Capítulo 3.

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Una ola de nerviosismo recorrió completamente todo mi ser.
-¿Sí?-Dije con un tono de ilusión en mi voz.
-Creo que esto es tuyo.-Dijo mientras me daba unas llaves con un pequeño llavero de la WWE.
Sentí un poco de decepción, aunque ¿qué pensaba? ¿qué me pediría ser su esposa? Tengo que dejar de pensar como si fuera una princesa y como si esto fuera un mundo mágico de luz y color.
-Oh, muchas gracias. Bueno mejor me voy de aquí ya que el autobús tiene que estar a punto de llegar.-Dije mientras observaba mi reloj e intentaba no parecer una borde.
-No te preocupes. Si quieres te llevo yo.
-¿Qué? No. Bastantes problemas he dado hoy. Gracias pero no.-Pronunciaba estas palabras mientras cerraba la puerta en las narices de John Cena.
Me dirigí hacia la parada de autobuses rezando que no se hubiera adelantado como hacía algunas veces. Me senté en el banco de metal y mientras observaba mi alrededor, pensaba en todos los momentos que había vivido durante el día. Sonreí al recordar la escena de las escobas, y sobre todo la hermosa sonrisa de John.
-Hey fugitiva.
Levanté la vista malhumorada ante aquel comentario, pero mi rostro se relajó al ver quien era. Ante mí tenía a Cena montado en su precioso coche. Sentí mis mejillas arder ante tal Dios griego, desde siempre había sido mi debilidad.
-Oh vamos Emily. Móntate y no seas idiota.
Me mordí el labio inferior y sin pensarlo más me monte en el asiento del copiloto.
~
Desde que me había montado no había podido evitar mirarle cada dos minutos. El sonido de su respiración me relajaba de una manera majestuosa e increíble. De vez en cuando tarareaba alguna canción que sonaba en la radio mientras la acompañaba con pequeños golpes en el volante. Se veía feliz y sin preocupaciones, y eso hacía que se estremeciera hasta mi interior. Tras mis indicaciones llegamos a la puerta de mi edificio. Apagó el motor del coche y su cuerpo se giró para mirarme.
-Bueno...,yo..., vivo aquí.
-Bonito lugar para vivir.
-Sí, em..., bueno yo me marcho ya. Muchísimas gracias por traerme.
No le dejé terminar la frase cuando ya había cerrado la puerta del coche. ¿Qué estaba sintiendo? Algo en mi interior comenzó a dar señales de vida y eso no era nada bueno.
~
Tras una larga noche de sueños raros y momentos en vela, el maldito despertador hundió mi momento de sueño. Lo lancé al suelo cesando así su maldito sonido. Me preparé para ir a mi nuevo trabajo, una radiante sonrisa se formó en mi rostro al pensarlo. Aunque ahora que lo recuerdo, hoy por fin podría recoger mi coche del taller y ya podría volver a conducir. Decidí pensar en todo esto después y tras terminar, con paso decidido me dirigí hacia la parada más cercana a la espera de mi querido autobús. En unos veinte minutos me encontraba en frente del edificio de la WWE. Sonreí levemente al recordar como ayer planeaba un saludo inicial hacia mi jefe. Ignoré mis pensamientos y entré. Todo era lo contrario del día anterior; ahora había gente yendo de arriba hacia abajo y cargados de papeles y carpetas. Esquivando personas pude llegar hasta un pequeño cuarto, donde el día de antes me dijeron que debía estar a primera hora. Deduje que esa habitación sería la zona de descanso para tomar un café o almorzar. Me senté en una mesa que estaba al fondo y mientras llegaba la hora de que llegara alguien, estuve revisando mensajes.
-Muy mal eso de estar con el móvil mientras trabajas.
-John...-Una sonrisa de boba se instaló de pronto en mi facción, y cuando me di cuenta, la fui disminuyendo a una más normal.-Eh, yo, no no. Es que estaba haciendo tiempo mientras que...
-Era broma mujer. No te preocupes. Seguro que tienes un fantástico primer día, ya lo verás.
Iba a contestar cuando un pitido fuerte comenzó a sonar en la muñeca de él.
-Emily me encantaría quedarme pero debo marcharme a seguir entrenándome. Espero que nos veamos pronto.
Volví a sentir un calorcito en mi cara, y tras aquella despedida, le sonreí. Tragué saliva y me mordí el labio inferior mientras intentaba asumir todo esto.
-Emily Torres ¿verdad?
El mismo hombre que me atendió el día anterior se encontraba tomando el asiento que tenía en frente mía. Asentí con cierto temor, pero fue desvaneciendo a medida que iba pasando el tiempo.
~
Había estado toda la mañana firmando papeles y rellenando fichas. Sentí que ya era hora de un breve descanso. Llegué a la habitación donde estuve a primera hora, estaba completamente desierta y eso me tranquilizó más. Agarré un vaso de plástico y lo coloqué en la cafetera. Al lado yacía una caja de pasteles de la cual inevitablemente agarraré uno. Con el café listo y mi dulce al lado me dirigí a una mesa para disfrutar de mi merecido descanso.
-¡TÚUUU!
Un enfadado Seth Rollins se dirigía hacia mí y una bofetada de miedo me dio de lleno en la cara. Me puse de pie e inconsciente por el miedo fui quedando contra la pared buscando desesperadamente una salida. Lanzó el vaso con café al suelo de un manotazo y eso bastó para hacerme llorar.
-¡No tienes derecho a espiarme! ¿¡Lo entiendes!?-Dijo mientras me agarraba la cara entre sus dos manos para que le mirase directamente a los ojos.
Los cerré sintiendo como mi alma abandonaba mi cuerpo, sintiéndome cada vez más inútil y frágil. Todo el sonido de mi alrededor se fue desvaneciendo y lo último que recuerdo fue sentir mi cuerpo en el suelo mientras observaba como Seth recibía un empujón de él: de mi héroe.

Tú, mi mejor yo.{John Cena}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora