Blaise el acosador

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Lo de ayer no fue una cita romántica, no fue una cita en absoluto. Draco y yo solo fuimos dos personas compartiendo una lata de bombones y una botella de champagne mientras pensábamos en nuestras propias mierdas y hablábamos un poco para matar el tiempo. 

Fue interesante, al menos puedo admitir eso. Fue interesante no estar peleándonos durante al menos una noche. Fue interesante escuchar sus preguntas y respuestas. Fue interesante no sentir que era la lepra social de este colegio. 

La vida es una mierda. Pero es justa porque es igual de injusta con todo el mundo. Todo el mundo tiene sus mierdas y yo no puedo ir por ahí diciendo que mis problemas son más importantes que los de los demás, cuando no es verdad. 

Unos segundos después de levantarme de la cama comienzo a marearme un poco. ¡Genial! Durante unos segundos, los que tardo en ponerme el uniforme, me planteo si fue una buena idea eso de beber champagne. Niego con la cabeza y esbozo una sonrisa. Beber champagne es la mejor cosa que he hecho desde que estoy aquí. 

En el desayuno Draco se sienta unas cuantas personas más allá. No me importaría en absoluto si no fuera porque quien se sienta frente a mi es Pansy (la cerdito) quien no deja de lanzarme miraditas todo el rato como si estuviese enamorada de mi o algo así, y precisamente no creo que este enamorada de mi... creo que está enamorada de Draco. 

Los adolescentes de hoy en día ya no son lo que eran antes. Supongo que esa es la frase que diría Minerva en este momento. 

Me concentro en mi desayuno y paso de Pansy y de Draco. Paso de ellos y de sus problemas sentimentales, sus flechazos y sus amores platónicos. Ya tengo suficiente con mi vida como para ocuparme de las demás. 

Camino por los pasillos hasta la primera de mis clases cuando un Blaise algo acelerado se acerca por mi lado. 

- ¿Te vienes a estudiar al lago esta tarde conmigo?- pregunta mientras trata de seguir mi paso rápido. 

Tener piernas de modelo solo sirve para una cosa, para caminar más deprisa. 

- Eh... creía que no te interesaba. Sé de rumores que te tachan de racista... al estilo mago. No me va ningún tipo de racista, ni mago ni no mago. 

- ¿Eso es un sí?- pregunta parándose frente a mi y haciéndome chocar con su cuerpo. 

- Te acabo de llamar racista, ¿te das cuenta de eso?- pregunto levantando las cejas.  

- Me importa que me llamen racista lo mismo que a ti te importa que llamen muggle- dice encogiéndose de hombros como si pasara de los demás. ¡Perfecto, un pasota en potencia! Justo mi tipo ¡Joder! 

- Sí, tienes razón me importa una...- paro justo cuando veo a mi tía abuela pasar junto a nosotros y echarnos una mirada mortal- mierda lo que opine la gente. Pero paso. Tendrás que probar suerte en otro momento. 

- No voy a estar esperando siempre- dice desafiante. Se nota que debajo de toda esa fachada se siente ofendido, es normal, acaba de ser rechazado por una muggle que ya no es muggle, pero como he dicho antes me importa una mierda. Yo también soy bastante pasota. 

- Ni esperes que yo me pase toda la noche llorando. Lo bueno se hace esperar y quien espera desespera así que respira hondo, machote.- digo antes de esquivarlo y seguir mi camino. 

Si en algo es buena Miranda Moon es en ser una chica fuerte e independiente. No necesito un chico a mi lado al que llorarle, aunque eso no quita que no me importaría tener a alguien en algún momento. Pero... por ahora estoy bien. 

- ¿Qué tal Moon?- pregunta Malfoy mientras llego a su lado en la clase de pociones. 

- Bien- respondo mientras dejo mi libro en la mesa y observo lo que Draco está mirando. 

Sigo su mirada hasta encontrarme con la de Blaise. 

- ¿Qué le pasa a Blaise?- pregunta un poco para si mismo. 

- Creo que no le gusta que le den calabazas- respondo encogiéndome de hombros como quien no quiere la cosa. 

- ¿Le han dado calabazas?- pregunta sorprendido mientras el profesor Slughorn comienza su discursito. 

- Le he dado calabazas- aclaro orgullosamente. 

- ¿Otra vez?- pregunta entrecerrando los ojos hacia mi. 

- Sí, parece que no se cansa. Es como un acosador particular. No sé que tiene conmigo, en serio. Está obsesionado... ni siquiera encajo dentro de su criterio racista. No soy... ¿cómo lo llamáis? 

- Sangre pura. Puede que tu sangre no sea de su tipo... pero tu cuerpo... 

Sin pensarlo ni un segundo le arreo un puñetazo en el brazo que seguro que duele como el demonio. Draco hace una mueca y lanza su mano al lugar donde ha recibido el puñetazo. 

- A mi cuerpo no le pasa nada, y a él no le gusta mi físico tampoco. ¿Te queda claro?- pregunto amenazante.- Él está obsesionado porque soy la chica nueva. Estoy segura de que ya está aburrido de ver a las mismas chicas todos los años... es solo eso.  

- Tus amenazas no funcionan conmigo- dice secamente. De verdad que me lo creo, creo que una amenaza mía sería la ultima de sus mierdas. 

- ¿Y más puñetazos? Sabes que soy la que menos tiene que perder de todo este colegio- aseguro. 

Es cierto en todas las formas posibles. Estoy sola en este mundo, en un colegio que no me gusta y viviendo una vida a la que no pertenezco. No tengo nada que perder porque no tengo nada que valga la pena mantener. 

- Eres un poco agresiva y bastante determinada- admite.- Robar esa comida ayer fue un acto que requiere mucha ambición y determinación. Sin duda eres una Slytherin. 

- Para mi que digas que soy una Slytherin es como si me hubieses dicho el nombre de cualquier otra casa. No significa nada para mí- escupo antes de tomar mi libro de la mesa y salir de la clase. 







Miranda's Unknown Secret (Draco Malfoy) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora