Capitulo 16:
Lo único que escuché a mi alrededor fue el soplido del viento y mis pies avanzando entre la nieve, después de eso…solo era silencio. Así que me atreví a silbar una dulce melodía, para hacer mi caminata más amena. Mientras los minutos pasaban, me di cuenta de algo. Yo estaba en musculosa, y a pesar de que las aves se habían refugiado del invierno y las plantas estaban cubiertas por la nieve; yo estaba a gusto. Era extraño sentir el gélido hilo de la nieve contra mis manos desnudas y sentir mi piel tan cálida como si estuviera bajo el sol. Era extraño, pero agradable.
No supe cuanto tiempo estuve caminando por el bosque, solo sé que cuando llegué al árbol que buscaba, sonreí. El cazador seguía atado al mismo árbol en el que lo había dejado. Y después de mirarlo más detenidamente, dejé de sonreír. El hombre que tenía enfrente de mí, tenía la cabeza gacha, estaba congelado y seguramente estaba muerto.
Solté un gruñido de frustración y corté las sogas que lo sujetaban al árbol, con mi cuchillo, en un ataque de ira. Vi como el cuerpo cayó al piso como una tabla de madera, y cubrí mi rostro con ambas manos. Me sentía impotente y frustrada a la vez. Me froté la cara repetidas veces y después volví a ver al cazador para tratar de pensar con claridad. Miré su cuerpo congelado pensativa, y al final, sonreí.
-Así que te moriste de frío- dije divertida por la ironía de la situación.- Patético.
Con ayuda de mi pie, le di la vuelta y dejé que su espalda quedara apoyada contra la nieve. Lo inspeccioné por unos breves minutos. Definitivamente estaba muerto.
-Sinceramente hoy no es mi día de suerte- comenté al aire.- Pero…creo que aún puedes serme útil.
Solté un suspiro de cansancio y después de acomodar las sogas para arrastrar al hombre por lo brazos, así no me pesaría tanto, empecé el camino de regreso al castillo. A cada paso que daba sentía que esta sería una caminata que prometía durar el resto del día, y eso era por mi falta de ánimos para caminar. Pero a medida que veía como el sol se iba poniendo y como la luna amenazaba con salir, empecé a acelerar la marcha.
Llegué a ver el castillo cuando el sol se había ocultado totalmente y el cielo celeste empezaba a oscurecer. Me asomé por el último árbol del bosque y busqué la presencia de algún cazador; nada. Salí de mi escondite, y empecé a arrastrar al cazador hasta el castillo.
Hasta que de un segundo a otro, escuché el ruido de algo cortando el aire. Volteé hacia la derecha, que es de donde provenía el ruido. Pero en ningún momento logré distinguir lo que fue lanzado hacia mí. Solamente sentí un impacto en mis piernas, como algo se enroscaba y por último un fuerte golpe que me tiró al piso.
Caí sobre la nieve y solté un gemido de dolor y sorpresa, para después apoyarme sobre mis codos y bajar la mi vista hasta mis piernas. Rápidamente vi lo que me había golpeado: unas boleadoras. Segundos después, me atreví a dirigir la mirada a mi alrededor. Después de todo, de algún lugar debió haber sido lanzada el arma. Y lo descubrí cuando un cazador salió corriendo del interior del bosque y se dirigía directo hacia mí.
Desesperadamente volví a bajar la mirada a mis piernas y tomé la cuerda para intentar desenroscarla. Mis ojos no se apartaban del cazador, las boleadoras y el hombre muerto. No sabía que hacer. Mis manos parecían no poder desatar la cuerda y el nerviosismo hacía que mis dedos se volvieran más torpes.
Escuché un disparo y volví a levantar la mirada, no sabía cómo, pero el cazador ya estaba con una escopeta en mano. Mi impaciencia pudo conmigo, y con la idea de tener a mi asesino a tres metros de mí, logré romper la cuerda que me opresaba.
-Ya esta- dije con una sonrisa mientras me sacaba los restos de cuerda de encima.
Mis pies resbalaron por la nieve por intentar ponerme de pie y empezar a correr al mismo tiempo. Pero gracias al impulso de mis manos, logré mantener el equilibrio. Otro disparo llegó a mis oídos y noté como el cazador estaba a dos metros de mí. Así que intenté que mis piernas aceleraran, pero no logré muchas mejoras en mi velocidad. Si esa escopeta me alcanza, mi recompensa será un gran agujero en mi cuerpo, me consoló mi consciencia.
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Cazando sangre
Werwolf-¿Qué me está pasando? ¿Qué soy? ¿Qué somos todos nosotros? -Eso lo sabrá cada uno. -¿Usted tampoco es humana, verdad? -Ya no… Pero no puedo decirte lo que soy, ahora lo único que tienes que saber es que estoy aquí para protegerlos. -¿De qué? -Aún n...