¡Sopresa!

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La Noche Buena y Navidad son dos días bastante aburridos pero el resto de los días son geniales. Mi casa no ha sido tocada en absoluto. Las fotos siguen colgando de las paredes y los marcos siguen en las repisas. Los muebles siguen en el mismo lugar. Lo que si pasaba era que el frigorífico y la nevera estaban vacíos, e incluso las alacenas también carecían de comida en ellas. Tuve que comprar comida, por supuesto... pero ya todo está perfecto. 

El segundo día quedé con todos mis amigos y les conté por qué me fui. Todos dijeron que ya se había enterado porque el padre de uno de mis amigos es policía y este se lo había contado a los demás. Les comento que mi tía abuela me ha trasladado al internado en Inglaterra en el que trabaja. Todos dan su opinión con respecto a los internados, aunque me da pena no poder mencionar que este específicamente no es un colegio... normal. 

Pasamos todos los días surfeando en el agua, comprando,  viendo películas en el cine, sentados simplemente en un bar tomando granizadas... esas cosas que uno hace en verano. Lo cierto es que mis amigos no empiezan las clases hasta el 25 de enero por lo que todavía tienen verano por delante, al menos un poquito. 

- ¿Allí parece Navidad?- pregunta Katy, una de mis amigas. 

- Sí, es como estar en el polo norte... o algo así. Hay nieve por todas partes y hace un frío que te mueres. 

- ¿Y qué haces para estar caliente? ¿Tienen calefacción?- pregunta Ellie. 

- Son más bien de los que utilizan chimeneas gigantes para calentar el colegio, pero lo cierto es que dentro no se está del todo mal. De hecho duermo con el pijama de verano...

- ¿El pijama ese tan sexy que te vi en el campamento de...- comienza a decir Max interrumpiéndome. 

- ¡Max!- exclamo mientras le doy un manotazo a su broceado brazo. 

Max vive a penas a cinco casas de distancia, por lo que nos hemos criado en la misma calle y hemos aprendido a nadar en la misma playa. Aunque no nos hicimos amigos hasta el instituto. Todos están entusiasmados con año nuevo. Este es el primer año que los han dejado a todos unirse a nuestra fiesta/campamento en la playa. Todos tenemos nuestros cuadernos sobre la mesa donde discutimos sobre las cosas que necesitamos, sobre quién lleva que y sobre lo más importante... quién llevará el alcohol. En realidad no nos vamos a pasar, solo estamos pensando en llevar botellines de cerveza porque no queremos acabar en la cárcel el primer día del año. 

La noche de Año Nuevo llega. Max ha llegado antes que los demás, mientras todavía era de día para hacer la fogata en la playa que hay justo detrás de mi casa. Hemos escogido mi casa porque es la única en la que no hay padres, aunque sea pura mierda el hecho de que los míos ya no estén en realidad, así podemos meter las cervezas en el congelados para enfriarlas y el baño está disponible sin que tengamos que molestar constantemente las fiestas que están llevando a cabo los demás padres en sus casa. A decir verdad nuestra fiesta es muy informal. Todos vamos en bañador o bikini y en la cabeza todos llevamos un gorro rojo de Papá Noel. La música se escucha desde el salón de mi casa. Todos están ya bailando alrededor del fuego un montón de canciones de Calvin Harris y esa gente, canciones referentes al verano... no a la navidad, pero bueno. 

Entro en casa por la puerta de cristal trasera que da a la playa. Los chicos y las chicas me han pedido que lleve ya las cervezas para allá, se están impacientando bastante. Camino con los pies descalzos sobre el suelo de madera en la oscuridad. Pero me quedo tremendamente quieta cuando escucho un fuerte sonido al otro lado del salón. Decido no preguntar quién es, porque en las películas de terror cuando eso se pregunta nadie contesta y después esa persona siempre muere. Paso de morir en Año Nuevo, gracias. Me muevo lentamente hasta toca la pared y muevo la mano hasta pulsar el interruptor.  

- ¡Oh. Dios. Mio!- exclamo mientras corro a toda prisa hasta el otro lado del salón y me tiro sin pensarlo con los brazos abiertos para abrazar a Draco. No tengo ni idea de por qué lo hago, no es como si lo hubiese abrazado alguna vez, pero es como lo siento en el momento y ni siquiera me importa si solo llevo puesto un bikini.- ¿Qué haces aquí?- pregunto frenéticamente mientras me separo de su cuerpo.- No puedo creer que estés aquí. ¿Cómo has llegado? 

- Tranquila- dice Draco entre risas.- No es para tanto. Me he aparecido... 

- Eso es... una clase o algo, ¿no? Lo he visto en los tablones- digo acercándome a él y tocando el brazo con los dedos.- Estás aquí de verdad... 

- ¿Miranda?- pregunta Max preocupado mientras entra corriendo por la puerta de cristales trasera.- ¿Estás bien? 

- Sí, sí. Es que... ha llegado otro invitado- digo girándome hacia Max. Max tiene el cuerpo de un nadador, la piel bronceada y el pelo oscuro. Lo cierto es que es muy atractivo.- ¿Tienes bañador?- pregunto ahora mirando a Draco. 

Draco responde negando con la cabeza aunque no aparta los ojos de Max. No será gay, ¿no?

- Max, ¿puedes ir a tu casa a por un bañador? Como sabes aquí no tengo ropa de chico- le pido mirándolo con ojos de corderito.  Max asiente con la cabeza y camina por nuestro lado hasta salir por la puerta de entrada. 

- No puedo quedarme mucho tiempo...- comienza a decir Draco. 

- ¿Solo por está noche?- pregunto mirándolo ahora con ojitos de cordero a él.- Lo vamos a pasar genial- le aseguro. 

Comienzo a sacar las cervezas de la nevera para ganar tiempo mientras esperamos a que vuelva Max con el bañador extra. Draco camina por el salón observando las estanterías y examinando las fotografías, obviamente estas no se mueven como las suyas... pero no me parece que eso sea muy importante. Una fotografía no se mide por su calidad, sino por el recuerdo que guarda. 

- Aquí tengo el bañador, tío- anuncia Max mientras entra por la puerta principal con un trozo de tela verde en la mano.- Si no te queda bien me avisas- dice mientras se lo entrega a Draco. Max camina hacia la isla de la cocina y me habla a mi.- ¿Me llevo esas bebidas afuera? Los demás deben estar a punto de matarse ahí fuera como no las lleve alguien ya- dice esbozando una dulce sonrisa. 

- Sí, claro. Lleva todas las que puedas... ahora llevo yo algunas. 

Me alejo de la zona de la cocina que está conectada con el resto de la casa porque es de estilo abierta y  me acerco a Draco mientras Max sale de la casa. 

- El color no puede ser más acertado- digo cuando estoy delante de él. El bañado es verde y uno de los colores de Slytherin es el verde... por lo que desde mi punto de vista tiene su gracia.- Te voy a guiar hasta el baño. 

Draco me sigue por el pequeño pasillo que da a la puerta del baño. Ese es el espacio más cerrado que tiene esta planta porque a pesar de que el comedor "formal" está en otra habitación la pared no tiene una puerta, simplemente un marco de madera. 

Espero pacientemente a que Draco salga del baño. Cuando lo hace, con el bañador ya puesto, pregunta donde puede dejar la ropa. 

- Puedes dejarla en el sofá del salón y volver para cambiarte antes de irte, nadie te la va a quitar- le digo mientras caminamos de vuelta al salón. 

Draco hace lo que le digo rápidamente y después cojo su mano y tiro de él hacia el exterior. 

- ¡Venga!- digo animadamente.- La mejor parte de la casa está fuera, no dentro. 

Y es cierto... ¿cómo puedo siquiera comparar la belleza que hay detrás de mi casa con unos simples muebles? No se puede. 





Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora