Y así hacemos. A la una de la madrugada nos encontramos en la puerta de su casa, la cual me abre de casi de inmediato al llegar. Traigo todo lo necesario en una bolsa llena de ropa, pero no ropa normal, sino una muy especial: la mía. Entramos a hurtadillas por el pasillo oscuro, y claro, mi dedo meñique de repente tiene un encuentro romántico con el costado de la pata de la mesa. Doy un grito que parece que vaya a despertar hasta a la Señora Marisa, de enfrente. Claudia gira su mirada con un movimiento rápido hasta encontrar la mía. Me hace un gesto de enfado.
-¿No sabes estarte calladita? -me susurra.- Qué niña más ruidosa, por favor...
Entramos sin hacer ningun ruido sospechoso a lo que viene a ser la alcoba de Josh mientras está plácidamente dormido. Se ve realmente guapo mientras duerme, y durante estos instantes me quedo embonada mirando su espalda desnuda.
-Nina, deja ya de desnudarle con la mirada -me alerta Claudia. Yo me pongo roja y aparto la vista de la perfección física de Josh. Nos dirigimos a su armario y cambiamos toda su ropa por la mía, que esta vieja y ya no me va, juntamente con algunas prendas de Claudia y esperamos por mañana, impacientes.
El Sol se cuela por mi ventana y sus primeros rayos me acarician el rostro, despertándome. Tengo ganas de ver la cara de Josh, o mejor aún, que se va a poner hoy. Tengo muchas ganas.
Me visto y hago todo lo que debo hacer antes de darle un beso y un buen achuchón a Chincho e irme con la mochila en la espalda. Me encuentro enfrente de casa de Claudia y pico la puerta con los nudillos, a la espera de que salga. Hemos quedado para ir juntos a la escuela, menos Dave, que él entra más tarde. Al cabo de pocos minutos me abre la puerta Josh, y yo me quedo sin sangre.
Josh va vestido con unos tejanos ajustados por la cintura, pero anchos del resto, una camisa azul bajo un suéter negro ajustado, que le queda perfecto. Un cinturón a juego con el suéter y unas deportivas blancas. Está, aunque no quiera reconocerlo, espectacular. No entiendo por qué, pero mi cara se ha vuelto roja de golpe, supongo que de la impresión.
-¿Qué miras tanto niñata? -me dice con una sonrisa. Entonces me coge la cara y me la echa para atrás, como una vez yo le hice. Aparto la mirada rápidamente y finjo que estaba ocupada pensando, intentando dar una excusa válida. Estoy sin palabras. ¿De dónde lo ha sacado todo?
-Me lo ha prestado Dave. Ha sido una falta hacia mi orgullo y dignidad tener que pedírselo. Estarás contenta -me responde como si pudiera leer mi mente.
-¿Yo? ¿Por qué debería estar contenta? -disimulo lo mejor que puedo.
-Podría reconocer tus pasos, tu respiración nerviosa y tu mirada perdida en mí donde sea, aunque fuese a la una de la madrugada.
Vaya, ¿Josh se fija tanto en mí? Nunca lo habría dicho.
-Ah, y también por el grito. Espectacular -dice a carcajadas.- Seguro que viste a Dave y su cara te asustó tanto que te dió un infarto.
-Casi. El caso es que vi una foto tuya y me asusté de lo feo que eras -le contesto. El abre la boca como si estuviese ofendido llevándose una mano en el pecho derecho y luego empieza a reírse. Entonces, se acerca a mi oído.
-Pero tranquila, esto no se queda así. Yo también se jugar a esto -me susurra acariciándome mi mejilla izquierda y acto seguido cogiéndome por la mandíbula suavemente. Hace dirigir mi mirada hacia la suya, y al cabo de unos pocos segundos la acerca hacia él, y entonces me suelta.
-Ahora tu decides que hacer -me susurra. Puedo notar su respiración cálida en mis labios. Estamos a tan solo milímetros de distancia, pero siento que nos separan kilómetros. Quiero besarle, necesito besarle, siento que cuando lo haga calmaré esa ansia que crece en mi interior cada vez que veo sus labios, así que me sigo acercando.

ESTÁS LEYENDO
PERDIDA
Teen FictionUna chica. Un sueño. Un destino. Dos personas. Nina se encuentra en un conflico: no sabe si dejarse llevar por sus sentimientos, o evitar lo inevitable. Una persona, la cual menos sospecha, le hará la vida muy difícil. ♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡ -Te odio. -Yo tambi...