Capítulo 4.

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El sonido de la ducha al fondo fue lo primero que oí cuando abrí los ojos. Estaba en una habitación ajena a la mía ¿cómo había llegado allí? Un olor masculino impregnó mis fosas nasales y éste era familiar. Sin recordar más, reposé la cabeza en la almohada y sonreí. Volví a quedarme dormida. Sentía la luz de luna alumbrando en mi cara, aún no había abierto los ojos pero notaba algo fuerte alrededor de mi cuerpo. Lentamente fui abriéndolos, y entre la oscuridad intenté darle una cara conocida al hombre que me estaba abrazando. Me puse un poco recta con cuidado de no despertarle y cuando me di cuenta de quien era sentí una completa ola de sudor por todo mi cuerpo.
-John...-Dije en un susurro inaudible.
Volví a recostarme y comencé a recordar lo vivido hasta ahora. Imágenes sin sentido pasaban en mi mente y ya conseguí recordarlo todo. Un rubor cubrió toda mi cara al caer en la cuenta de que estaba abrazado a mí completamente. Pasé mi mano por su pelo y comencé a acariciarlo. De su boca salían suspiros de vez en cuando que hacían que una enorme sonrisa se me formara en la cara. Con la luna brillando y sus brazos rodeándome volví a caer en un pesado sueño.
* * *
DÍA DE ANTES:
~Narra John:
Entré a por una botella de agua cuando vi como Seth agarraba a Emily de malas formas. En un acto reflejo acabé encima de él golpeándole la cara. Ninguno podía meterse con ella y menos ponerle una mano encima. No podía pensar, mis puños golpeaban en su cara una y otra vez hasta que sentí como alguien me separaba de ese maldito. El jefe de la WWE estaba allí observando aquella escena.
-¿Qué mierda ha pasado Cena?
-Este desgraciado estaba agrediendo a la señorita Torres. Que por cierto...-Recordé que estaba tirada en el suelo así que rápidamente la intenté apoyar en la pared.
Pasé mi mano por su mejillas rosadas y un pequeño escalofrío me recorrió todo el cuerpo. A mis espaldas aún se encontraba el superior intentando espabilar a Seth, aún medio moribundo en el suelo.
-John ayúda a Emily por favor. Y tú Seth te quiero ver en mi despacho ya.
Ambos desaparecieron dejándonos a nosotros dos solos. Volví a centrar mi vista en ella, ¿qué sentía? La cargué en mis brazos y con sumo cuidado la llevé hasta mi coche y la recosté en los asientos traseros. En unos veinte minutos ya estábamos en mi casa, la volví a cargar hasta mi habitación donde la dejé tendida en la cama. La tape con una manta cubriendo cada centímetro de su cuerpo y me senté a su lado. Era un completo ángel..., pasé mi mano por su cara como si estuviera aprendiendo a dibujar su rostro pero sin antes depositar un leve roce de labios en su frente. Sin apenas ganas me obligué a mí mismo a ir a la ducha. Durante diez minutos estuve disfrutando del agua caliente sobre mí, pero en ningún momento dejé de pensar en ella. ¿Qué me pasa, joder? Su sonrisa y su limpia mirada invadían mi mente de una manera abismal y eso asustaba demasiado. Estaba apenas a unos metros de mí pero ya echaba de menos verle así que rápidamente me vestí y salí a observarla. Me tapé junto a ella y acerqué su cuerpo al mío ya que la notaba fría. Hundí mi cara en su cuello y me dejé llevar por un sueño enorme.
FIN DE LA NARRACIÓN.~

Los primeros rayos de la mañana me comenzaban a torturar y ya en un intento fallido de dormir decidí abrir los ojos. John seguía agarrado a mí y eso me alegraba mucho. Aún así estaba intranquila, ya era hora de irme. Así que con cuidado me desprendí de él y me fui de su casa, era como si nunca hubiera estado. Me dio un mini infarto al pensar que tal vez debería entrar a trabajar por la mañana, pero ese día sólo tendría que ir por la tarde. Suspiré aliviada. En un rato ya estaba en mi piso, donde comenzarían las miles de oleadas sobre las últimas horas.

Tú, mi mejor yo.{John Cena}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora