Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDO

Arreglar el estropicio

Miranda se había levantado de la cama cuando el despertador había sonado. Bueno, en realidad había rodado fuera de la cama... no tenía fuerzas para levantarse (como todas las mañanas). Le gustaba su trabajo, y la bata de doctora le sentaba bastante bien... a pesar de que ocultaba el conjunto de ropa que tan a conciencia elegía todas la mañanas. 

No le gustaba vivir en una casa sola, pero así era mucho mejor. Prefería sola que mal acompañada. No había usado la magia en mucho tiempo. Una parte de ella temía que la magia llegase a apagarse, pero otra parte se sentiría bien si eso pasaba. 

Draco la vio salir de casa. La mujer que vio ayer seguía siendo la misma. Mientras caminaba por la calle podía verse a diez metros de distancia que era una mujer con confianza en sí misma. Miranda nunca había necesitado a nadie durante su estancia en Hogwarts, de hecho incluso cuando no estaba al principio donde creía que debía estar... ella había mantenido la cabeza alta y había destacado por su belleza. 

Ni que decir tiene que los padres de Draco, pero sobretodo Lucius, estaban muy decepcionados con él. Su madre siempre había sido un poco más flexible en sus convicciones, pero aun así... Miranda no era de sangre pura, y había descubierto que tenía magia con 16 años... eso es algo poco común y da a demostrar que esa persona no será muy buen mago. Aunque en realidad Miranda demostró durante la batalla que todo el mundo estaba equivocado al pensar eso, aunque los padres de Draco no la habían visto luchar como él la vio. La chica ni siquiera necesitaba tener una varita en sus manos... Draco vio como ella mataba a un mortifago con solo usar sus manos y un movimiento de lucha muggle. Cada día se culpaba por ello. Miranda no debería haber estado allí, su tía debería haberla mandado a Australia para protegerla, pero no lo hizo... la dejó luchar. 

Espero durante al menos una hora antes de entrar en el hospital donde trabajaba Miranda y solicitar una cita con ella. Al parecer la suerte le sonreía puesto que un paciente había cancelado su cita de hoy, lo que le dejaba a Draco un hueco en el que colarse. 

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-Miranda-

Salgo de la consulta para recoger un nuevo expediente. Al parecer tengo un nuevo paciente. No es que sea algo extraño por lo que camino por el pasillo hasta llegar a la recepción donde me entregan una nueva y perfecta carpeta con un único folio dentro. Camino de vuelta a la consulta y abro la puerta mientras leo el nombre del paciente en voz alta. 

- Benos días señor...- ni siquiera pronuncio el nombre en voz alta antes de levantar la vista del papel. Draco ha crecido, evidentemente. Los rasgos de chico ya no están por ningún lado... aunque sigue teniendo el mismo color de pelo de siempre. Cierro la puerta tras de mi con un suave golpe mientras sigo observándolo atentamente. Viene muy arreglado...- ¿Qué haces aquí?- pregunto saliendo de mi estupor y caminando hasta la silla de mi escritorio. Me siento en ella y cruzo las piernas. 

- Pensé que no habíamos acabado bien las cosas la ultima vez- responde encogiéndose de hombros. 

- O sea, has venido para despedirte...- digo aventurándome.- Está bien. ¿Qué buscas mi perdón? Lo tienes, es tuyo. Ya puedes irte. 

- En realidad no venía por eso- dice casi riéndose. ¡Dios! Hay cosas que nunca cambian. 

- ¿Entonces no vienes a pedirme perdón por dejar que me clavase una espada?- pregunto a punto de perder los papeles.- ¿No vienes a disculparte por quedarte allí simplemente mirando? ¡Me dejaste allí para morir!- vocifero. 

- ¿Qué? No te dejé allí por eso. ¿Crees que si hubiese intervenido la cosa habría ido mejor? Habría sido muchísimo peor... te habrían torturado. 

Sí, claro. Porque tener una espada clavada es mucho mejor... 

- Lo hice para protegerte...- asegura-. Les hice pensar que eras una alumna que estaba en el lugar incorrecto en el momento incorrecto, para ellos fuiste solo una casualidad. 

- Atacaron la boda- declaro-. Estaba en ella y casi vuelven a hacerlo... casi me matan de nuevo. 

- ¿Por qué estabas allí?- pregunta horrorizado como si nunca se hubiese enterado de este dato. Lo ignoro. 

- Si no fuese por Viktor estaría más que muerta... 

- Viktor Krum- dice entre dientes.- ¿Estás con él? 

- ¿Qué?- pregunto abriendo los ojos.- ¡No! ¿Quién te ha dicho eso?- Draco niega con la cabeza.- Solo nos hemos carteado unas pocas veces...  -hago una pausa- ¡Pero por Dios! ¿Por qué trato tan siquiera de explicártelo? No tiene sentido- hago una pausa y le dirijo una dura mirada-. No te debo nada. 

- Estoy de acuerdo contigo. Pero no puedes negar que había algo entre nosotros... incluso antes de que todo eso pasase. No puedes negar que tuvimos un montón de buenos momentos juntos... 

- ¡Puf!- bufo.- Tampoco te pases. Nuestros momentos buenos se pueden contar con los dedos de una mano... 

- Para mi han sido un montón más... y podrían ser todavía muchos más. 

- Quieres una segunda oportunidad- descubro.- Por eso has venido...- Draco asiente brevemente.- Siento decepcionarte, pero no estoy nunca más implicada en el mundo de la magia ni nada de eso... Me rompiste el corazón cuando decidiste dejarme atrás. No me tuviste en cuenta. 

- Era un crio. ¿Qué esperabas?- pregunta dolido. 

- ¿Tú sabes lo que es la presión del grupo?- Draco parece confundido ante la pregunta.- Tú eres fácil de presionar... fácil de convencer. 

- Permíteme que te diga que tú no tanto. Pensaba que esto apenas me tomaría unos minutos... 

- ¿Y ya caería rendida a tus pies?- pregunto de pronto divertida.- Te has equivocado de Miranda en ese caso. 

- En realidad creo que estoy con la correcta-asegura.- ¿Qué dices entonces? 

- Creo que si no te doy una segunda oportunidad vas a ser del tipo mago acosador por lo que voy a responder que sí, pero es una prueba... solo una oportunidad- advierto. 

No me da tiempo a reaccionar antes de tener unos labios presionados contra los míos. ¡Joder! 

Quiero aclarar un poquito por qué la parte de Draco está en pasado. La he puesto así porque si escribo "Draco camina detrás de Miranda" Draco la observa" suena un poco a algo robotico, más que a una persona. Esa es la razón.