79. "Será la primera vez para los dos"

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Maratón recta final 4/5

Narra _______ (Tn)

Terminamos de comer en un ambiente lleno de cariño y amistad. La música de fondo es tranquila y cada risa que escucho o sonrisa que veo me llena de alegría.

Media hora antes de las doce de la noche decidimos que es buena hora para partir al Opera House, era un plan que teníamos organizado. Comer en casa y luego pasar las doce allí para ver los fuegos artificiales.

—¿Llevas tu celular?

Alaska me pregunta eso justo antes de que partamos, ya estamos casi todos listos para salir de la puerta.

—Oh, debo haberlo dejado arriba. —le digo haciéndome camino hacia las escaleras. Siento abucheos de parte de mis amigos por hacerlos tardar más, pero no me preocupo. ¡Primera vez que será por mí!

Sigo con mi camino hacia la habitación que me acogió cuando tenía apenas dieciséis años. Empiezo mirando por la cama, pero no parece haber nada. Velador, ventana, nada. Reviso la ropa que me he sacado, pero tampoco. Voy por mi mochila, pero no está ahí.

Me agacho, para ver debajo de la cama, pero me doy cuenta que está muy oscuro para poder ver, entonces pienso en ir a buscar mi teléfono para iluminar abajo y luego, recuerdo que es mi teléfono el que estoy buscando.

Que genia.

Cuando pongo mis manos en el suelo para impulsarme y levantarme no calculo bien y termino estrellando mi cabeza contra la madera.

—¡Dios!

—Deberías prender la luz. —me dice una voz en la entrada de la habitación.

—Que inteligente. —digo con bastante sarcasmo en mi voz.

Cuando él prende la luz, yo me levanto y dejo que mis ojos se acostumbren. Él se queda parado ahí, pero no tarda mucho para que se adentre en la habitación.

Yo, por mi parte, no lo tomo en cuenta y sigo buscando mi teléfono. Si no me apuro, allá abajo me van a matar.

—¿Por qué actúas así? —suelta casi en seguida.

Respira, ______ (Tn), solo respira e ignóralo.

Sigo buscando mi teléfono celular, pero esta vez más enfadada. Cojo ropa y la comienzo a tirar lejos, porque quiero encontrar el maldito teléfono y salir de aquí.

—Hey, hey, hey, podrías relajarte un poco.

—Y tú dejar de molestarme. —le espeto girándome para encararlo.

Él me mira como si me hubiera vuelto loca de repente. Odio esa mirada, odio cuando la gente me da esa mirada, porque me hace sentir loca, pero más odio darles ese poder.

—¿Podrías dejar de mirarme así? —le digo está vez con un tono más de súplica, pero no tan notorio.

—No puedo dejar de mirarte. —me dice mirándome de manera tan intensa que lo odio. Sí, ahora odio todo lo que tenga que ver con Calum Hood.

—Agh. —es todo lo que sale desde el fondo de mi garganta y vuelvo a mi arduo trabajo de encontrar mi maldito móvil.

—Sí me dijeras que estás buscando podría ayudarte y después de eso, finalmente hablar. —me habla de manera tan calmada que odio eso también.

¿Lo captas, Hood? Odio todo lo que tenga que ver contigo.

—¡Pero que brillante idea! —digo volteándome y debo tener la cara de loca mayor, porque Calum parece asustado—. Excepto por la parte en la que tú y yo debemos compartir en el mismo lugar.

Mi inevitable destino. (Calum Hood&tú) |MDET2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora