Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDO

Coche volador

Los de la foto son los que serían Miranda Moon y su padre. Ya que el padre de Draco tiene mucha repercusión en su vida. Me apetecía también poner al padre de Miranda que aunque esté muerto también tiene una repercusión en la vida de Miranda. 

El extraño chofer comienza a conducir el coche por las calles de Townsville. Toma la autopista minutos más tarde y justo cuando pienso que va a seguir en dirección al aeropuerto se desvía, tomando un camino que lleva al bosque. 

- ¿Por qué vamos para allá?- pregunto entornando palabras por primera vez desde que conozco a esta tía abuela mía. 

El coche comienza a traquetear de forma un poco salvaje mientras avanzamos por el camino de tierra. Mi cuerpo se mueve al son del va y ven. 

- Ya lo verás- responde Minerva. 

Tan pronto como lo dice el coche se despeja del suelo y comienza a flotar o... volar en el aire. ¡Es una locura! ¡Los coches no vuelan! 

Muevo mis manos frenéticamente por encima de la puerta de mi lado. No encuentro la manilla de la puerta para salir a tiempo de esta cosa voladora. 

- ¿Y la manilla de la puerta?- pregunto nerviosamente mientras sigo palpando la superficie de la puerta. 

- La parte trasera no tiene manillas por seguridad- responde Minerva con actitud solemne. 

¿Seguridad? ¡¿Seguridad?! Estoy dentro de un coche volador... eso no representa ningún tipo de seguridad para mi, que digamos. 

Dejo de tocar la puerta y levanto la manga de mi chaleco para rápidamente darme un fuerte pellizco en la piel. 

¡Tiene que ser un sueño! Los coches no vuelan. ¡No todavía! 

Pellizcarme no funciona para nada por lo que me rindo y me dejo caer contra el asiento para mirar por la ventana la ciudad de Townsville en la distancia. Tan preciosa, tan azul, verde y dorada. 

El viaje no dura demasiado tiempo. A demás con la diferencia de horario llegamos a donde sea... horas antes de haber siquiera salido de Australia. Es como retroceder en el tiempo. 

El coche comienza a descender a medida que nos acercamos a algo que se parece a una casa. Puede que sea una casa o puede que sea... un matadero... porque por la arquitectura que tiene es difícil de identificar. 

El coche... ¿aterriza? suavemente en el campo frente a la casa y antes de que me de tiempo a girar la cabeza para tratar de identificar el lugar, ya hay un montón de gente saliendo del edificio. Cinco jóvenes y lo que identifico como dos padres salen por la puerta y esperan delante con los ojos abiertos de par en par tratando de averiguar de que va todo este asunto. 

- Voy a bajar del coche yo primero. Espérame aquí hasta que te lo indique- dice Minerva antes de salir del coche por su puerta como si no necesitase la manilla. 

Mi boca cae abierta mientras busco una manilla en su puerta o tal vez un botón secreto. Aunque rápidamente desvío la atención de nuevo a la familia que se encuentra allí de pie. 

Tal vez va a dejarme con ellos... pero eso no explica lo del ¡maldito coche volador! 

Mi tia abuela comienza a hablar con los allí presentes. Todos, excepto una de las chicas, tienen el pelo pelirrojo... como si fuesen zanahorias, lo cual es gracioso porque nunca he conocido a nadie pelirrojo. 

Minerva me hace una señal con la cabeza y de pronto la puerta de mi lado se abre unos centímetros. ¡Extraño! 

Salgo lentamente de la parte trasera del coche. No sé si mi chaleco de punto, mis vaqueros y mis botas van a encajar en este lugar, pero... bueno. 

Siento todos los ojos puestos en mi. Parece ser que no tuve bastante cuando todos los ojos se posaron en mi cuando entré en la policía que ahora vuelve a pasar. 

Debo de estar tan fea que atraigo demasiado la atención. 

- Esta es la hija de mi sobrina, Miranda Moon- me presenta Minerva. 

Yo sería la hija de su sobrina si su sobrina hubiese mencionado en algún momento de su vida que tenia una tía, un padre, una madre... 

Pero mi madre siempre dijo que ella era huérfana y que no tenia familia. Mientras que mi abuela por parte de padre murió cuando yo tenia ocho años y mi padre se quedó sin más familia. Lo que me haría a mi no tener familia ninguna. 

Camino hasta estar junto a Minerva frente a la familia. 

- No se parece mucho a usted profesora McGonagall- se burla uno de los gemelos, o eso creo. 

Mi cara se torna en confusion rapidamente. ¿Profesora? ¿Mi tia abuela es profesora?

Rápidamente Minerva lanza una dura mirada al chico antes de volver a concentrarse en el tema. 

- Miranda, ellos son los Weasley- explica-. Bueno, y Hermione Granger- dice señalando a la única chica con el pelo marrón y bastante encrespado. Supongo que el clima de este lugar no es el mejor... ¿Pero de qué lugar estamos hablando?- . Te vas a quedar aquí hasta el comienzo del curso- comenta.- Arthur trabaja en el ministerio, en asuntos muggles.

Creo que es mi momento de para la conversación y comenzar a hacer preguntas... pero no tengo fuerzas tan siquiera para preguntar que es muggle. Mi tía abuela continua hablando. 

- Vas a venir al colegio en el que doy clases. Confío en que tu madre te haya explicado al menos lo que es una escuela de magia y lo que se hace allí y te haya hablado de todo ese tema... 

Me siento mareada. Tanta nueva información va a hacer que me explote el cerebro. 

¿Escuela de magia? ¿Eso es lo que enseña? ¿Da clases a personas para que sepan hacer trucos de magia? ¡No entiendo nada! 

- Iras con los chicos en el tren hasta el colegio y allí ya te explicaré lo que haremos contigo. Tengo que hablar con Dumbledore antes de nada. Bueno, ellos te explicaran todo lo que quieras saber. Nos veremos en dos días. 

La maleta ya se encuentra a mi lado para cuando mi tía abuela abandona el lugar dejándome atrás. ¡Necesito saber que está pasando! ¡No entiendo nada! ¡NADA! 

- Hola, Miranda. Yo soy Molly- dice la que identifico como la posible madre de familia. La mujer me dedica una tierna sonrisa. 

- Encantada- trato de responder. 

- Yo soy Arthur- se presenta el hombre. 

Respondo con un asentimiento y me quedo allí de pie de forma muy incómoda sin saber qué hacer o decir. 

Los dos gemelos se acercan hasta mi maleta y comienza a pelearse porque los dos quieren llevarla al interior. Yo no me quejo, no hablo, no pregunto... simplemente me quedo de piedra observando y sin dar mi opinión. 

Esta no es la Miranda Moon que yo solía ser.