Capitulo 21

684 36 8
                                        

Si, si, lo sé, lo sé. Me tarde demasiado, pero demasiado en subir. Y la verdad tenía planeado actualizar hace bastante tiempo, pero recientemente cumplí 15 y como hice fiesta, estuve re ocupada y si le sumamos la escuela, NO TENIA TIEMPO PARA NADA!!

Pero bue,  lo siento, lo siento, y mil veces más lo siento por dejarlos con tanta intriga ya que se esta acercando el final de esta historia. Y decidí que como me ausenté bastante tiempo, voy a hacerlo un poquito más larga (o sea un cap. más ya que no hay mucha historia que agregar e.e), y espero que me disculpen. AHORA, SI SIN MÁS BLA, BLA, BLA, ESPERO QUE LO DISFRUTEN!!!!

Besos Elizabeth

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Capitulo 21:

 

-Aún no entiendo como dejaste de llorar tan pronto- sentí la mirada curiosa de Leandro.- Estabas como loca cuando se llevaron a Anibal.

-Sí, y lo mejor será que te calles, a menos que quieras que vuelva a empezar.- lo amenacé para forzarme a no derramar ni una lágrima más.

El gemelo de ojos verdes pasó los dedos por su boca como si estuviera cerrando un cierre, sonreí forzadamente. Tal vez Osian había conseguido que dejara de llorar hace un par de minutos, pero en absoluto estaba de humor para soportar las palabras de nadie.

-Yo solo agradezco que hayas logrado calmarte, o mejor dicho que Osian lo lograra- comentó la castaña.

-Gracias Keith- dije de forma irónica mientras mis manos seguían revisando todos los cajones de la cocina.

- Bueno, yo solo quiero saber qué diablos estás haciendo- se quejó David.- Nos llamaste a gritos y en todo este tiempo lo único que te vi hacer es rebuscar por toda la cocina anda saber qué cosa.

-¿Qué otra cosa puede estar buscando está chica en una cocina?- dijo con sorna Anastasia.

-Cuchillos- dijeron todos a coro con voz cansada.

Abrí un último cajón, mi última esperanza…y no encontré nada. Solté un gruñido de frustración mientras lo cerraba de un golpe. Me di la vuelta. David y Anastasia estaban apoyados sobre la encimera de mi derecha y Keith y Leandro se habían sentado sobre otra de las encimeras de mármol con el pequeño Osian entre los dos. Por un momento tropecé con la idea de Keith y Leandro mayores, casados y con un hijo. La idea me lleno de alegría pero también de angustia. Ojalá eso pudiera ocurrir algún día, ojala ese día pudiera ser un posible futuro.

-No lo encontré- dije resignada.

-Igualmente, para qué querías eso?- cuestionó el gemelo de ojos tormenta.- Sí sabes que no te dejaremos salir a pelear contra los cazadores.

-No era para mí, genio- me quejé.- Era para Keith.

-¡¿Qué?! No, espera. ¡¿Qué acabas de decir?!- gritó alterada mientras todos me miraban boquiabiertos.

-Miren, todos sabemos que Anibal es un demonio, pero lo que no saben es que los demonios solo pueden morir en luna llena.

-¿Y cómo puedes estar tan segura?- cuestionó David levantando una ceja.

-Porque lo leí, aquí. En este libro.

Le pasé el libro de “Los hijos del diablo” al gemelo y todos se acercaron a verlo. Sabía que mis amigos no creerían mis palabras, así que tuve que buscar el libro como evidencia. Y les había marcado la página dónde aparecía toda la información de cómo matar a un demonio, aunque a decir verdad, no había tenido la valentía suficiente para leerlo completo. La simple idea que tuvieran que hacer un tipo de “ritual” para castigarlo en nombre de dios, era horripilante.

Cazando sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora