San Mungo.

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Capitulo 4 San Mungo.

Diciembre 2008

Draco avanzaba con discreción por los pasillos de San Mungo, tenia los puños crispados. Arreglar un funeral era algo para lo cual no estaba preparado, en general la cabeza de familia lo hacia, en este caso su padre, pero Lucius estaba en cama, quizás también moriría, como ella……………..como su ninfa………..Astoria.

Quizás nunca hubo una pareja mas perfecta para un Malfoy, bella, callada, astuta, dispuesta a ofrecer apoyo incondicional y extremadamente inteligente, no solo había sido su esposa, había sido su mejor amiga. Cuando la conoció hacia 11 años, recordaba su malhumor permanente, del cual su madre era la victima más usual, Draco Malfoy lo había perdido todo………….su prestigio……….su niñez y el amor de su vida. Realmente no le importaba absolutamente quien seria la chica con la cual sus padres habían negociado una alianza para salvar el honor de su familia, igual se sentía como una res a punto de ingresar al matadero, pero como siempre, la voluntad de Lucius Malfoy se sobrepuso a todo. Él se casaría con esa bruja irlandesa, le gustase o no.

Habían acordado que los chicos se conocerían en la mansión Malfoy, los Greengrass llegarían vía red flu. Esa familia se caracterizaba por ser una de las mas ricas del Reino Unido, eran bastante excéntricos, sus hijos nunca iban a colegios mágicos, preferían educarlos en casa. Daphne Grenngrass, su compañera de curso en Hogwarts, era la prima segunda de la chica que conocería ese día y era de la rama rebelde de la familia, ya que su padre había decidido casarse con una Rosier y mandar su hija a Hogwarts, pero al igual que todos los Greengrass, vivía en Irlanda y mantenían bajo perfil. Como todas las grandes familias puras, se casaban entre ellos, casi no mantenían vínculos con la sociedad mágica inglesa, por lo menos sociales, ya que los negocios eran otra cosa. Por eso quizás, habían pasado desapercibidos en la ultima guerra mágica, nadie se acordó que en medio de los llanuras y acantilados irlandeses, aparte de los Finnigan, había toda una colección variopinta de magos bastantes talentosos.

La joven llego en medio de bastante algarabía. Alistar Greengrass junto con su esposa saludó al matrimonio Malfoy efusivamente, su carácter irlandés contrastaba bastante con la flema inglesa de sus anfitriones, los abrazaron y besaron a ambos lados de las mejillas, algo que le choco tanto a Lucius como a Narcissa e inmediatamente se sentaron a hablar de negocios. La chica de 17 años quedo parada en medio de la sala, con un vestido verde de terciopelo y su rubio cabello recogido en una trenza suelta, tenia los ojos verdes con chispas doradas y un rostro bastante hermoso, salpicado de pecas. Draco lucia su habitual tunica negra y estaba bastante nervioso. Después de un largo rato, ambas parejas de padres se habían olvidado de ellos y del motivo de su visita. Al parecer la urgencia de cerrar negocios era más importante que presentar a los futuros esposos. Los dos jóvenes se miraron un momento con curiosidad y luego de una hora, Draco tomo la iniciativa y se presento.

-Hola, soy Draco Malfoy- su voz como era habitual en él, era seca, carente de cualquier tipo de emoción.

-Me llamo Astoria, me gusta mucho al fin conocerte, ¿Sabes que estaba destinado a suceder ?- le dijo ella sonriente y Draco al oír esa voz dulce, cantarina, que sonaba como campanitas, sintió su corazón encogerse. Había sido como escuchar un hada……….esa voz era hipnotizante y enseguida se sintió bien, reconfortado. Su simpatía hacia esa niña nació de inmediato.

-Quieres dar un paseo en los jardines- dijo Draco intentando ser amable e iniciar el cortejo, si tenia que casarse por lo menos intentaría ver si al final le gustaba la chica- Y tienes que decirme ¿Cómo es eso que estaba destinado? No practicaras la adivinación o ¿Si?

-No- dijo ella riéndose disimuladamente, sus ojos verdes se clavaron en él- hace tiempo, una wicca me dijo que me casaría con un dragón, me dio mucha risa…………me imaginaba con un colacuerno húngaro o algo así, pero resulta que era el nombre..- ella de nuevo río- era simplemente tu nombre. O eres un Dragón de verdad.

UN HUECO EN MI ALMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora