4 elementos y 1 youtuber

Una Importante Asamblea

Estaba en la base, en mi antiguo cuarto que ahora es la sala de controles, me estaba terminando de poner mi traje, el peto y las botas eran lo único que me faltaban, me pare de aquella silla metálica que emitía un sonido espantoso cada ves que me movía y fui a traer mi cosas, seguía inmersa en mis pensamientos mientras mis manos y mis pies se movían con movimientos robóticos de amarrar las agujetas, en unas horas conocería al presidente de España, junto con los subgobernantes y al capitán de las fuerzas unidas, quien me sigue resultando altamente sospechoso, muchas cosas me resultaban inquietantes, Karen no puede acompañarme, estaríamos hablando en un lugar secreto, incluso la Jefa rebajo su escolta a únicamente 2 soldados, supongo que todo es parte de un plan para no levantar sospechas, me pare del piso, no volví a sentarme en aquella asquerosa silla, me frente al espejo, estaba lista, completa diría yo, salí de la sala y me encamine hacia el patio donde ya se encontraban la Jefa, mis maestros y Karen, me despedí de los dos últimos y me subí a una de las camionetas blancas que nos transportarían a la importante asamblea.
Llegamos a un edificio color crema, algo despintado, intente buscar algún cartel que dijera cual era el nombre del edificio, pero no encontré nada, ni si quiera un número de residencia, era como si el edificio no existiera para el resto de las personas, entramos y bajamos por un elevador, quien tardo mas de 5 minutos en bajar, calcule que almejas estábamos a más de 200 metros bajo tierra, muy seguro todo, se abrió la puerta del elevador dejando ver una sala enorme, muy grande, con pantallas, computadoras y luces parpadeantes de color rojo que me daban un poco de miedo, tomamos asiento, las únicas personas que estábamos en la sala eramos, La Jefa y su escolta, unos señores que al parecer eran políticos, y unas cuantas personas mas que no tenia ni idea de quienes eran.
Después de esperar un gran rato, entraron el presidente, subgobernantes, unos cuantos policías,un señor, no le di mucha importancia a sus caras ni a sus puestos, ni si quiera sabia que estaba haciendo yo ahi.
-Como cada asamblea que tenemos debemos decir quienes somos, nuestros puestos y nuestra contribución hacia la guerra, por seguridad y para las nuevas personas que se encuentran aqui- dijo un señor con un bigote muy chistoso, presentarme, que voy a decir, quien soy, así de facil, respire hondo y ensaye lo que tenia que decir en mi mente, de lejos escuchaba los nombres de las personas que se encontraban ahi, luego escuche muy cerca una voz, me despertó de mis pensamientos y la persona que estaba al lado de mi se sento, luego de eso puso su mirada en mi, levante mi vista un poco confundida, luego supe que era mi turno de hablar me pare de mi silla y comence
-Mi nombre es Caroline Corona, Maestra de los 4 elementos y mi contribución a la guerra es todo lo que pueda hacer y que este en mis manos- luego de mi boca salieron unas ultimas palabras- hasta dar mi vida si es necesario.
Luego de eso me senté y me cruce de brazos, ¿estuvo bien lo que hice?, ¿eso de morir causo impresión en la sala?, no lo se luego escuche aquel nombre, aquella voz la cual me estremecía de pequeña, poco a poco pose mi mirada en aquel hombre y por primera ves desde que estoy sentada aquí preste atencion.
-Yo soy Jonathan Fernandes, tengo el puesto de capitán de las fuerzas unidas, mi deber va a ser vencer a los demás países y ganar la guerra- se sentó de nuevo en su silla
Yo me quede petrificada, Jonathan, aquel que me encerró en una base por mas de 18 años, aquel que me vio como si fuera basura, aquel que me dejo sin padres, aquel que me dejo en las sombras durante mucho tiempo, ahora estaba sentado junto a mi, sin decirme nada, baje mis puños a mis costados, si seguían arriba era capas de romperle el craneo en cuestión de segundos, tenia ganas de llorar, esconderme, correr de ahí lejos lo mas que pudiera, empece a temblar, mi subconsciente me decía que corriera, pero ahora tenia edad para quedarme y enfrentarlo, cerré mis ojos unos segundos para pensar, voy a quedarme aquí y le voy hacer saber que no soy la niñita que vio por primera ves hace muchos años pero no lo logre.
La Asamblea siguió normal, decían algunas pistas los siguientes ataques, incluso se hablo de mi caso en Portugal, de como ahora puedo volar y me convertí en un supersoldado, La Jefa hablo por mi, me elogiaba cada ves que podía diciendo que era capas de vencer a 100 hombres yo sola, puedo hacerlo, solo que ahora no me imagino peleando o haciendo algo riesgoso como siempre, pasamos hacia 3 horas, terminando detalles, planes de guerra, estrategias, nuevas tecnologias, yo seguía con mi mirada perdida, pensando en que estaba haciendo Jonathan, tal ves me aya reconocido, tal ves solo se este haciendo el tonto, tal ves estoy tan estresada que estoy apunto de un colapso nervioso, después escuche como decían que eso era todo y que la siguiente asamblea seria en dos meses, luego el abrió la boca para decir algo que me derrumbo totalmente
-Quiero agradecer a nuestra superarma Caroline por su participación en Portugal, fue un acto muy heroico, gracias por unirte a esta guerra, fue muy buena mi decisión en ese entonces, también aclarar que sin ella la guerra no acabaría y seguiríamos peleándonos y matándonos entre nosotros, estoy trabajando en algo muy grande, todavía no esta terminado como para presentarlo en nuestras asambleas, pero les aseguro que con eso, vencere-
Eso fue lo que me hizo que me derrumbara psicológicamente, no le importa que me aya hecho o que aya matado a mis papas, me trata como si fuera algo material, su decisión fue buena, mandarme a un encierro, sin darme cuenta las lagrimas recorrían mis mejillas, el paso detrás de mi, cuando lo hizo sentí un escalofrío, voltee a verlo rapido, con miedo, y el tenia una gran sonrisa plantada en su boca, victoriosa, dominante, viendo como si no fuera nada, La Jefa me indico que ya nos ibamos, como pude le dije que me perdonara y salí corriendo inmediatamente toque el piso de la calle, me fui a mi departamento, empuje personas, no me detuve en ningún momento, azote la puerta de mi departamento, corrí a mi cuarto y me metí entre las sabanas.
Tratando de comprender entre lagrimas y sollozos, porque trabajaba para el hombre que asesino a mis padres.