Capitulo 1

2K 62 0
                                        

Capitulo 1:

Todos mostraban unas sonrisas ansiosas, la alegría era pura. Al fin. Al fin había llegado el campamento. Pero este año sería especial, sería nuestro último campamento, ya que el año que viene nos egresaríamos. Tal vez, quinto año no era lo más importante. Era como dar un pie, antes de llegar a sexto. Que es la puerta a una nueva vida, a ser adultos. Eso era lo más..."estresante". Estábamos tan cerca de ser adultos, pero a la vez faltaba un año. Era una cuerda floja en la que querías correr, en vez de caminar lentamente con temor a caer. Y por eso, esto era importante. Este sería uno de los últimos momentos como adolescentes que tendríamos tanto mis compañeros como yo. Y se notaba la emoción en el aire.

Miré a Alina, mi gran amiga desde que ella entró en la primaria. Su melena castaña oscura andaba suelta, y ella se sentó de tal manera que sus ojos pardos se encontraban enfrente de los míos. Ambas estábamos perfectamente arregladas, después de todo había que aprovechar que por unos días nuestros compañeros de clase podrían vernos con ropa normal, en vez de un aburrido uniforme.

-No puedo creer que al fin nos vamos de aquí- dijo mi amiga emocionada agarrando mis manos.

-Lo sé, lo malo es que dura una semana- ambas hicimos una mueca, haciéndonos reír.

-Sí...que crees que hagamos?- dijo acomodándose para poder ver a los chicos que había en el asiento de al lado.

-No sé, pero lo más seguro es que la primera noche habrá fogata. Después de todo, si no hay fogata...

-¡No hay campamento!- dijo imitando la voz gajosa de nuestra profesora, haciéndonos reír.

-Bueno chicos, pronto empezaremos el viaje, solo esperen a que subamos todos los bolsos- dijo una profesora antes de bajar a la primera planta del colectivo, todos nos quejamos.

-¡Dios, que ya quiero irme!- reclamó Alina, mirando el techo.

-Lo sé, esta siempre es la peor parte.

-¿Trajiste el celu, Cleo?- preguntó antes de agarrar mi bolso.

-Obvio que sí, y juro que me muero si no hay electricidad como la última vez.

-Hay sí, te acuerdas? Casi me muero, sin música no había vida en la carpa!- se quejó, haciéndome reír.

-Lo sé, pero creo que esta vez hay.

-¿Estás segura de que lo trajiste?- dijo no muy convencida.

-Claro que sí- le quité el bolso de las manos, y empecé a revisarlo.

-¿Enserio lo trajiste?- dijo viendo que lo buscaba, pero no lo encontraba.

-Claro, solo...es que lo tiré dentro del bolso, así que debe de estar hasta el fondo- removí la campera y todas las cosas que había traído para hacer el viaje un poco más corto.

-Haber, dame- me tendió la mano.

-No, no, deja- dije volviendo a buscar en el bolso.

No lo encontraba y empecé a desesperarme, me moría si lo había perdido. Así que empecé a sacar todo del bolso, dejándolo a un lado del asiento. Y ahí lo encontré, al final del bolso, justo en la punta. Solté un suspiro, "que susto", pensé.

-Vez aquí esta- dije sacándolo y dándoselo a mi amiga mientras volvía a tirar todo adentro.

-Que bien, alto susto el que me diste- dijo llevándose una mano al corazón, como si tratara de calmar sus latidos acelerados.

-Lo sé- dije dejando el bolso en el piso.

-Bueno chicos, ya salimos- anunció la profesora y todos celebramos gustosos.

Cazando sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora