Spy, defendiendo a dos idiotas

Cap.21

--- ¡No! ¡Debiste de haberme ocultado estas cosas! - la grito enfurecida.

No se como mierdas me han encontrado pero ahora me encuentro sujetada por Josh para que no ataque a mi hermana.

--- ¿Que querías que te dijera? Ah, no cielo, nuestros padres no tuvieron un accidente, si no que los mataros unos putos mafiosos - dice intentando mantener la tranquilidad.

--- ¡Si, joder, si! Eran mis padres yo también tenia derecho a saberlo.

Hago un intento de soltarme pero Josh me agarra mas fuerte. Ahora mismo no controlo lo que hago ni lo que digo, así que agradezco tenerle detrás de mi cuidándome.

--- ¡Eres una inmadura! - me grita - lo hice para protegerte.

--- ¿Yo inmadura? Podrás llamarme lo que quieras, pero inmadura no - en serio odio que me llamen inmadura - tengo incuso mas mentalidad que tu, y por lo menos no traiciono a la única familia que me queda en el mundo.

El silencio se hace presente en la sala. Nadie dice una palabra y solo se escucha mi respiración agitada.

- Alison, yo no quise... - intenta decir mi hermana.

El sonido de la puerta la interrumpe. Eduardo aparece serio y con cara de no traer muy buenas noticias. Me da su móvil. Miro que hay un vídeo. Cuando empieza mi cara palidece. Los gemelos y Calum se encuentran en unas sillas atados, con una venda en los ojos y gritando que los suelten. Se me olvida todo, tanto que un psicópata esta enamorado de mi y solo me quiere para él, como que mi hermana y mi mejor amigo me han estado engallando durante años. Solo pienso en ellos y en los cabrones que están haciendo esto. Solo pienso en que están en peligro y que he fracasado como espía. Les deje solos y solo pensé en mi, les he traicionado, les he fallado. Mi mente se queda en blanco, y me empiezan a fallar las piernas. Caigo al suelo de rodillas, derrotada. Nunca pensé que pasaría esto. Y ya no es solo él que haya fallado en una misión. En una demasiado simple. Si no, que aunque no lo diga en voz alta les quiero mas que a nada ahora mismo.

- Mirales, indefensos, sin nadie que les ayude ni les proteja - dice la voz de un chico - les has dejado solos Alison, es tu culpa.

- ¡No es su culpa! Ella no... - me defiende Jesus, pero pronto le callan poniéndole un trapo en la boca.

- Te espero a las 4 en él lago del parque del Retiro. Ven sola.

El vídeo se corta. No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que las lágrimas caen sin control empapándome mis manos. Dejo caer la cabeza en mis rodillas y me hago un ovillo en él suelo. Abrazo él móvil con todas mis fuerzas como si así, me los fueran a devolver. Unas manos se posan en mi espalda y me acarician suavemente. Me incorporo y la abrazo. Ahora mismo me da igual que me haya mentido y que hayamos tenido la mayor pelea de nuestra vida.
- Tranquila, los encontraremos - puedo apreciar en su voz que ella también esta llorando.

Asiento y me abrazo a ella mas fuerte, pensado en que así, conseguiré que ellos vuelvan. Pero no. Cuando me separo ellos no están aquí, con esas hermosas sonrisas que tanto caracterizan a los tres. Calum no me esta mirando divertido, Dani no oculta una sonrisa mirando hacia otro lado y Jesús... Jesus no esta aquí para hacerme de rabiar, ni volverme loca. Me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ellos, son mi norte y mi soporte, mis ganas de vivir. Saber que ahora están en peligro me mata, me mata por dentro. No quiero perderlos, no puedo. Me recompongo como puedo y miro decidida a todos los que estamos en la sala.

- Me da igual lo que digáis, pienso ir.

*Narrador en tercera persona*

- Una vez más chicos - anima Calum.

Los gemelos se miran decididamente y se asienten mutuamente. Vuelven a acercase un poco mas, y Jesús, con un trozo de cristal que han encontrado en el suelo, y que lo suyo les ha costado cogerlo, intentan cortar las cuerdas. Cuando están por darlo por perdido la cuerda cae al suelo. Los chicos se sonríen y corren a desatar a su amigo. Una vez libres los tres se apresuran a abrir la puerta que gracias a dios esta abierta. Aun así, Jesús no se alegra tanto. No cree que sean tan tontos como para dejarse la puerta de esa cárcel improvisada. Cuando miran al otro lado de la puerta, un nudo se forma en él estomago de los chicos.

- Mierda - dice el pequeño de los tres - ¡cierra la puta puerta Dani!