Debería de empezar a pensar en mí ya que él lo había hecho y por eso mi intento de nueva vida era empezar una relación con Shane. Creo que es una persona muy especial y sé que sería feliz. Caminábamos por los pasillos de las últimas plantas de la mano y la verdad es que era realmente incómodo ya que era una de las primeras veces que había hecho esto. Estaba asustada por si veía a John cerca o aún peor, por si iba con esa maldita niña pija.
-Oye ¿te apetece un café?-Dijo Shane sacándome de mis pensamientos.-
Asentí y nos dirigimos hacia la cafetería, la cual estaba llena de gente. Nos sentamos en una de las mesas que se encontraban en la otra punta y era una verdadera molestia.
-Voy yo a pedirlos y ahora vengo.-
Salí corriendo o huyendo, de allí. No sé por que había decido salir con él sin sentir nada. Llegué a la barra y mientras atendían a algunos comencé a leer la carta.
-No pensaba que podrías ser así.-Una voz a mi espalda me sobresaltó.-
-John...-Me quedé inmóvil.-
-O sea, me has sustituido...-
-Yo no... Nunca lo he hecho ya que nunca hemos sido nada.-Eso le había dolido, y a mí mucho más.-
En ese momento apareció Shane con una mirada autoritaria y de pocos amigos.
-¿Te está molestando Emily?-
John rio irónicamente ante tal pregunta.
-Mira chico... No sé de que te ríes pero deja de molestar a mi novia.-
Las palabras eran cuchillos incendiados en el cuerpo de mi ex Dios griego.
-Mira tú no eres quien para mandar sobre ella.-John empezó a subir el tono de voz y algunas personas ya se habían quedado mirándonos. Pero me daba igual, ese comentario había hecho que me sonrojara.-
-Emily, no puedes seguir con él... Abre los ojos...-
Los ojos de él eran una súplica, una súplica hiriente porque la verdad es que dolía mucho. La imagen de su novia se vino a mi mente y toda la angustia que sentía se esfumó.
-Márchate John.-Dije girándome.-
Me había dolido esto demasiado.
-Emily ve a la mesa que ya pido yo.-
Me marché algo triste porque no quería hablarle así. Me senté mientras esperaba que Shane viniera.
-Emily por favor.-John apareció y se sentó en una silla junto a mí.-
-Vete, en serio no quiero problemas... John...-
-Reúnete conmigo en la azotea a las doce.-
Dicho esto se marchó dejándome confundida aunque con mucha alegría.
* * *
-Buenas noches Shane, te quiero.-
Me metí rápidamente en la habitación para prepararme e ir con John. Me sentía muy emocionada porque era como en las películas. Antes de comenzar a prepararme teclee unas líneas para que se fuera a dormir y a los veinte minutos le envié otro pero ya no le llegaban, siempre apagaba los datos móviles para dormir. Me llevé al baño todo lo esencial para estar más o menos bien. Finalmente me puse unos jeans rotos y ajustados y una camiseta de encaje en la espalda más unas deportivas negras y después me retoqué los labios con carmín rojo, y los ojos con un poco de máscara de pestañas. Apagué todas las luces y salí corriendo de allí. Como una destello me vino la imagen de un Shane enfurecido con esto y me di cuenta de que puede que estuviera despierto así que en unos de los cuartos de limpieza me metí para ver si salía de su cuarto. Y en efecto así fue, salió enfurecido. Corriendo subí a la azotea por las escaleras de emergencia y allí estaba él tan guapo como siempre.
-John vámonos... Viene Shane.-Dije agarrándole del brazo y corriendo.-
-No le tengo miedo.-
-Yo sí, por favor...-
Sopló pero finalmente aceptó y salimos corriendo escaleras abajo. Saqué la llave de mi habitación y nos metimos. No sé como fui capaz pero delante de John me quité la ropa y me puse el pijama.
-Guau...-
-Imbécil que va a llamar aquí seguro, vete a la terraza.-
Lo saqué a empujones y tras esto cerré lo mas despacio que pude. Me quité mi pobre maquillaje y después me despeiné para parecer que estaba durmiendo y terminé metiéndome en la cama y apagando la luz. Desde la cama se veía la rendija de luz bajo la puerta y a los pocos minutos unos pies se veían. Mi corazón dio un vuelco pero con todo el valor que me quedaba encendí la luz, moví las sábanas y salí a abrir.
-¿Shane? Pensabas que estabas durmiendo.-
Inspeccionó la habitación con la mirada y después entró. Se mascaba la tragedia.
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Tú, mi mejor yo.{John Cena}
RomanceLa vida de Emily Torres es una continua montaña rusa y en una de estas subidas se encuentra con la oportunidad de su vida. ¿Qué tal se le daría ser la mano derecha de un comentarista en el programa de lucha WWE? ¿Y cómo llevará su vida a otro nivel...