Capítulo veintiocho

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Capítulo final || Parte Uno «3

No sabía si sentirme emocionado por verlo vivo, molesto con ________ por haber besado a Collins o simplemente feliz de que ambos estaban a salvo. Collins se debatía entre estar asustado o frustrado. ________ y Derek le apuntaban con un arma.

—Creí haberte matado —murmuró él.

Derek le sonrió y presionó su mano en el estómago. Sangre.

—Sólo me heriste. Necesitas algo más para matarme —miró fijamente a _________—. Apártate.

En el preciso momento que ella bajó el arma y se apartó un poco, Collins se lanzó contra ella. Le quitó el arma, enroscó su brazo en su cuello y presionó el arma contra su cabeza. Noté que Derek luchaba entre bajar el arma o apuntarle.

—Si no quitas esa puta arma de mi vista, te juro que no tendré problemas en tirar del gatillo —sentenció él. 

Derek no bajó el arma.

—Le dispararas de todas maneras —agitó los hombros—. Si no es a ella, es a mí. Sino, a mi hermano ¿Por qué no la bajas tú?

Deslizó el arma hasta el vientre de _________. Ella gritó.

—Si no es a ninguno de los tres, ¿qué les parece al bebé? Una sola bala y se acaba todo.

—Baja el arma, Derek —le supliqué—. Por favor, bájala.

Derek bajó el arma lentamente. Collins sonrió.

—Eso es, muy bien —besó a _________ en la mejilla—. ¿Algo que quieras decirle a los Bieber antes de irnos, cariño?

Abrió los ojos como platos.

—No voy a irme contigo —sentenció con voz temblorosa.

—Sí que lo harás, mi amor. Tú y yo volveremos a ser felices. Juntos.

—No, Collins —ella se quejó—. No quiero.

Collins soltó una maldición y la apretó con fuerza por el vientre.

—Quieras o no, vas a venir conmigo —pasó la lengua por su mejilla. ________ hizo una mueca de asco—. Muero por probarte, cariño. Debes saber deliciosamente.

—Cerdo —murmuró entre dientes—. Tendrás que quedarte con las ganas.

Collins gruñó y rompió de un tirón su camisa. ________ no llevaba sujetador. Estaba desnuda de cintura para arriba. Derek y yo dimos un paso al unísono para detenerlo, pero soltó dos disparos en nuestra dirección, a nuestros pies. Observó con ira el tatuaje con mi nombre bajo su pecho izquierdo.

— ¿Te tatuaste su nombre? —gruñó—. ¡Te tatuaste su puto nombre!

— ¡Sí! —gritó—. Sólo le pertenezco a él, Collins. A Justin. NO hay nada que puedas hacer para cambiarlo.

La apuntó con el arma.

—Yo sé una manera, cariño. Una definitiva y muy efectiva.

________ chilló y trató de apartarse. Observé a penas consciente, paralizado del miedo, como Derek tomaba el arma entre sus manos y le apuntaba.

—Dispara y yo también lo haré.

Collins sonrió, sin mirarlo.

—Si disparo, ella y el bebé mueren. Me da la misma mierda si muero yo. Justin y ________ no volverían a estar juntos.

—No estés tan seguro.

Collins soltó una carcajada y tomó a ________ del pelo. Ella forcejeó y cayó al suelo. Hizo una mueca de dolor, presionándose el vientre. Oh. No. Por favor, no. Sin embargo, Collins continuaba apuntándole.

—Aléjate de ella —sentenció Derek—. Ahora. 

— ¿Te crees muy valiente, eh? Que tengas un arma no te hace mejor. ¿Sabes manejarla, pequeño Bieber?

— ¿Quieres probar?

Collins apuntó a Derek con el arma. No, por favor…

—Piensas que te tengo miedo, ¿eh? No, Derek. Nunca te tuve miedo. Ni siquiera con un arma.

—Yo tampoco te lo tengo, pequeño inútil.

Hizo una mueca de burla.

—Si te crees tan valiente, ¿por qué no me disparas?

Derek permaneció en silencio, apuntándole.

—Tienes miedo a apretar el gatillo, ¿pequeño? —soltó una carcajada—. Sólo sabes decir palabras sueltas. 

Derek no respondió. Collins lo miró desafiante, totalmente fuera de sí.

—Veamos quien dispara primero —siseó.

Collins apretó el gatillo, pero antes de escucharse el disparo cayó al suelo de rodillas. La expresión en sus ojos era el del más vivo dolor.

—Son. Unos. Hijos de. Puta.

Se desplomó en el suelo, convulsionando. Derek se le acercó, apuntándole.

—Eh, Collins —le dijo—. Yo también soy bueno con las armas.

Y le disparó, montándolo. Un hilo frío me recorrió por la espalda. Me desplomé junto a ________, que se quejaba de dolor, y coloqué su cabeza sobre mis piernas.

—Aguanta, nena —tanteé mis bolsillos—. No tengo un celular ¡Hay que llamar una ambulancia.

Derek se acercó con el rostro ceniciento.

—Yo —balbuceó—. Yo buscaré u-un… —suspiró—. Llamaré a una ambulancia.

Luego se marchó. Acaricié el cabello de _________ y vi sus ojos llenos de lágrimas.

—P-perdóname por b-besar a Collins —gimoteó—. Tenía que d-distraerlo.

Tragué saliva.

—Verlo fue terrible —admití—. Llegué a pensar que de verdad tú…

Las palabras se quedaron danzando en el aire. _________ sonrió con pena.

—Lo sé, lo siento —estiró las manos para cubrirse los pechos—. Hace frío.

—Sh, nena. Resiste.

—No lo quiero perder —volvió a gimotear—. No lo quiero perder.

—No lo vas a perder, te lo juro. Aguanta, cariño. Por favor, aguanta.




DEN ME GUSTA, POR FAVOR.

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