| 01 | Primero

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Miré el despertador que estaba en el mueble junto a mi cama. Odié que fuera tan escandaloso y me prometí que debía cambiar el sonido de la alarma. Eran las 7:20 de la mañana, y si no me daba prisa no iba a llegar a la escuela. Me removí debajo de las sábanas lamentando tener que abandonar ese calor y muy en contra de mi voluntad, me levanté.

Era el primer día del primer año en la preparatoria,todo un suceso académico y personal del que toda mi familia habló durante todo el verano. Había entrado a la misma escuela que mi hermano, lo cuál era aún más importante. No sabía realmente qué esperar, no me sentía ni emocionada ni triste. Simplemente me daba igual. Mientras me ponía mi ropa y terminaba de arreglarme a toda prisa, busqué mi mochila. No pesaba nada, sólo llevaba un cuaderno y mis plumas. Repasé lentamente todo lo que necesitaba llevar y bajé lo más rápido que pude las escaleras y caminé hasta la cocina.

-Voy a llegar tarde por tu culpa- Reclamó mi hermano sentado en la barra de la cocina mientras me hacía caras graciosas. Emiliano era dos años más grande que yo, era su último año.

-Cállate-grité mientras iba al baño a lavarme los dientes.

Emiliano y yo teníamos una buena relación. Él era todo un cerebrito y mis papás estaban muy orgullosos de él, yo era más normal que él. Siempre encontraba maneras de hacerme enojar, pero sabía que detrás de esas cosas odiosas me quería.

Mientras terminaba de lavarme apareció mi mamá emocionada y se recargó en el marco de la puerta del baño.

-Tu primer día _________-sonrió mi mamá mientras levantaba sus manos en una especie de celebración-¿Estás contenta?

-Algo así-dije torciendo una sonrisa. No quería que me diera un sermón sobre lo importante que era la preparatoria y de cómo estar con Emiliano me ayudaría.

-Ya vámonos-gritó Emiliano- En la tarde platican.

Sonreí a mi mamá y me dirigí hacía la barra de la cocina. Emiliano solamente me había dejado la mitad del desayuno que me tocaba. Lo miré y sonrió victorioso, era una regla entre nosotros. Si el otro no bajaba a tiempo podíamos robarle su comida. Me senté rápidamente a comer y corrí cuando miré a Emiliano recoger su mochila y las llaves del auto.

Los dos caminamos hacía la puerta y nos despedimo de mamá agitando nuestras manos, ella la agitó de vuelta y salimos.El auto era de Emiliano,como era el mayor y era hombre le habían dado ese privilegio. Además, yo no sabía manejar y tampoco estaba tan de acuerdo con que mi papá me llevara a la escuela. Me parecía razonable, íbamos a la misma preparatoria.Nos iríamos juntos y también íbamos a regresar a casa así.

Todo el camino transcurrió sin ningún intercambio de palabras,Emiliano iba bastante concentrado en el camino. Aproveché su distracción y conecté mi celular para poder escuchar un poco de música en el recorrido. Cuando llegamos y se estacionó en un espacio libre me miró serio.

-No hagas estupideces,aquí todos las recuerdan-dijó mientras se quitaba el cinturón de seguridad.

-¿Otro consejo?-respondí sarcástica ante su comentario. Mi hermano era realmente el mejor dando consejos.

-No digas que soy tu hermano-sonrió.

-Claro que no. No quiero que me relacionen contigo- sonreí de vuelta.

Mientras nos bajábamos del auto observé la cantidad de gente que había. Era como entrar a otra dimensión. Emiliano se adelantó y agitó su mano en una especie de despedida. Me quedé parada buscando la credencial que me habían dado unos días antes para poder entrar. Revolví mi mochila para poder encontrarla y me odié por ser tan descuidada, debí dejarla más a la mano. Cuando la encontré sentí unas manos en mi brazo.

-Buuuuu-Catalina río mientras me sonreía.

