Capitulo 6:
La última hora de clases era lo más aburrido en el mundo, ni siquiera entendí de lo que hablaban ya que había llegado a mitad de año. Era un hecho que tendría que pedirle los apuntes a alguna de las chicas para entender algo. Por suerte, desde el otro día en la tarde ni Keith ni Anastasia me habían dicho algo acerca de Anibal. Era como si ya no les importara, es más, incluso no habían dicho nada cuando él se sentó conmigo en clase. Bueno nada además de mostrar una sonrisa, que nunca llegó a sus ojos, pero aparte de eso, ninguna queja salió de sus bocas, algo que agradecí profundamente.
En medio de la clase sentí un codazo por parte de Anibal, y después de que me señalara con los ojos el banco que compartíamos, pude ver que en el borde de la hoja de su cuaderno había escrito algo. Tuve que acercarme un poco para ver lo que decía; por suerte estábamos en el final del aula, así que el profesor no podía vernos.
-¿QUIERES QUE VALLAMOS A ALGÚN LADO DESPUÉS DE CLASES?- decía en el borde del cuaderno.
-LO SIENTO, TENGO QUE LLAMAR A CASA- escribí en el borde de mi cuaderno.
-PERO DESPUÉS DE ESO- escribió después de borrar lo anterior.
-CON LOS CHICOS IBAMOS A IR A LA PILETA QUE HAY DETRÁS DEL CASTILLO, SI QUIERES PUEDES IR- escribí pero él negó con la cabeza.
-QUERÍA QUE HICIERAMOS ALGO SOLO TÚ Y YO- escribió.
-PERO TAMBIÉN TENGO QUE ESTAR CON MIS AMIGOS- escribí.
-Señorita Kemnis- me llamó la voz del profesor-, sé que es nueva, pero podría intentar concentrarse en la clase. Y sería bueno que usted la ayudara señorito Velasco.
-Haré el esfuerzo- dijo Anibal.
Cuando el profesor dejó de mirarnos, Anibal y yo soltamos una pequeña risa, lo suficientemente bajo para que nadie pudiera escucharnos.
-¿Velasco?- pregunté.
-¿Kemnis?- preguntó él.
-Bueno, está bien, nuestros apellidos son raros- dije con una sonrisa.
-Lo sé- dijo él acomodando la espalda en la silla.- Así que...hoy no puedes hacer nada conmigo- susurró mirando al frente.
-Nunca dije eso- corregí.- Intentaré encontrar un momento para estar contigo...además, no tienes más amigos?
-No, sos la única- dijo volteando a mirarme.
Sentí como si la respiración se me cortara al ver sus ojos sombríos, posados en mí, era la sensación más extraña que nunca antes había sentido. Era como sentir miedo, admiración y una extraña conexión con la persona que poseía esos ojos. Era algo increíble, y por alguna razón no podía dejar de verlo. Cuando él se dio cuenta que no dejaba de mirarlo fijamente, sonrió juguetón, provocando que yo me sonrojara y apartara la vista rápidamente. Escuché como él se reía y un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero extrañamente, la sensación fue agradable.
Al salir del salón, Anastasia y Keith me "secuestraron" en dirección hacia los baños. Algo que me sorprendió pero me resultó divertido al mismo tiempo. La verdad era que cada cosa que esas chicas hacían me daba risa.
-¿Algún problema?- pregunté levantando una ceja.
-¿De qué te reías tanto con Anibal?- preguntó Anastasia.
-Wow, no sabía que ahora reírse con una persona era un crimen- dije antes de sentir mis mejillas sonrojarse.- Nada.
-¿Cómo que nada?- preguntó Keith divertida.
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Cazando sangre
Werewolf-¿Qué me está pasando? ¿Qué soy? ¿Qué somos todos nosotros? -Eso lo sabrá cada uno. -¿Usted tampoco es humana, verdad? -Ya no… Pero no puedo decirte lo que soy, ahora lo único que tienes que saber es que estoy aquí para protegerlos. -¿De qué? -Aún n...