-Firma el permiso, mierda -________ suspiró-. No me gustan los hospitales.
Le sonreí burlón.
-Si te quedaras quieta y me dejaras terminar de ayudarte a vestir, estuviese en este momento firmándote el permiso.
________ se quejó, pero me ayudó a ponerte el vestido cuidadosamente.
-Ya está -tomé su rostro entre mis manos y la besé-. A veces es bueno obedecer y quedarse quieta.
________ suspiró y se inclinó hacia adelante para que la besara. La puerta de la habitación se abrió, interrumpiéndonos. Era la enfermera. Vaya mierda, pues.
-Vengo a revisar el estado de la paciente -extendió una hoja amarilla hacia mí, la cual tomé-. Es el permiso del hospital.
Mientras llenaba y firmaba el permiso, la enfermera revisó una vez más a _________. Debe haberla encontrado, entre todas las cosas, bien porque nos dejó marchar.
-Recuerde las indicaciones que le di.
Asentí, lo que no debió haberle caído muy bien porque me fulminó con la mirada. Pasé el brazo por su cintura y la atraje con cuidado hacia mí. Caminamos muy lentamente hasta los ascensores y presioné el botón.
- ¿A dónde vamos? -me preguntó.
-Al departamento que compramos, claro.
- ¿Ya no vas a quedarte con Derek?
Me estremecí.
- ¿Qué sucedió?
-Derek y yo nos peleamos -le sonreí triste-. Ya no nos vamos a hablar.
-Pero ustedes son gemelos, Justin. Siempre han...
-Pues resulta que mi gemelo ha estado asociado con tu ex para separarnos. No, _______. No puedo estar cerca de alguien que quiere separarme de mi chica. Tú y yo vamos a vivir juntos. Tenemos planes.
Ella sonrió abiertamente.
- ¿Te han dicho que puedes ser el tipo más romántico?
Las puertas del ascensor se abrieron. Los dos entramos con mucho cuidado.
-Puedo hacerlo porque puedo -le besé el pelo- y porque tengo a la chica más dulce, adorable, sexy, ardiente, sensual...
-Ya. Entendido.
Le sonreí burlón.
-Mientras dormías, estuve pensando en unas cosas.
- ¿Cuáles?
Hice una mueca.
-Como, por ejemplo, que tu padre ya debe saber que estás embarazada.
Los ojos de _______ se abrieron de golpe.
-Oh, mierda.
-Tu padre me matará. O como mínimo me dará la paliza de mi vida.
-Yo puedo hablar con él para...
-Hablar con él te va a alterar -la besé- y es lo menos que puedes hacer. Déjame hablar con él.
-Pero, ¡te matará!
-Ya, mensaje recibido. Pero déjamelo a mí: es mi hijo el que llevas en el vientre.
-Puedes ser un abogado e igualmente te partirá la cara -protestó.
-Evítame la pena de saber que de una u otra forma tu padre va a dejarme totalmente jodido, nena.
-Pero es que papá.... -ella suspiró-. A papá lo que le importa es que la familia y sus amigos sigan pensando que soy, pues, virgen ¿Entiendes?
Le sonreí coqueto.
-Tú padre ni se imagina todas las cosas que te he hecho.
Ella sonrió burlona.
-Ni lo bien que te salen -dijo ella antes de besarme.
DEN ME GUSTA, POR FAVOR.