Epílogo«3
—Quédate así, nena —le dije.
El calor de su cuerpo me embriagó. Ella gimoteó, a medida que deslizaba la palma de mi mano por su trasero desnudo.
—Te deseo —murmuró contra mi boca.
Ella estaba sobre mí; yo, dentro de ella.
—Muévete, nena —mordisqueé su labio—. Hazme tú el amor.
_________ presionó ambas manos sobre mis hombros y empezó a moverse. Lentamente, luego ella le fue aumentando el ritmo. El deseo me palpitaba en la sangre.
—Tenemos mucho tiempo que reponer, nena —murmuré excitado—. Nos debemos muchos orgasmos.
—Sí —gimió—. Uh, Justin.
Su boca formó una perfecta ‘o’ cuando llegó al orgasmo. El cuerpo entero se me estremeció y me vine con ella.
—Madre Santa, ________ —mordisqueé su cuello—. No duro nada contigo. Apenas estoy dentro de ti, llego al orgasmo.
________ soltó una risita cansada. Se desplomó sobre mí y acarició su nariz con la mía.
—Feliz cumpleaños, Bieber.
Sonreí.
—Es el primer cumpleaños que paso casado —acaricié su trasero—. Se siente maravilloso.
Gimió. Noté como el placer palpitaba de nuevo en mi miembro.
—Por Dios —jadeó—. ¿Segundo asalto?
Le sonreí. El llanto de un bebé rompió con el silencio.
—Oh-Oh —rio—. Alguien te llama
Un segundo llanto se escuchó en la habitación.
—Uh —sonreí—. Creo que nos llaman a los dos.
Chocamos nuestras bocas y nos pusimos en pie. Yo sólo me puse un bóxer. _________ se puso la bata de baño con la que la había tomado infraganti antes de llevarla directo a la cama. Nos dirigimos a la habitación de los gemelos. Mitad rosa, mitad azul.
— ¿Qué tienes, Jason? —canturreó cuando tomó al niño.
Sonreí enternecido mientras tomaba en brazos a mi pequeña Natasha.
—Hola, mi niña —rosé mi pulgar contra su diminuta nariz—. ¿Tienes hambre, mi cielo?
—Dame a Natasha —dijo ________—. Jason tiene sueño ¿Lo puedes dormir?
—Claro, nena —nos intercambiamos a los niños—. Hola, campeón.
Observé a ________ abrirse la bata, para amamantar a la niña. Los gemelos apenas tenían tres meses. En estos tres meses apenas hemos podido dormir, pero juro por Dios que ha sido la experiencia más hermosa de toda mi vida. _________ como madre era un ángel. Y yo era el hombre más feliz, llevándola del brazo todo el tiempo, presumiéndole al mundo la encantadora mujer que era mi esposa.
—Tengo dos regalos para ti —habló en voz baja—. El segundo lo diremos Julie y yo al mismo tiempo —sonrió—. Es una sorpresa para ambos.
Oh, cierto. Julie, mi querida cuñada. Después de que ella y Derek se conocieran en el hospital, mi gemelo no había dejado de visitarla, darle detallitos, enviarle mensajes cursis y llevar a cenar a lugares encantadores. Ver a Derek enamorado era la cosa más rara, pero admito que era cautivador y tierno.
Un par de horas más tarde, luego de que durmiéramos a los niños, ________ y yo caminábamos por el jardín saludando a los invitados de la fiesta de cumpleaños de los gemelos Bieber. Saludé a mamá en cuanto la vi.