CAPITULO 23

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(Logan)

No entiendo su reacción, es fuerte y sabe defenderse ella sola, no necesita a nadie. Además cuando la han llamado por el apodo que uso yo, he comprendido que el profesor usara lo que sabe de nosotros para amenazarnos o presionarnos y hagamos lo que él quiera, incluso si eso implica hacer daño al otro. Toda la información que consiga sobre nosotros y nuestra relación, aunque sea de amistad, se la proporcionamos nosotros hablando y preocupándonos por el otro, estamos vigilados por una cámara, la he visto aunque sea pequeña pero no sé si también captara el sonido. Da igual, si no mostramos interés entre nosotros, no podrá usarlo en nuestra contra o para amenazarnos, asi que creo que lo mejor es mantener las distancias a partir de ahora.

Dragona ha dicho que no iba a hablarme y lo está cumpliendo, sigue dándome la espalda. Quizá es mejor así, el profesor no tendrá forma de someternos si ve que nos llevamos mal, es lo mejor, aunque tenga que hacer grandes esfuerzos para no acercarme a ella. La celda no es muy grande, es de esas que en lugar de barrotes tiene una puerta de metal con ventana que es la única que tiene barrotes, cerrada por fuera. Por lo que, aunque Ally de ha ido a la otra punta, no hay mucha distancia que nos separa, pero aun asi preferiría que estuviéramos más cerca. Podría leer sus pensamientos, me conformo con ello, pero no quiero invadir su privacidad.

No me gusta verla enfadada, sobre todo si es conmigo, pero incluso enfada esta preciosa. Ella no es para mí, nunca se fijara en mí, me quedare con la imagen de su rostro y su carácter fuerte, pero he de conformarme solo con su amistad.

- Vosotros dos, necesito que vengáis conmigo un momento – irrumpe el profesor.

- ¿Qué narices quiere ahora de nosotros? – pregunta más relajada.

- En verdad solo necesito a uno, ¿quién se ofrece? – enserio cree que estamos dispuestos a ayudarlo.

- Ya veo. Coged a la chica, ella parece más convincente – entre sus hombres la esposan, la desencadenan y se la llevan.

- A no ser que quieras venir – me mira desafiante.

- No pienso ayudarle en nada mas, me da igual si me tortura o me deja encerrado durante meses, no pienso ayudarle más. Solo seré su prisionero, no el colaborador– digo con una mirada más seria de lo habitual.

- Me gusta lo seguro que eres, pero dime ¿y si torturamos a tu amiguita? ¿Cederías verdad? – me vuelve a mirar serio y amenazante.

- ¿Es una amenaza? – pregunto más serio – porque no va a funcionar, puede hacer lo que quiera, ella no es importante para mí – mantengo mi actitud seria, si quiero ayudarla no puedo decir la verdad.

- Logan, ¿cómo puedes decir eso? – veo el dolor en sus ojos, le he hecho daño.

- Lo siento mucho Ally, te he mentido – inspiro e intento mantenerme inexpresivo - ¿de verdad creías que éramos amigos? ¿Tú y yo? – trago saliva, está costando, pero he de seguir – somos totalmente opuestos, enemigos por naturaleza, detesto a... a los... - no puedo decirle eso, la voy a destrozar, pero he de hacerlo – a los chupasangre, seres gélidos que no sienten nada y matan por placer – aparto la mirada, si ve el dolor en mi expresión, sabrá que no es verdad.

(Ally)

No puedo creer lo que acabo de oír, como es posible que esas palabras hayan salido de su boca, de esos labios que tanto me gustan, pero ahora me da asco mirarlos. Me ha traicionado, y yo como una boba fijándome en él. Soy una imbécil, no aprendo, William ya me hizo daño, y yo como una idiota pensando en Logan, ahora sí que tengo motivos para odiar a los lobos.

Me voy con el profesor, ya nada importa, todo me da igual, me ha destrozado por dentro. Si salgo con vida de este maldito almacén, me encargare personalmente de matar a eso lobo con mis propias manos.

- ¿Qué se siente cuando te traicionan? – me pregunta el profesor – duele ¿verdad?

- Que sabrá usted.

- A mí también me traicionaron, una de las personas que más quería en este mundo.

- Lo siento – suspiro - la culpa es mía por hacerme amiga de un imbécil como Logan.

- Bueno, tranquila, te propongo un acuerdo – se para frente a mí – si me ayudas a conseguir el suero, y convences a los voluntarios de que no hay peligro, acabare con ese lobo. ¿Hay trato?- me extiende la mano en alto.

- No se...- no debería ni pensarlo, este hombre me ha secuestrado, me ha cogido muestras de ADN y quiere que le ayude en un experimento imposible, pero estoy tan decepcionada y enfadada – yo quiero acabar con ese lobo, usted solo me ayudara.

- Como prefieras, pero tú me ayudaras a mí, en lo que haga falta, ¿qué me dices? – sigue con la mano en alto.

- Trato hecho – me sueltan las esposas y apretamos las manos.

Secretos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora