Capitulo Siete

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—Listo —dije mientras cerraba la maleta.

_________ tenía la otra en sus manos, mirando melancólica la habitación.

— ¿Qué tienes, nena?

Sonrió tímida.

—He vivido en esta habitación contigo desde hace un año —se encogió de hombros—. No lo sé, me da sentimiento irme. 

—Piénsalo de esta manera: nos iremos a un espacio solo para ti y para mí —sonreí—. Oh, y el bebé.

_________ suspiró.

—Tienes razón —soltó una risilla—. ¿Cuándo le vamos a decir a papá?

Gemí de frustración.

—Mierda. Mierda. Mierda. Tu padre, ________ ¡Tu padre! 

Soltó una carcajada.

—No te burles. Tu padre va a matarme, ________. Mierda, me matará cuando sepa que te dejé embarazada.

—Pero vas a casarte conmigo —movió las pestañas rápidamente, coqueta—. Podemos decirle después de la boda. Mm, no. Mejor después de la luna de miel.

— ¿Segura? ¿Cuándo se te empieza a notar el embarazo?

—Después de los tres meses —sonrió—. No te preocupes, Justin. Papá no tiene porqué enterarse hasta que estemos casados.

Suspiré tranquilo.

—Falta menos de dos semanas para terminar la gira. ¿Deberíamos empezar a planear la boda ahora o cuando termine la gira?

—Oh, Justin. Tienes mucho trabajo con lo de la gira. Podríamos planearla luego, cuando la termines.

Mm…Por eso amo a esta mujer.

—Bueno, ya. Tenemos que irnos ¿Dónde te está quedando?

Se mordió el labio.

—Con mis padres.

Eché la cabeza hacia atrás mientras resoplaba por la frustración.

—Algo me dice que tu padre me va a putear con ganas.

________ soltó una carcajada.

—Acaba de hacer aparición el Justin Bieber que me acosaba una y otra vez.

Le sonreí burlón.

—Sí, pero ese que te acosaba tuvo que soportar las mil pruebas que tu padre me ordenó pasar: vestir bien, hablar correctamente, tratarte divinamente ¡Ah! Y no olvidar que pensó que no iba a durar mucho de cantante. No, espera ¡Lo peor fue cuando se enteró que trabajabas para mí como bailarina! Acéptalo, nena. Tu padre y yo no nos llevamos bien del todo.

—Bueno, Derek y yo no nos llevamos muy bien tampoco y seguimos juntos. 

—Au. Golpe bajo.

La oí suspirar.

—Justin, ¿qué haremos con Derek?

— ¿A qué te refieres?

—Ustedes son hermanos. Gemelos. No pueden pasarse toda la vida peleados.

—Ya es problema de él, nena. Ni siquiera se ha tomado el tiempo de conocerte.

— ¡Es que yo tampoco se lo he permitido! Tu hermano es tan…arisco.

Le sonreí burlón.

— ¿Y no fue así como me conociste?

—Sí, pero esto es distinto. Yo a ti te amo y te ganaste lentamente mi amor, Derek no. Derek todo el tiempo me repela.

En ese mismo instante la puerta del departamento se abrió. Oh, mierda. Derek venía con un cigarrillo encendido y la mirada en el suelo. Al vernos se puso serio.

— ¿Qué? —me espetó. Luego vio las maletas—. Ah, tu novia regresa.

Tragué saliva.

—No, Derek. Me voy. Iré a vivir con ella.

Los ojos de Derek se oscurecieron.

—Ah.

Absorbió una bocanada de humo.

—Tengo que decirles algo antes de que se marchen. 

Volvió a absorber una bocanada de aire.

—Hace dos meses ________ llegó tarde y Justin había salido —Derek miró a ________—. Esa noche te acostaste conmigo, encanto. No con Justin.

DEN ME GUSTA, POR FAVOR.

El gemeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora