Cuando al otro día la vi en los ensayos, una sensación de alegría me inundó de pies a cabeza. Que no me importaba ahora lo que Derek había hecho. No, de verdad. Me vale una mierda. Todo lo que quiero es recuperarla. Como sea, de cualquier modo.
—Este, ¿_______? —la llamé.
Ella puso los ojos en blanco, habló unas palabras con unas chicas y caminó hacia mí.
— ¿Qué? —me espetó.
Au, tranquila.
—He pensado las cosas. Las he pensado bien, nena. He pasado toda la noche pensando y pensando —tomé su mano y le sonreí—. Me asusta perderte, mucho, pero más me asusta perderlos. A los dos. A ti y a nuestro hijo.
________ se derritió, mirándome con aquella mirada tan llena de amor que me derritió a mí entero.
— ¿De verdad? —su voz tenía un deje de emoción—. ¿Lo dices enserio? ¿Totalmente?
Asentí nervioso.
—Sí, nena. Sé que no me he portado como el más responsable de los hombres últimamente, pero los amo demasiado como para perderlos. Quiero casarme contigo cuando acabemos la gira ¿Aceptas?
________ soltó un gritito. Dio un saltito donde estaba y se lanzó a mis brazos. La abracé lo más fuerte que pude, aferrándome a ella. El calor de nuestros cuerpos me llenó de paz, pero no era suficiente. Yo sabía lo que ________ esperaba. Ella no quería una vida como la que ella tuvo: con un padre irresponsable y despreocupado y una madre que accedía a lo que fuera con tal de no estar sola. Yo iba a darle la familia que ella quería, aunque para ello deba cambiar todo lo que soy. Seré ese hombre que ella necesita, cueste lo que cueste.
—Te amo, nena —inhalé el olor de su pelo—. Voy a cambiar, ________. Por ti. Totalmente. Pero tenme paciencia, cielo. No es fácil desprenderme de lo que soy.
________ juntó nuestros labios en un beso caliente, ardiente y lleno de deseo.
—Lo sé, Justin. Seré paciente —sonrió. Uh, amaba su sonrisa—. Te amo, Bieber.
—Yo a ti —le di un beso largo—. Hay que trabajar.
Ella se puso derecha en cuestión de segundos. Se acomodó la ropa deportiva y me sonrió coqueta. Fruncí el ceño.
— ¿Puedes bailar en tu estado?
—El ginecólogo me dijo que debía dejar el baile por un tiempo, para evitar riesgos.
Chasqueé la lengua.
—Entonces no, ________. Dejarás de bailar.
________ hizo un puchero.
—Tengo un contrato, Bieber.
—Oh, no te preocupes por eso. No voy a demandarte por no cumplirlo, nena.
—Pero…
—Sh… —la atraje hacia mí—. Quedas despedida, preciosa. Serás recontratada cuando el pequeño monstruo que llevas dentro te lo permita. Por ahora te convendría quedarte cerca mientras ensayamos, porque pienso llevarte de vuelta a mi departamento. No a vivir. Sino a buscar mis cosas.
________ frunció el ceño.
— ¿Y eso por qué?
—Uh, porque tú y yo nos iremos a vivir a un departamento. Solitos, para poder hacer el amor todo el día sin que nos molesten.
________ se ruborizó.
—Uh, nena —acaricié su rostro—. Me enamoro más de ti cuando te sonrojas.
Si me sentía tan feliz y completo, ¿por qué tenía el presentimiento de que no sería así?
DEN ME GUSTA, POR FAVOR.