Capitulo 12 Cartas
Quinto Año, Abril.
Theo Nott estaba sentado frente a su cena, con un pergamino arrugado en su mano, sus ojos azules brillantes miraban con desagrado la misiva, sabia que algún día llegaría, lo que no se imaginaba era que seria tan pronto, de inmediato sintió que el estomago se le estrujaba y el hambre se le desaparecía como por arte de magia. Desvió su mirada a sus compañeros de mesa, algunos sostenían en sus manos pergaminos similares al suyo y sin duda sus rostros reflejaban lo mismo que el de él, temor y miedo en su más vivida expresión. De nuevo miro hacia la carta y esta se había transformado en un cupón para suscripción del periódico mágico El Profeta.
La lechuza de su padre, Matilda, había llegado ese día, sorprendiéndolo justo al llegar al gran comedor, los otros de su año que también recibieron el siniestro mensaje fueron Crabbe, Goyle, Spencer, Parkinson y por supuesto Draco Malfoy, habían algunos chicos de cuarto y de sexto, entre los de séptimo estaban Graham Montague, Evelyn Rosier y Marcus Flint. Ninguno de ellos dijo una sola palabra al respecto. Los alumnos que no recibieron nada no se atrevían a mirar a sus compañeros, la excepción como siempre fue Zabinni quien estaba bastante curioso e incluso llego a arrebatarle la carta a Pansy antes de que esta se transformase, pero cuando leyó lo que decía, la expresión de desconcierto en su cara fue literalmente un poema, el chico después de superada la sorpresa inicial mentalmente empezó a agradecer que en su familia no hubieran mortifagos.
La mesa de Slytherin lucia más taciturna que de costumbre, la cara de desasosiego de sus ocupantes llamaba poderosamente la atención a los integrantes de las otras casas y ya los cuchicheos aumentaban en intensidad. Draco Malfoy, que estaba mas pálido que de costumbre, observo al profesor Snape atravesando con su mirada a todos los miembros de su casa, el ambiente estaba tenso e incomodo, el chico se vio obligado a levantarse de su sitio y empezar a recorrer la mesa intentando calmar a sus otros compañeros, antes de que despertaran mas sospechas sobre ellos. Él, como siempre era el llamado a ponerle punto final a la situación, antes de que quedaran en evidencia. Draco era poseedor de una voluntad férrea y su genio era conocido por todos, de alguna forma los Slytherin´s lo respetaban, aunque sus ultimas demostraciones con la Brigada Inquisitorial pasasen con mas pena que gloria a los anales del colegio, con el resto del estudiantado burlándose de ellos y de Filch en sus caras, dentro de su casa, seguía siendo la autoridad, con todo el beneplácito de Snape y de Umbrigde, Theo Nott por estar inmerso en sus asuntos personales, no interfirió para nada en esto. La busqueda de poder y gloria no era algo que le quitase el sueño a un Nott.
-Componed las caras, parecen ratones asustados. Por Merlín son Slytherin´s no Huffelpuff´s , tráguense su comida y lárguense a la sala común. Aquí no ha pasado nada- Draco Malfoy iba metiendo sus narices entre todos los ocupantes de la mesa, su voz era malhumorada y tajante, dirigió su atención a un chico rubio del cuarto curso, que parecía a punto de llorar de un momento a otro- Peterson, vete de una vez a la sala común, vas a vomitar la cena aquí mismo, empieza a preparar todo, tenemos una reunión urgente.
Draco Malfoy de nuevo volvió a su sitio en la mesa, y dirigió una mirada furibunda al resto de su casa, que intento fingir total normalidad y siguió ocupada en comer la cena. Frente a él estaba Theodore, quien hacia todo lo posible por no dejar de traslucir su nerviosismo.
-Para que convocas una reunión. Creo que es demasiado tarde- dijo Theo en voz baja- ya todo esta dispuesto, deberemos irnos antes de las doce de la noche.
-Si……….pero nadie debe sospechar el motivo de nuestra partida, inventaremos una fiesta- contesto Draco secamente, de pronto sus ojos se cruzaron con los de Hermione Granger que en ese momento dirigía su mirada a los dos chicos sentados en la mesa de Slytherin, a ella le preocupaba que Theo lucia algo indispuesto y que no había ido a hablar con ella unos segundos antes de la cena como era su costumbre. Al sentir la mirada acerada de Draco Malfoy sobre ella, intensa, destructiva y sobretodo sumamente perturbadora, Hermione volteo la cara, de pronto su corazón empezó a latir desbocadamente y sus manos temblaron haciendo que se le cayera el cuchillo de la mesa. Ni siquiera se molesto en recogerlo. Draco no le quito la mirada de encima, podía verla de espaldas, con su mata de rizos castaños cayendo suavemente sobre sus hombros, su mente empezó a divagar en miles de situaciones sórdidas e imposibles. Theo lo observo un rato y siguió la trayectoria de su mirada, veía los ojos de Malfoy extrañamente oscuros, como un pozo sin fondo, Draco se dio cuenta de que lo habían descubierto in fraganti y de nuevo miro a Theo.