Catalina era mi mejor amiga. Nos conocimos cuando íbamos en la secundaria y desde ese entonces éramos inseparables. Además nuestros hermanos eran amigos así que eso hacía muy fácil vernos fuera de la escuela. Yo amaba a Cat, era mi compañera de locuras y con ella jamás me sentía sola. Habíamos hecho todo para quedarnos en la misma preparatoria y lo logramos. Pero cómo ya no era como en la secundaria, los grupos estaban mezclados entre cada materia y solo nos tocaba una clase juntas.

-No me asustaste- sonreí mientras cerraba mi mochila y le mostraba mi credencial.

-Ya lo sabía. Solamente quería estar con alguien, estoy casi segura que voy a perderme.

-No lo creo, eres bastante lista.

Caminamos juntas a la entrada y miramos por primera vez la preparatoria como alumnas. Era imponente y no teníamos idea de nada, pero estaba feliz de sentirme confundida acompañada de Cat.

-Mi primera clase es en aquél edificio.- señaló el primer edificio a la derecha. ¿Nos vemos al rato?-preguntó emocionada.

-Sabes que sí-respondí mientras la veía alejarse.

-Te buscó en tu última clase-gritó mientras se perdía.

Miré las escaleras que me llevaban a los salones que estaban hasta el fondo de la escuela. Caminé recordando que el laboratorio de mi primera clase estaba casi hasta la biblioteca. Cuando llegué y confirmé mentalmente que si era mi salón,entré y vi una barra vacía. Caminé y me sentí exhausta por todas las escaleras que había tenido que bajar en mi trayecto. Dejé mis cosas en el piso y tomé mi celular para poder distraerme antes de comenzar la clase. Escuché pasos cerca de mí y observé a un chico rubio acercándose hacía mí.

-¿Me puedo sentar?.

-Sí-respondí sin ánimos. No quería ser grosera, pero estaba triste de que él no fuera Cat.

El muchacho se sentó y tiró sus cosas al piso igual que yo. Dejé mi celular en la barra y note como miraba alrededor. Las chicas del fondo de pronto gritaron y todos nos giramos a verlas, esto iba a ser un infierno.

-Ya los odio a todos.

Lo miré sorprendida y él río.

-Menos a ti.

No pude evitar reírme de su comentario, me sentía igual que él.

-Me llamo Paul Sangster. ¿Y tú?-preguntó

-__________ Mendoza-respondí. Era evidente que este chico no era de aquí, y además tenía un acento gracioso. -¿De dónde eres?

-De Inglaterra-respondió mientras se giraba en el banco para verme -Mi familia y yo venimos hace 3 años aquí por el trabajo de mi papá. Supiste que no era de aquí por mi acento, ¿Verdad? .-Asentí y él rió mientras se acomodaba el cabello.-Todos en mi familia hablan perfectamente español menos yo.

-No te preocupes-sonreí.- Con ese acento conquistarás muchas chicas.

Paul rió y regresó a observar el salón de clases. Desde la puerta un muchacho rubio comenzó a hacerme señas,pero lo ignoré. No tenía idea de quién era, pero después señaló a Paul y lo entendí.

-Creo que te hablan-señalé la puerta y al chico que estaba ahí parado.

-Ah, es mi hermano.- dijo mientras hacía una seña a Thomas para que pasará al salón.

Su hermano caminó hacía la barra donde estábamos y lo saludó, él me miró y sonrió.

-¿Qué quieres?-preguntó Paul

-Traes mi celular idiota-respondió su hermano golpéandolo en el hombro.- Te pedí que lo guardaras no que lo robaras.

Paul tomó su mochila del piso y comenzó a revolver sus cosas. Me recordó a mi en la mañana y sonreí. Noté como su hermano me miraba insistentemente.

-¿Cómo te llamas?-preguntó dirigiéndose a mí

-______________-respondí

-Yo soy Thomas.

Nada más(Thomas Sangster y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora