24. "¿Celos?"

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Narra ______ (Tn)

Anoche Ariana llegó muy tarde y lo primero que hizo al llegar fue dormir. Le pregunté muchas veces donde se había metido, pero no me quiso responder. ¿Me enfadé? Sí que me enfadé, pero no podía reclamarle nada.

Al despertar todo fue diferente. Ella no estaba tan conversadora como usualmente lo hacía. No hablaba de nada de lo que siempre hablábamos. Me sentía extraña y no era normal sentirme así teniendo a Ariana al lado.

Al momento en el que salimos de las clases de ecología, caminamos juntas hacia la cafetería, pero ninguna hablaba. Llegamos allá, sacamos algo de comida y nos sentamos.

La miro, pero ella parece no notarlo, como si no se diera cuenta en la situación en la que estamos.

—Ariana. —la llamo ya perdiendo la paciencia.

¿Cómo no nota que estamos mal? ¿Cómo no se da cuenta que me preocupo por ella?

—¿Qué? —pregunta ella como si nada.

Mis ojos se abren de la sorpresa y ya comienzo a chatearme. ¿Enserio no se da cuenta o no quiere darse cuenta?

—¿Cómo que qué? —le reitero—. Ayer llegaste a casa y ni siquiera me dijiste donde andabas.

Espera unos segundos. Ariana nunca fue buena con las palabras.

—Estaba cansada, ______ (Tn) lo único que quería era dormir. Eso es todo. —responde normal, pero aún evadiendo mi pregunta.

—Está bien, está bien. Anoche estabas cansada... Lo entiendo, ahora ¿Podrías responder mi pregunta, Ariana? —le pregunto tanto de parecer calmada.

—Salí.

—Oh, claro. Si sé que saliste, Ariana, lo que quiero saber es dónde.

Come un poco de su sándwich sin gana alguna, sorbe su jugo con toda tranquilidad y al ver que mi mirada sigue pidiendo una respuesta, responde—: Ya, vale. Estaba con Adrián.

—¿Y eso te costaba tanto decirme? —pregunto un poco sorprendida y molesta, sí, muy molesta.

—No es la gran cosa. —dice ella encogiéndose de hombros.

Ésta no es Ariana.

El enfado comienza a crecer en mí y armándome de valor digo—: Si lo es. Vivo contigo, me preocupo, lo mínimo que merezco es que me digas donde andas, si estás bien.

—Creo que estás exagerando.

Su tono de no importarle nada hace que quiera gritarle muchas cosas, pero me retengo cuando veo a Alaska. Queriendo salir del mal momento me paro rápido y le digo a Ariana—: Como digas, me tengo que ir.

Ella alza la mirada extrañada, pero no dice nada. Troto hacia donde esta Alaska, quien se encuentra pidiendo un batido de lo que parece ser chocolate.

—Hola. —la llamo suavemente para no asustarla.

—¡Hey! Hola, ______ (Tn). —me responde ella cariñosamente.

—Traje tu polera. —le digo con una sonrisa.

—¡Oh, eso! No deberías haberte preocupada. —dice ella recibiendo su batido.

—Está bien, no te preocupes.

—Entonces, ¿Vamos? —dice ella indicándome el pasillo.

Miro por última vez a Ariana. Odio estar así con ella, pero es como si nada le importara. Ella se encuentra sentada en la misma posición, pero esta vez, mirando su celular.

Mi inevitable destino. (Calum Hood&tú) |MDET2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora