Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDO

Muerta en vida

Si te crees que aprender a hacer truquitos de magia es fácil y que solo consiste en ir luciendo tu varita por ahí como si fuese un complemento más de tu vestuario... ¡la llevas clara! 

¡Muerte a la magia! Todo esto es peor que cualquier examen de matemáticas en el que el profesor te dice: Juan tiene cuatro naranjas, se come una y le de la otra a su amigo. Calcula la masa del sol. 

¡Pues es todavía más difícil que eso! No quiero ni nombrar toda la terminología que existe en el mundo de las brujitas y los maguitos. Por no hablar de la mierda de recitación de palabras en latín. ¿Es qué acaso se sigue siquiera usando el latín? ¡Por favor, siglo XXI llamando! ¡Hora de modernizarse! 

El caso es que mi tía abuela quiera "ayudar" y digo "ayudar" porque según ella me está ayudando cuando me entrega una torre de libros que debo estudiar lo antes posible para aprobar. Tratando de hacer un chiste le he preguntado que pasa si no quiero aprobar... ella se ha parado y me ha lanzado una mirada que asustaría hasta a el diablo. ¡Menuda mujer! 

Lo cual se reduce a que mis tres próximas noches las pase en la sala común de Slytherin sentada frente al fugo y leyendo libros de mierda. ¡Miranda Moon nunca se ha quedado toda la noche despierta para estudiar mierdas! ¡Miranda Moon apenas lee! 

¡Por Dios! Si yo era la primera que aprovechaba cualquier día de fiesta para escaparme con mis amigos e irme a surfear en lugar de quedarme en casa estudiando. 

- ¿En serio?- gruño la tercera noche de estudios mientras veo a Draco bajar por las escaleras de la parte de los chicos. 

- Vaya, vaya. Moon la chica muggle no muggle está aquí- se mofa mientras se acerca a uno de los sillones que están junto a la chimenea. 

- Oye mira, tío. Si has venido a dar por culo, mejor me voy- digo mientras me levanto y aparto los libros de un golpe y se esparcen por el sofá. 

- ¿Adónde vas? -pregunta genuinamente preocupado mientras me acerco a la puerta de salida de la casa Slytherin o territorio Slytherin o como colchones quieras llamarlo. 

- Me voy a dar un paseo y a alejarme de ti, verte me da dolor de cabeza. 

- El efecto que causo en ti es halagador, pero está prohibido andar por los pasillos fuera del horario permitido. 

- ¿Tengo cara de que me importe?- digo señalándome la cara. 

- ¿Te crees muy importante?- pregunta levantándose de su asiento de repente. Por un momento temo que sea capaz de abalanzarse sobre mi para retenerme-. Si te pillan y te castigan nos quitaran puntos a la casa que nos alejaran más de ganar a final de curso la Copa de la Casa. 

- ¡Me da igual vuestra mierda de concurso!- chillo antes de salir y cerrar la puerta tras de mi con un fuerte portazo. 

Los pasillos son algo espeluznantes de noche. Bueno... ¡muy espeluznantes! Siento como si alguien me estuviera siguiendo allá a donde voy pero por más veces que miro a mis espaldas o incluso acelero el paso no dejo de tener esas sensación. 

Mi aliento se condensa nada más salir de mi boca, haciendo que se forme una pequeña nube blanca. Aunque apenas llevamos aquí poco más de una semana ya se nota como llega el invierno y tengo la corazonada de que aquí son mucho más fríos que en Australia. 

Mientras estoy caminando por uno de los pasillos oigo un ruido que vine desde detrás de mi. Me doy la vuelta pero no veo nada aunque sigo escuchando ruido de pasos. Creo que son más de una persona o algún ser de estos que tienen por aquí con más de dos patas. El caso es que también oigo murmullos. Volviendo la vista hacia delante comienza a correr por el pasillo pero tratando de apoyar solo la punta de mis pies. 

Me da igual que le quiten puntos a Slytherin, pero no me da igual que me pillen. 

¡Jode, joder, joder! ¡Puerta, puerta, puerta! 

Pruebo una de las puertas más cercanas. Cerrada. 

¡Mierda! ¡Puerta abierta, puerta abierta, puerta abierta! 

Encuentro otra puerta. Giro el pomo frenéticamente y entro corriendo sin saber tan siquiera donde me he metido. 

La habitación es grande y tiene tanto polvo que se podría hasta construir una casa solo hecha de polvo. En serio, todo es de color gris en vez del color original. 

- Pero que coj...- susurro mientras observo una gran manta con mucho menos polvo que está cubriendo algún objeto bastante grande. 

Camino hacia él como si estuviese andando por un campo de minas. Tener cuidado en este colegio es prioritario para una persona como yo. Nunca se sabe si de cualquier lugar puede aparecer una maldita criatura sobrenatural. 

Cojo la tela delicadamente al principio para hacerme a la idea de que es segura. Después tiro de ella sin piedad haciéndola caer al suelo con muy poca gracia porque una gran nube de polvo se levanta haciendo tener que cerrar los ojos para que todo este asunto de Miranda la exploradora no se convierta en "cuando Miranda se quedó ciega". 

Me froto los ojos justo antes de mirar el objeto. ¡Es un espejo! ¡Por qué va alguien a tapar un espejo! Tal vez alguien feo. O tal vez este maldito. 

Algo aparece reflejado en él. ¡Qué digo reflejado! Lo que aparecen son mis padres. 

- ¡Ahhh!- chillo mientras doy un salto hacia detrás. 

Serán fantasmas o algo.... No puede ser. Yo ya he visto fantasmas vagando por los pasillos de la escuela y son de lo más majo que hay en el mundo. Desde luego mejores que muchas personas. 

¡Tal vez sea un espejo que se puede atravesar y me lleva hasta ellos! 

Camino directamente hacia el espejo para poder atravesarlo sin pensármelo dos veces y esperando que este se convierta en una especie de masita o gelatina que me deje pasar. Pero en vez de eso lo que pasa es... 

- ¡Joder!- chillo mientras me llevo una mano a mi frente.

Observo más detenidamente a mis padres mientras me froto la frente con la palma de mi mano. Están diferentes... Son ellos de eso no cabe duda, pero mi madre porta su guitarra colgada de su hombro y mi padre viste su ya muy conocido traje de chaqueta. Los dos sonríen haciéndoles parecer felices. 

¡Tal vez sea un espejo para comunicarse con los muertos!