O7

1.4K 194 103
                                    

Son las dos de la tarde y Calum está escuchando Nirvana, el Never Mind para ser más específicos, ese álbum lo pone de buenas siempre y es muy satisfactorio el hecho de que esté solo en ese apartamento y pueda ponerlo a todo volumen sin que nadie lo moleste o le diga que le baje.

Que el maestro Kurt suene por los parlantes sin límite alguno, que llene el lugar de sus letras dementes.

Debe aceptarlo vivir solo le gusta, pero es solo por qué son unas semanas, ya qué si tuviera que velar su vida por sí mismo sin apoyo por el resto de su vida preferiría quedarse con sus padres para siempre, aunque eso suene ridículo pero es que....debe aceptarlo no le gusta tener que cuidarse solo, patético.

Antes pensaba que terminaría viviendo con Luke por el esto de su vida, los dos juntos, socios, Luke llenaba sus espacios vacíos, eso era lo bueno de la amistad que tenían pero ya no, Luke y él no serían solteros para siempre.

Ahora Luke había encontrado a Leo, gracias a Dios, por un lado ya qué Arzaylea era una pesadilla, Calum la odiaba. Pero por el otro... El bajista quedaba solo, ese rubio no dejaría a Leonor aunque su vida dependiera de ello, tierno en verdad pero después de todo Calum seguía sobrando de alguna manera.

No le gustaba pensar mucho en eso ni quejarse, pero el hecho era que todos sus amigos tenían novias y él era el solterón ¿Cuándo había terminado así?

La verdad no sabía.

Y mejor era concentrarse en la canción de Nirvana que sonaba en esos momento que ponerse a pensar en ¿Qué estaba mal con Calum Thomad Hood y por qué no tenía novia?

Pero algo se lo impidió.

Llamaron a la puerta con desesperación, por un segundo no quiso abrir, tuvo miedo ¿Quién llamaría así a la puerta? Solo alguien con malas noticias y sin embargo no, no era un portador de malas noticias, era de hecho su pequeña vecina del al frente, parecía molesta.

Algo extrañado abrió y se encontró con la chica echando humo por las orejas.

— ¡Calum Hood! — chilló zapateando el piso como una niña pequeña — Bájale el volumen a esa música infernal, estoy haciendo mi tarea de historia del arte y no puedo concentrarme si hay un demente gritándome al oído y cantando sobre voces y amigos imaginarios. — el moreno parpadeó un par de veces con una sonrisa ladina.

— Lu.... Uno simplemente no le baja el volumen a Kurt ¿De acuerdo? — dijo con seguridad mientras se cruzaba de brazos — Respeta Nirvana, ama Nirvana.

— Respeto le debo a mi abuelita señor Hood, no a una banda muerta — no, no lo había, hecho. Uno no dice eso de Nirvana.

— Está viva en los corazones de sus fans. — exclama negando — El nacimiento de Grunge, no puedes decir que está muerta si se sigue escuchando más que otro grupos vigentes.

La chica alzó sus manos y rodó sus ojos.

— Esto fue lo que escuché: — carraspeó y empezó a parlotear mientras trataba de imitar la voz de Calum — Bla, Bla, Bla, soy un llorón por Nirvana, Bla,Bla,Bla, el rock apesta.

Calum puso una mano en su pecho dolido.

— ¿Qué dijiste?

— Dije que el rock apesta. — repitió como si nada, como si no hubiera herido su orgullo — ¿Cómo puede gustarte algo tan ruidoso y deprimente? La mayoría de veces ni si quiera entiendo lo que están cantando.

— Retráctate. — sentenció señalando a la chica, eso le había llegado hasta lo más profundo, sus héroes, sus amigos, él mismo, todos tocaban rock.

— Jamás, el rock apesta y punto.



Lu | Calum Hood | Girlfriends: LastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora