CAPÍTULO 22

19 3 0
                                        


-¿De qué vas ahora, de héroe? -pregunta vacilante Jake, levantándose del suelo.

-Siempre -responde con una media sonrisa desafiante. La caja torácica de Josh sube y baja abruptamente, causada por la ira y lo fulmina con la mirada. Jake se toca el lugar golpeado, y sonríe a Josh. Rápidamente, lo golpea en el pómulo derecho y hace retroceder a Josh por el impacto.

-¡Josh! -me estremezco. Él no tarda en recuperarse y se abalanza sobre Jake, tumbándolo en el suelo, pero Jake recupera la posición y immobilza a Josh.- ¡Jake, para, por favor!

Corro hacia él e intento evitar la derrota del chico que está debajo. Lo encajo con mis brazos por los costados y trato de apartarlo, pero no lo consigue.

-¡Déjame, Nina! -me grita. Acto seguido me da un empujón de tal grado que me tumba en el suelo, y siento un dolor en el codo. Me siento tan impotente... una gran angustia crece dentro de mí; no quiero que les pase nada a ambos.

-¡Ahí te la has ganado, hijo de la gran perra! -le suelta Josh, impotente ante los brazos de Jake. Su puño impacta con la nariz de este, y lo hace detenerse. Josh se levanta, alerta ante cualquier movimiento. Jake cruje de dolor y emite un grito.

-¡Me la has roto, imbécil! -grita Jake dirigéndose a Josh.

-¡Eh! ¿¡Qué pasa aquí?! -escucho una voz bajando las escaleras a toda prisa, mientras se acerca al lugar de la pelea.

-Axel, lo siento...

-No, tío, os habéis pasado. Fuera de mi casa -les dice quien parece ser el promotor de la gran fiesta.- No quiero peleas.

Josh sale a un paso rápido y yo tardo en reaccionar. Salgo corriendo tras él después de mirar de reojo a Jake.

-Josh, espera. -le pido apresurándome detrás suyo. Puedo notar la tensión que fluye por su cuerpo, tiene los puños cerrados de ira y seguramente los dientes serrados, para evitar decirme cualquier estupidez. Los nudillos los tiene con un poco de sangre de la nariz de Jake. No consigo alcanzarlo hasta después de medio minuto tras él. Es de noche, y las calles en este momento son más tétricas.

-¡Josh! ¡Espera! -le grito. De repente se detiene, y se gira hacia mí. Sus ojos captan varias emociones al mismo tiempo: dolor, tristeza, orgullo, compasión...

-¿Por qué vas detrás mío? Vete con tu príncipe, Nina.

-No seas ridículo. Para empezar, sé defenderme solita, Josh. -le suelto.

-¿Que no lo sea? Disculpa, pero he visto con mis propios ojos como os ibais a besar. Así que haz lo que te plazca.

-¿Realmente piensas eso de mí? Mira Josh, te puedo bien asegurar que no iba a pasar nada, ya que no sé por qué extraña razón, empiezo a sentir cosas por tí. ¿Pero sabes qué? Creo que realmente debería olvidarlo, ya que veo que tu comportamiento, a parte de ser bastante infantil, no deja de ser estúpido. Empieza a madurar, Josh, y luego búscame.

Josh se queda de piedra, y puedo ver como sus mejillas empiezan a rebosar de color. Yo aparto la vista, dolorida, y me hago a un lado para continuar con mi camino. No tardo más de diez segundos antes de que una lágrima se libere. Pero Josh atrapa mi muñeca y hace dirigir mi cuerpo hacia él. Lo miro atentamente y le suelto:

-Te odio.

-Yo también odio tu pelo largo, tus ojos color miel; tus mejillas sonrosadas cada vez que pasas vergüenza o que alguien nos nombra, a ambos. Sí, realmente me desagrada como intentas hacerte la dura, cuando sabemos que esta coraza sólo la llevas para que no te vean lo frágil que eres, como la porcelana, y odio repararte cada vez que te rompes. Odio tu risa cuando te hago cosquillas, tu carácter cerrado y solitario. Detesto profundamente cómo me miras y todo lo que hace distinguirte de las otras chicas. Sí, sinceramente detesto todo lo que haces y lo que eres. Yo también te odio. -Me susurra.

PERDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora