Capítulo 8.

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Cuando llegué no había nadie por los pasillos. ¿Tan temprano era? Me di un último paseo y acabé llegando hasta la cafetería. Recordé y reviví la pelea que tuvo mi querido John con Seth y me sonrojé al pensar que me había salvado como si fuera la protagonista de una película de amor o algo así. Con un vaso lleno de café como compañero me volví a dar un paseo, pareciendo casual pasearme por la zona donde suele frecuentar él, ¿por qué era tan acosadora? Me asomé por la puerta queriendo ver algo a través de una diminuta apertura pero era inútil. Iba a apartarme cuando alguien comenzó a tocarme por el hombro. Mi corazón empezó a latir deprisa pero aún así sentía que la sangre no corría por mis venas. A parte me quedé inmóvil pero a pesar de ello me giré y lo que sucedió a continuación no se si era sinónimo de alivio o de miedo.

-Deberías tener cuidado y no revivir más experiencias similares Emily.-Dijo John entre carcajadas.-

A penas presté atención a lo que me decía ya que observaba cada milímetro de su rostro y me estremecía ante la idea de volver a dormir a su lado. Un enorme rubor cubrió por completo mi cara haciendo que John parara de reír para adquirir una facción seria. Comencé a toser para hacer que mira roja cara quedara en segundo plano y funcionó, ya que él volvió a sonreír levemente.

-Ya, lo siento. No volverá a ocurrir-Dije mientras me marchaba, pero él me prohibió hacerlo pues su enormes brazos se interpusieron.-

-Oye..., siento lo de anoche y debo pagártelo.-

Negué con la cabeza y le sonreí para no parecer malhumorada pero es que lo que hizo no tenía justificación.-Déjalo si es una tontería.-

-Ya en serio. A las once paso por ti y no aceptaré un no como respuesta.-

Me comencé a reír y con un gesto indiqué que estaba de acuerdo y se marchó dejándome más enamorada y rendida a sus pies.

                                                                                            *  *  *

Las siguientes horas pasaron demasiado despacio para alguien que tiene una cita con un Dios griego. Llegué y comencé a sacar todo tipo de ropa, más moderna, más vieja y de demás tipos. Terminé decantándome por un vestido negro que también era ajustado y unos tacones medio altos. Cuando me quise dar cuenta ya estaba esperándome en la calle, así que bajé corriendo porque realmente tenía demasiadas ganas de verle. Cuando ya estaba llegando a su coche comencé a caminar como si fuera una experta, le dediqué una bonita sonrisa sincera y él me acompañó hacia el asiento del copiloto.

-Emily estás realmente guapa.-

Sentía como si una ola de sudor me hubiera tirado hacia atrás completamente al escuchar su cumplido y después la situación pasó a que me convirtiera en un tomate andante.

-Yo...gra-gracias John.-¿Podría parecer más ridícula?


Bajo las luces de carteles publicitarios, farolas y semáforos avanzábamos por la noche oscura. El aire acondicionado del coche esparcía el olor de su perfume por todo el vehículo haciendo que respirara feliz su aroma. Durante el trayecto no hablamos mucho y eso hacía que sintiera una cierta incomodidad pero al estar todo el rato pensando en mis cosas, hizo que no se hiciera largo el viaje. A parte la radio armonizaba la estancia y me encantaba oírle tatarear. Cuando llegamos aparcó un poco lejos del restaurante donde íbamos a cenar, mis pies odiaron esa decisión de una forma notable.


-¿Estás bien?-


-Sí, no te preocupes.-Dije mientras fingía una enorme sonrisa.

Por fin llegamos a la puerta y una enorme ola de aire frío nos recibió con enorme agrado. Nos dirigimos hacia una mesa que se encontraba en la parte de fuera y estaba al lado de una fuente así que el calor no iba a ser un problema. Estaba tan perfecto con esa camisa blanca, creo que podría perder la noción del tiempo solo mirándole...

Al cabo de media hora todo había sido vino, risas y más conversaciones tontas pero como no , siempre hay alguien que lo tuerce todo. De la nada apareció una rubia que propinó a mi Dios griego con un fugaz beso en los labios y después se sentó a nuestro lado dejándome confundida, estúpida y enfadada.


Tú, mi mejor yo.{John Cena}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora