PERDIDA

CAPÍTULO 3

El pulso se me empieza a acelerar y un sudor frío me cae por la frente. Ya era lo último que me faltaba, encontrarme con este impertinente ahora. Lo miro de nuevo, y veo que esta hablando con alguien. ¿En serio? ¿Tienes que compartir tu arrogancia con los demás sólo entrando por esa puerta? pienso. Me recoloco los libros para distraerme de mis preocupaciones, pero estos se me resbalan de las manos a causa del sudor que liberan.

Lo miro de nuevo, y de repente, fija su mirada con la mía. "Mierda, me ha visto" me quejo dentro de mí. Dibuja una media sonrisa y a cada paso nuevo que da, se va acercando hacia mi sitio de estudio. Yo ya lo he dejado de mirar hace rato, no quiero que piense que babeo por él, porque no es así. Tengo que admitirlo, está bien. Qué digo está bien, ¡está muy bien! ¡Está cañon! Mi corazón da un vuelco cuando me lo encuentro de pie al lado de la siguiente mesa de la mía.

-Hey -me saluda. Yo sólo me digno a mirarlo con cara de perro rabioso.- parece que al fin encontraste el bachillerato...

Odio esa media sonrisa que tiene al hacerse el chulo. Es superior a mí.

-Sí, lo encontré. Pero pensaba que solo la gente con la suficiente inteligencia llegaba a ir. Entonces, ¿qué haces aquí? -dejo ir por mi boca. Sinceramente es lo más inteligente que he dicho en todo el día.

-Vaya, parece que alguien no está de humor -dice com un tono sarcástico.- Tranquila, si no consigo salir de aquí siempre puedo hacerte de guía, para que la señorita no se pierda.

Resalta mucho la palabra señorita, y le dirijo una mirada de odio. Repentinamente deja caer su bolsa en la mesa de al lado, y se sienta.

-Oye, oye... ¿A caso qué te crees que haces? -pregunto alarmada. Ya estoy lo suficientemente nerviosa como para que tenga que aguantar a este idiota.

-No conozco aquí a nadie más, así que has sido la elegida para tener los encantos de Josh a tu lado -me dice con un guiño.

-Uh, que suerte... -digo sarcásticamente con un tono desanimado.

-¿Sabes? En realidad te va a ir bien. A esta chica rabiosa necesita que la calmen. ¿Siempre eres así de repelente con la gente? -dice retóricamente, pero como se esta metiendo con Nina, respondo.

-Sólo con los cretinos como tú.

¡Bam! En el clavo. Me fulmina con la mirada y dirige su cuerpo sentado al frente, ya que, sin darme cuenta, el profesor ya había llegado. Las dos horas de clase se me pasan volando. Nos hacen una introducción a lo que será el nuevo curso, qué haremos, nos han presentado a nuestros nuevos profesores -que en total son nueve- y nos han dejado tiempo para descansar y almorzar.

Hacer amigos no siempre se me ha dado bien, y nunca se me dará bien. Aún recuerdo hace unos años que quise hacer nuevos amigos en un recreativo, y luego me gastaron una broma pesada tirándome una botella de refresco entera por encima. Des de aquel día, perdí la visión de la bondad de la gente...

Y aquí me encuentro, sola en el patio, sentada en una pared de piedra comiendo mi bocadillo, ya que es mi única ocupación por el momento. Es un poco triste que sólo tenga que hacer eso para distraerme. Estoy evadida en mis pensamientos cuando, de golpe, alguien se sienta a mi lado.

-El primer día, ¿eh? Lo sé, es duro, siempre lo ha sido, pero hoy, más. Sobretodo porque es el mío también -me explica una chica que tengo al lado.- Ay, lo siento por no presentarme. Soy Claudia, encantada.

Esa chica rubia, de pelo largo y sedoso, con ojos azules y sonrisa risueña quiere ser mi amiga. Ha aceptado ser mi amiga. Parece que hoy no será un día tan malo, al fin y al cabo.

-Nina -digo estrechando su mano. Estoy feliz de al fin haber congeniado con alguien. Nos pasamos el rato que queda hablando hasta que tenemos que volver a clase.

Estoy subiendo las escaleras, cuando de repente unas manos me cogen por la cintura. Me estremezco de la impresión, pero luego ya puedo deducir quién ha sido.

-Hola gatita... ¿Cómo que tú por aquí?

Cojo sus muñecas y las aparto de mis caderas.

-Mira Josh, te voy a explicar un poco como van las cosas, para que te ubiques. La primera, no soy una "gatita". Soy una chica con la que a primeras, acabas de discutir. Y segundo, a algunas chicas nos incomoda que un desconocido nos ponga las manos en la cintura. Quizás a otras chicas se les caen las bragas, pero a mi se me caen las bofetadas en tu cara.

Todos los chicos que tenia detrás mío, que por lo que acabo de deducir son sus amigos, empiezan a gritar: "Oooooh" y le dan palmaditas a la espalda de Josh, para consolarle. Parece que les ha gustado mi contestación, y me siento más segura a la vez.

Cuando volvemos a clase, Josh no para de molestarme. Ya no sé si lo hace para llamar la atención o para fastidiarme realmente. Ya le he dado uno como que otro bufido, para que me dejar tranquila.

-Uy, que la gatita esta furiosa... Necesita un poco de amor de Josh...

-Resérvalo para tu almohada, cielo.

De repente el profesor nos llama la atención.

-Nina, Josh, si no os calláis acabaréis fuera del aula. Es la última vez que aviso.

Me quedo perpleja. Hasta hoy creía que en el bachillerato, te apuntaban un aviso, una falta o lo que sea. Pero al parecer, siguen el mismo método de echar la gente fuera de clase.

-Uh, con que Nina, ¿eh? -me susurra.- no sabía que tenías un nombre tan bonito...
-Y yo no sabía que tirabas tanto la caña -le corto.
-Ya me he hartado, fuera de clase los dos -nos informa el profesor.

Me quedo helada. No sólo me basta en que es la primera vez que me echan de clase, sinó que encima, lo han hecho en el primer día de bachillerato. Josh ya estaba en la puerta cuando reacciono y me levanto. Cierro la puerta detrás de mí, y me quedo mirando a Josh que está sentado en frente de ella. Me mira de arriba a bajo y da un silbido.

-Wow gatita, ¿nadie te ha dicho nunca que estás como un tren? Y que culito, madre mía...

Decido no decir nada, ya que lo que seguro voy a decir no tiene nada de bueno.

-Vaya, parece que nos hemos metido en un buen lío, ¿No crees? -dice con su media sonrisita que tanto detesto.
-¿Puedes hacerme un favor? -le suelto de golpe como un medio grito. Ya estoy harta.- Cierra tu bocaza de una vez por todas, gracias.

Parece que Josh ha podido ver que estoy afectada, y se levanta. "¿Ahora qué quieres?" Digo medio conteniendo las lágrimas. Llevan toda la vida haciéndome daño, como para que ahora tenga un nuevo atacante. Ya estoy harta.

De repente, Josh me rodea con sus brazos. Me quedo perpleja, pero lo rodeo con los míos a él. Nunca pensé que sus abrazos serían tan cálidos y reconfortantes. Hundo mi cabeza en su pecho.

-Lo siento, me estoy comportando como un capullo hoy. Sólo es que... no quiero parecer un pringado el primer día de clases.
-No lo eres, ¡por supuesto que no! Pero eso no significa que tengas que herir y humillar a la gente.

De repente, por el pasillo aparece una cara más que conocida. Nos mira a Josh y a mi, esbozando una sonrisa maliciosa en su rostro y, en cuanto la veo, me separo de él inmediatamente

-Vaya, vaya. ¿Pero qué tenemos aquí? -dice ella sarcásticamente.

Lo último que me faltaba era encontrarme con Lara.