| 23 | Alrededor

7.6K 654 87
                                    

Todo seguía siendo muy confuso en mi cabeza. habían pasado muchas cosas en un día. La amenaza de la carta, la confesión de Cat y mi hermano, la rabia de Mateo y mi beso con Thomas. Estaba cansada y confundida, lo único que quería era dormir y no sabía si lo iba a poder conseguir. Aún podía sentir los brazos de Thomas a mi alrededor, sus labios contra los míos y sus palabras tan claras. Estaba recostada en mi cama acomodando los sucesos en mi mente cuando mi teléfono comenzó a vibrar, lo tomé y vi que era Thomas.

-Hola-dije cerrando mis ojos por la luz del teléfono.Él jamás me había llamado, ni siquiera estaba segura si tenía mi teléfono.

-¿Te desperté?

-No, sólo estaba pensando.

-Que bien que estás despierta,abre tu ventana.

Abrí los ojos y me senté en la cama.-Está haciendo frío, y además no me quiero levantar.

-Eso yo lo resuelvo, abre la ventana sin encender la luz.

Me levante de la cama sin mucho ánimo y caminé hacia mi ventana. La abrí en silencio y miré alrededor. Mi ventana tenía un pequeño balcón que jamás usaba y ahí en la oscuridad de la noche y la sombra del gran árbol que se recargaba contra el barandal vi a alguien recargado,se giró y sonreí. Era Thomas quién me sonrió y se acercó a la ventana.

-¿Puedo pasar?

-Ya estás aquí-dije sonriendo.-Sería bastante grosero no dejarte pasar.

-Si quieres me voy-Thomas señaló la calle mientras reía.

-No, entra. Está un poco desordenado, no pongas mucha atención.

-Está oscuro, no voy a ver nada-Dijo mientras metía una pierna en la ventana.

-Espero que te caigas-Susurré mientras observaba cómo se deslizaba por la ventana.

-Te oí-Thomas entró por completo a mi recamara y se paró frente a mí.

-¿Cómo viniste hasta acá?-pregunte mirándolo con la poca luz que podía darnos la noche.

-En mi coche.

Thomas estaba en mi recámara, a la mitad de la noche, como si estuviéramos en una película adolescente.

-¿A qué viniste?

-A verte,nunca puedo estar a solas contigo. Siempre está tu hermano o estás con Cat,quiero estar a solas contigo. Sólo quiero estar contigo sin todos esos idiotas.

Sonreí y lo tomé de la mano,lo llevé a mi cama y me senté. Mi cama estaba recargada contra una de las ventanas, así que Thomas se acostó junto a esta ventana y me miró. Quería que me acostara ahí con él.

-No te haré nada.

-No te creo.

-No te haría nada que tu no quisieras-Thomas río en voz baja.

Dudaba si era una buena idea que me acostara o no,pero al final de cuentas sabía que iba a terminar ahí en sus brazos.Todas las vueltas y el desorden que estaban en mi mente y en mi corazón y que amenazaba con empezar a nublar también mi vida era mejor compartirlas con alguien, y quién mejor que él. Me acosté y él se quitó su chamarra de piel y la lanzó a los pies de la cama, empujó sus tenis para dejarlos caer y los dos nos removimos debajo de las cobijas para quedar frente a frente mientras él me cubría con las cobijas.

-Te van a descubrir, y te van a castigar.

-No lo harán, a menos que tú se lo digas a mis papás. O a menos que a mi hermano se le ocurra entrar a mi cuarto.

Sonreí y lo miré. Thomas no estaba feliz, estaba preocupado y parecía que su mente no dejaba de dar vueltas. Yo entendía que muchas cosas estaban pasando, pero no podíamos estar así, no con secretos.

-Dime en realidad porque estás aquí. No quiero secretos,no entre nosotros.-Pedí tomando su mejilla. El calor de su rostro me impulsó a acercarme más a él y los dos nos movimos de nuevo bajo las cobijas. Thomas había cumplido su promesa, ya no tenía frío.

-Estoy preocupado, no me sentía tranquilo dejándote sola. Quería saber que estabas bien.

-Estoy con Emiliano.

-Eso no me ayuda, no puede mantener sus manos para sí mismo. Yo quería asegurarme de que estuvieras bien, quería verlo por mí mismo. Además, supongo que tú y él no se han hablado.

El camino de regreso a casa había sido incómodo, Emi no había dicho nada y yo no había hecho preguntas. Cuando llegamos a casa él se encerró en su cuarto sin dirigirme la palabra. Tampoco había hablado con Cat, no tenía ganas de escuchar a ninguno de los dos y aún así sabía que en algún punto íbamos a tener que hacerlo. Le sonreí tratando de tranquilizarlo, ese no era problema de Thomas y no tenía por qué resolverlo.

-¿Qué es lo peor que puede pasar?

-Que te maten.- Quité mi sonrisa inmediatamente porque esa amenaza era real. Sentí un nudo en mi estómago mientras recordaba, Emiliano debía cuidarme y no lo hizo. Y aquí estaba Thomas, no deseando nada más que el saber que yo estaba bien. -No quiero pensar en eso-Thomas tomó la mano que estaba recargada en su mejilla y dejó un beso en la palma.-Quiero estar contigo solamente.

Levanté mi cabeza un poco para recargarme en su pecho, Él pasó su mano por mi cintura y se aferró a mi. Mi respiración chocaba contra su pecho y sentí su respiración en mi frente. Su mano libre acariciaba mi espalda dejando pequeños trazos sobre ella.

-Eres buena haciendo que me olvide de todo lo que pasa a mi alrededor.-Thomas susurró besando mi cabello.-No quiero nada más que estar aquí contigo. 

Nada más(Thomas Sangster y _______)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora