Capítulo 12. Maratón (1/3)

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Había pasado una hora desde que se había marchado y yo seguía aquí mirando hacia la pared. La sola imagen de él invadía cada rincón de mi cabeza y me desordenaba todos los pensamientos que tenía.

*  *  *

-Shane por favor deja ya de jugar.-

Desde aquel beso no había visto a John nada más que una sola vez y fue que iba paseando con esa rubia tan espectacular. Creo que había cambiado su hora de venir aquí solo para no verme.

-Maldita Emily, te odio.-

Ambos estallamos en carcajadas y yo tan solo esperaba a que bajara del borde de la azotea. Decidimos aprovechar los últimos minutos para subir a curiosear y ya aprovechó para creerse Spiderman durante un rato. Dio un salto y quedó a un centímetro de mí, y la verdad es que era demasiado cercano. Di un paso hacia atrás y me reí, su mirada cambió a relajada y se sonrojó. Era un hombre bastante curioso pero encantador.

-Creo que deberíamos ir a comer, ¿qué tal una gran hamburguesa en McDonald's?-

-Umm, amigo me sabes leer bien la mente...

Nos echamos a reír pero en ese momento el sonido de su móvil interrumpió la conversación. Miró la pantalla con cara de pocos amigos y finalmente se decantó por aceptarla.

-Emily baja mientras a mi coche y me esperas allí.-Dijo mientras me lanzaba las llaves y me guiñaba el ojo.-

Acepté con la cabeza y me marché corriendo escaleras abajo. Cuando fui a girar a la izquierda choqué contra algo, aunque más bien alguien. Caí completamente de culo maldiciendo a quien estaba ahí.

-Eres un...-Me quedé perpleja.-John...-

-Hola Emily.-Dijo demasiado serio para mi gusto.

-Yo...,eh...,¿qué tal todo? No te he visto desde hace mucho.-Dije en un completo susurro.-

-Sí bueno, he estado ocupado y también unas pequeñas vacaciones.-

-Ah.-

En ese momento apareció Shane escaleras abajo y cuando llegó a las últimas se quedó mirando; primero a mí y luego a él, como si estuviera siguiendo el trayecto de una bola de ping pong. John se tensó y yo aún más, me sentía demasiado incómoda sin saber por que.

-Bueno Emily me alegro de haberme cruzado contigo, espero volver a verte.-Dijo abrochándose el botón de la americana mientras miraba hacia delante.-

Cuando desapareció tras una puerta Shane bajó los escalones que le quedaban y se puso frente a mí.

-¿Estás bien?-

-Sí, sí. Genial...-

-¿Seguro?-

-¿Podríamos cambiar esa hamburguesa por algún par de vasos de tequila?-Shane se echó a reír y eso me alegró.-

-Claro que sí Emily.-

*  *  *

-¡Otro más!-Gritaba mientras Shane me miraba raro.-

-Emily yo no puedo beber más y tú no deberías eh.-

-Shane, hip, me ha dado hip, hipo.-Dije mientras me echaba a reír.-

Su móvil volvió a sonar y él indignado aceptó la llamada. Mientras le daba sorbos al quinto cubata oía trozos de la conversación, "¿qué?", "no puede ser", "ya voy".

-Emily me tengo que ir, es algo urgente... ¿Te llevo a casa?.-

-Estaba alcoholizada y yo entendía las cosas segundos después.-¿Qué? No si está mi casa a dos calles. En cuanto me beba esto me voy.-

-Está bien, cuídate y por favor avísame cuando llegues a casa.-Tras pronunciar estas palabras me dio un beso en la frente se marchó. Y cuando entendí y razoné lo que me había dicho también le contesté que tuviera suerte aunque más bien eso lo susurré. Me quedé mirando mi vaso de tubo medio lleno y mientras hacía el contorno de la boquilla con mi dedo índice. John..., su imagen me llegó al alma y escocía, y mucho. ¿Por qué estaba tan frío conmigo? Y entonces el maldito sabor de lo agridulce se hizo de mí haciéndome recordar aquel beso. Cada vez tenía los ojos más aguados y la vista se me hizo demasiado nubla. Coloqué un billete de veinte en la barra y haciendo eses salí de allí rezando que pudiera llegar a salvo.

La brisa de verano me dio en la cara haciendo que volviera a sentir calor. La gente no pasaba por allí ya que al lado estaba realmente el foco de tiendas, bares y restaurantes así que nadie me vería hacer el ridículo. Cada vez las lágrimas salían con más facilidad, mi corazón estaba totalmente roto y estaba claro que estaría así mucho tiempo más. Comencé a tener arcadas y cada vez eran más constantes y fuertes. Entre tropiezos llegué a un arbusto que estaba al lado de un parque que realmente no había mucho más que dos bancos y una fuente. Con sigilo me agaché en un arbusto y comencé a vomitar. Era demasiado doloroso para mí y cada vez la garganta me escocía más. Mientras medianamente vomitaba con normalidad noté alguien detrás de mí pero me dio igual, yo seguía vomitando. Los pasos de ese alguien fueron más sonoros, era evidente que se dirigía hacia mí. Me agarraron el pelo y cariñosamente acariciaban mi espalda. Cuando pensaba que todo el alcohol lo había expulsado me giré y la grata sonrisa de John me dio en toda el alma.

-No deberías beber tanto y encima mañana trabajas.-

Me sonrojé al pensar que parecía mi padre, aunque admito que sería un padre de lo más sexy. Se puso en pie y después me ofreció la mano para levantarme, con toda su fuerza estaba arriba en microsegundo.

-Iremos a tu casa en mi coche.-

Asentí, no por el hecho de ir a casa sino porque iría con él y eso me llenaba de alegría.

~Después de estas semanas sin escribir he decidido poner un maratón de tres partes largas que serán actualizadas entre hoy y mañana. Muchas gracias por leerme, un saludo.~

Tú, mi mejor yo.{John Cena}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora