Secretos Opuestos

CAPITULO 22

¿Su corazón está intentando hablarla? Yo tengo esa misma sensación en el mío, pero el mío está de acuerdo con mi mente, ambos se conectan para hacerme ver que realmente me gusta Ally. Incluso decir, que empiezo a enamorarme de ella.

No lo entiendo, ¿por qué no esa sensación de que es ella? Por qué enamoramiento, si de verdad ella es mi pareja, debería haberlo sentido. Quizá es porque hace poco que me he unido al mundo de los lobos, mi parte humana sigue siendo la más fuerte. Se está enamorando de la chica que se encuentra atada a una silla, a mi lado, no lo entiendo.

"Tal vez mi corazón me quiera indicar algo... si ¡eso es! Mi corazón me está hablando y me dice que escuche a mi cabeza. Lo que realmente siento es..."

- Seguís vivos, es increíble – sonríe perversamente – solo bromeaba.

Tenía que aparecer el estúpido profesor Smith en este instante, cuando estaba a punto de descubrir que siente Ally realmente.

- Con lo agradable que estaba siendo la tarde, tenía que aparecer usted y jorobarla – digo enfadado.

- A mí no me digas esas groserías niño, un respeto. Os estoy tratando bien, podríais estar pasándolo peor.

- ¿No tiene bastante con secuestrarnos, atarnos y obligarnos a ayudarle es su estúpido experimento imposible?

- ¡¡¡Pero de qué vas niña engreída!!! ¡¡¡Desagradecidos!!! Otros lo han pasado peor que vosotros, como sigáis tocándome las narices, lo pagareis caro.

- Tranquilízate dragona – agarro su mano de nuevo y la aprieto – discúlpela profesor. Está en esas fechas, ya conoce a las mujeres, están de un humor en ese estado.

- ¿Cómo? – dice sorprendida - Pero si yo no... - la tiro de las manos para indicarle que no hable.

- Mmm... está bien, lo olvidare. Volviendo a la razón por la que he venido, he pensado que esta sala está muy lejos, además estaréis cansados de estar atados y sentados. He decidido trasladaros.

- ¿Lo dice enserio? – pregunto sorprendido – nos va a sacar de este zulo.

- Si, esposarlos y llevároslos.

Nos electrocutan con la pistola, nos desatan y nos esposan, son precavidos. Nos tapan los ojos para que no veamos el camino hasta llegar a nuestro nuevo hospedaje.

Después de varios minutos caminando se paran, oímos como cierran una puerta y nos meten dentro. Nos quitan las esposas y aunque tenemos los ojos vendados, no dudamos en abalanzarnos sobre los hombres para intentar escapar, pero son como dos gorilas. Nos agarran y golpean en la tripa, caemos de rodillas, nos quitan la venda y se marchan.

Nos incorporamos para ver dónde estamos y ninguno de los dos se lo cree.

- Tiene que ser una broma – digo sin dar crédito a donde nos encontramos ahora.

- Es peor que la silla – dice dragona sin creerlo.

(Ally)

- ¿Os gusta?- dice el profesor al otro lado de la puerta - Creo que aquí vais a estar mejor.

- Es un celda, imbécil – digo enfadada.

- Sé lo que es, por eso estáis en ella.

- ¿Me puede explicar porque razón este lugar es mejor que la silla? – pregunto, tengo unas ganas de acabar con él.

- Para vosotros no sé si es mejor o peor.

- ¿Entonces? Porque dice que es mejor – preguntamos los dos a la vez.

- Es mejor para mí, estáis más cerca del laboratorio. Yo miro por mí, vosotros me dais igual, mientras me ayudéis.

- Es usted una mala persona, cuando salgamos de aquí, nos encargaremos de que reciba su merecido castigo – digo muy enfadada.

- Relájate dragona, que vas a provocar un incendio - se ríen todos a carcajadas.

- ¡¡¡Solo Logan puede llamarme así!!! – exclamo enfurecida.

- Exacto, usted no tiene ninguna autoridad para hacerlo – dice Logan defendiéndome - si vuelve a llamarla de esa forma, no dudare en arrancarla la cabeza del cuerpo con mis fauces.

- Lo que vosotros digáis. Deberías controlar esos humos, que en lugar de un incendio va a ser un volcán, dragona en erupción – se marchan todos riendo a carcajadas.

Cuando se marchan intento relajarme, lo consigo y me doy la vuelta. Veo a Logan sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared y mirándome fijamente, sonríe de lado. Nos observamos durante varios minutos, es tan atractivo. Su cabello oscuro, formando una pequeña melena, me encanta; sus ojos, esos intensos ojos esmeralda, que brillan más que nunca cuando es un lobo; su sonrisa, tan pilla como él; sus labios, tan cálidos, los he probado brevemente pero me dejaron con el deseo de probarlos otra vez. Su cuerpo es firme y desarrollado, se aprecia un poco de musculo y lo trabajado que esta. ¿Sera por lo de lobo? ¿O quizás el mismo se pone en forma? Probablemente el mismo se pusiera en forma, según me ha contado para pasar la transformación tenía que estar en forma, sino habría sido muy dura y aun así, le dolió.

Además es alto y su carácter es simpático, amable y chistoso, siempre sabe sacar una sonrisa. Pero lo que más me llama la atención y hace que vuelva a posar la vista en él, son sus labios. El beso que nos dimos fue obligado pero agradable, ¿besara tan bien como creo? No lo pude apreciar, pero me gustaría. Cuando veo que los mueve, vuelvo en mí.

- ¿Me has dicho algo? – digo con cierto rubor en mis mejillas.

- Te he preguntado qué tal estas – dice sonriendo de nuevo, adoro esa sonrisa.

- Ah – entonces recuerdo que antes de perderme en apreciar sus rasgos, me enfade con él – pues mal, estoy enfada contigo.

- ¿Conmigo? – pregunta extrañado - ¿Qué he hecho ahora?

- No has salido en mi defensa frente al estúpido profesor, se supone que eres mi amigo – entonces aparta la mirada y agacha la cabeza.

- Logan, ¿por qué no me has defendido? – pregunto enfadada – en lugar de eso me has dejado mal diciendo que estoy en "esos dias" – hago comillas con los dedos – y no es asi.

- Es complicado, no puedes comprenderlo – dice triste sin mirarme.

- No, no lo es, antes lo has hecho ¿por qué ahora no? Quiero que me lo digas.

- Olvídalo Ally, va a ser mejor dejarlo.

- Está bien, no me lo quieres decir, pues no pienso dirigirte la palabra.

- Venga Ally, no eres capaz de entender que es mejor no haberte defendido por los motivos que sean y olvidarlo, ¿no puedes hacer eso?

- No, no puedo, y lo que digo lo mantengo, no me hables, porque yo no pienso hacerlo – le doy la espalda y me voy al otro extremo.