CAPÍTULO 16

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-No sé ni por dónde empezar -me menciona Jake rascándose la parte trasera de su cabeza.- Bueno... Josh quería pagarme. Sí, pagarme para que te dejase tirada y así ganarse tu corazón. Pero realmente creo que no te mereces esto. Josh no tiene derecho a manipular tus sentimientos de esta manera, y creo que te mereces algo mejor.

Bajo la mirada y admiro mis zapatos danzantes que pisan el pavimento. ¿Por qué hacer eso, Josh? Estoy harta que evite que no esté con él, y quiere que sea feliz pero del modo en que él quiere. Pero el problema es que empiezo a creer que mi felicidad se encuentra lejos de la persona causante de mis últimos incidentes. Los ojos se me humedecen un poco y puedo permitir la mirada de Jake en mí, comprendiendo lo que mis ojos están a punto de verter.

-Eh, no, por favor, no llores... -me dice alzando mi barbilla y conectando sus ojos con los míos.- no llores por él. No se lo merece. Directamente no te merece.

Esbozo una pequeña sonrisa y me paro en seco, produciendo que él lo haga también

-Jake...

-¿Sí?

Lo miro nuevamente.

-Gracias. De verdad. Has sido muy honesto y realmente lo agradezco.

Él esboza una sonrisa.

-Debías saberlo. No cuesta nada hacer las cosas bien.

Mis pies vuelven a retomar el rumbo que estaban trazando a lo largo de la calle mientras pienso.

Quizás no cueste tanto hacer las cosas bien, pero es más difícil de lo que parece. Pero con Jake las haré bien

Josh

Todavía se entrevé a Jake y a Nina caminando por la calle, yendo hacia su cita. Realmente no comprendo qué ve en Jake. Sé de primera mano que él sólo quiere utilizarla, como ha hecho con las demás chicas con las que "Ha salido", si se lo puede decir así. Porque para salir con alguien primeramente debes amarla, se supone. Lo único en común que tiene con un caballero es su espada, pero la suya no la puede guardar mas de dos minutos en su "funda".

Camino calle abajo intentando ver si Nina se gira en algún momento para mirarme, pero este esfuerzo se hace en vano. Me dirijo a la puerta de mi casa y la abro de par en par para percatar a los inquilinos de mi llegada, para luego cerrarla de nuevo.

-Josh -me llama Dave- hay alguien aquí que te ha echado de menos. Yo me extraño. Normalmente eso no lo hace nadie.

-Dave, sin rodeos. ¿De qué narices me estás hablando? -grito para que se me oiga en la cocina, donde se sitúa mi primo. Yo estoy a la otra punta de la casa.

-Estoy hablando con tu abuela por teléfono -me avisa. Yo abro los ojos como platos y una sonrisa no tarda en aparecer en mis labios. Bajo a toda prisa las escaleras y puedo decir que me he tropezado con algún escalón intentando hacerme caer sin éxito. Le arrebato el móvil a Dave y me lo coloco en mi oído.

-Yaya, ¿cómo estás? -pregunto exaltado. Puedo escuchar su fuerte respiración.

-Bien, cariño, bien... -la frase se vé interrumpida por una tos profunda incesable. Me preocupo, esta tos es nueva para mis oídos. Siempre ha tosido, como cualquier humano, pero esta la noto más profunda y ronca que cualquier otra.- Me gustaría que vinieses a visitarme algún día, hijo... hace tiempo que no te veo. La última vez ya tenías ese hierro en la cara y el demonio en la piel.

Echo a reír en escuchar eso.

-Se llaman piercing y tatuaje, pero lo que llevo no es un demonio, abuela, es un dragón- digo con una sonrisa. Miro a Dave y veo que también tiene dibujada una en sus labios, ya sea por el comentario o porque se está riendo de mí. Ambas podrían ser correctas, y apostaría que no me equivoco.

PERDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora