ser descubiertos - Eduardo hace una pausa, buscando las palabras adecuadas - les asesinaron Alison, les asesinaron.

Sus palabras se clavan como dagas en mi corazón. No, no puede ser verdad. Demasiado tiempo pensando en que tuvieron un fatídico accidente de coche, demasiado tiempo engañada... La rabia me consume por dentro como una llama una vela. El silencio entre nosotros se hace espeso y la temperatura de la sala baja mas de cinco grados por lo menos.

- ¿Quien sabia esto? - digo fríamente.

- Por lo que sé, tu hermana y los superiores.

- Y... ¿Y nunca hicieron nada? ¿Dejaron que ellos ganaran así, sin más?

Este asiente. Aprieto los puños y Josh pone su mano sobre mi hombro. Dejo soltar el aire que había contenido y dejo salir todo. Lloro en silencio mientras Josh me atrae hacia él, calmándome.

- No llores cielo, venga tranquila - me repite una y otra vez.

- ¿Por... Por qué vienen a por mi? ¿Qué quieren de mi? - digo entre hipitos.

- Creían que habían acabado con toda la familia Hobbs pero poco después se enteraron de que tenían dos hijas. Desde ese momento planearon como mataros, pero en cuanto os vieron, decidieron que os dejarían con vida, solo para poder sacar beneficios cuando os tuvieran en sus manos. Pero el hijo del jefe se enamoró perdidamente de ti, por lo que decidió que tu serias solo de él. Está loco por tenerte a su lado y hará todo lo que sea por conseguirte, incluso por hacer daño a la gente que quieres.

Me quedo helada al oírle decir eso. Hacerle daño a la gente que quiero... Eso quiere decir...

-¿Quieren a los gemelos solo por que tuve un pasado con ellos verdad?

Padre e hijo asienten.

- Al principio solo fueron los gemelos, pero luego secuestraron a me sobrina. Calum no estaba en nuestros planes pero se negaba a quedarse de brazos cruzados cuando la vida de su hermana estaba en juego. Nos tienen cogidos por los huevos.

Suspiro abatida, ha sido mucha información de golpe.

- Entonces el tipo de la furgoneta era de los vuestros, solo quería llevarnos con vosotros para estar a salvo.

- Efectivamente.

-Dios he sido tan tonta - digo llevándome las manos a la cabeza.

- No lo has sido, no sabías nada de esto - interviene Josh.

- Creo que deberías de volver a casa y pensar en como vamos a actuar a partir de ahora.

Asiento.

- Pero ten una cosa por segura, vamos a tener que utilizar la marca como protección no te podemos dejar a la mano de Dios.

Abro los ojos de golpe.

- Ah, no. Me niego profundamente, ya habéis echo demasiado por mi como para que también arriesgueis la vida una vez más.

***

*Narrador en tercera persona*

Los gemelos y Calum corren por la Gran Vía rezando porque nadie repare en que son los tres chicos que están revolucionando el panorama musical allá donde van. No se pueden quitar de la cabeza que su amiga pueda estar en peligro, aunque uno de ellos no piense eso. Calum sabe la verdad de todo esto, pero aun así le inquieta como va a reaccionar su amiga a todo esto. Tiene miedo de que le deja de hablar por no habérselo contado antes.
Lo que los tres chicos desconocen es que llevan siguiéndole desde que salieron de su barrio.

- Les tengo - dice el conductor del coche por teléfono.

- Cógelos, Los que juegan con fuego se acaban quemando.

El conductor sonríe, da un volantazo y les corta el paso a los tres chicos cuando cruzan la carretera. Tres hombres se bajan de la parte de atrás y meten a los chicos en la furgoneta.

Spy, defendiendo a dos idiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora