Duele Amarte

Duele Amarte Capitulo 12.

  
No puedo creer la osadía que tiene este hombre, como se atreve a manipular mi teléfono, es tan frustrante.
-Hija, te sientes mal.
Mi padre me está mirando un poco extrañado, al voltear a mí alrededor y toda mi familia me mira de la misma forma-¿Qué pasa? ¿Por qué todos me miran así?
-Hija es que no has comido nada desde que te sentaste. ¿Te pasa algo?, ¿te sientes bien?
-Claro que si papá, no tengo nada.
-Hija-Mi padre me toma la mano y pedo sentir como tiembla-Sé que ha sido muy difícil desde el accidente y que tu condición es más delicada pero créeme que todos estamos contigo, juntos saldremos adelante, siempre tendrás nuestra fuerza para que te apoyes.
Al escuchar a mi padre decir esas palabras me provoca mucha felicidad que las lágrimas empiezan a salir, mi familia me ama tanto y me apoya, no sé qué sería de mi sin ellos-Gracias papá, los amo a todos, sé que siempre podré contar con su amor.
Sé que nada me faltara al lado de mi familia. Después de algunas lágrimas, risas y comentarios llenos de promesas todos nos dispusimos a dormir. Antes de dormir, me tomo las pastillas que me recetaron para los mareos tienen un sabor horrible y son enormes, reviso mi Facebook por si hay alguna noticia nueva pero antes de que entre mi teléfono suena-Buenas noches quien habla.
-Ahora pareces recepcionista.
-Esa voz la reconocería donde fuera- ¿Qué es lo que quiere?
-Solo decirte buenas noches y recuerda tomarte alguna medicina para los mareos y descansa mucho.
-Me fastidia que se quiera meter en mi vida, pero de alguna manera me agrada que alguien se preocupe por mí-Gracias y si de hecho me acabo de tomar las pastillas y....
-Bueno me retiro....
-Y usted también.... Espero que duerma bien.
Colgué después de decirle eso, no puedo creer lo que acabo de hacer, no debo tomarlo personal, es solo una forma de agradecerle por ser tan atento con migo, dejo el celular y mañana en la mañana revisare el Facebook. Me recuesto en la cama y mis ojos se van cerrando poco y lo último que recuerdo son esos ojos verdes claros que tanto me observan.
Siento una molestia en mis ojos, al abrirlos veo que la luz entra por la ventana, mi madre tiene la costumbre de abrir la cortina, es mi señal que me indica que es hora de levantarme, abro la puerta y el olor de la comida de mi madre me despierta por completo, llego a la cocina y veo un banquete, huevos revueltos, tostadas, jugo de naranja recién hecho y café.
-Buenos días, ¿Cómo amanecieron?
Mi padre se me acerca y me da un beso en los frente-Buenos días hija, veo que amaneciste de buen humor.
-Papá, yo siempre amanezco de bien humor pero se nota más con estos desayunos que prepara mi mama.
- Bueno, recuerda desayunar con calma.-Mi mamá suele preocuparse de más, pero eso lo entiendo puesto que comprendo su situación como madre, su instinto protector.
-Si mamá, y donde esta Ana y Jesús.
-Tus hermanos ya se fueron a la escuela.
-Ya veo, bueno será mejor que desayune o se me hará tarde- A pesar de que desperté, no fue a tiempo porque no puede asistir a la ceremonia de mi hermano por haber finalizado la secundaria me hubiera gustado verlo pero no fue posible.
-Hija, no te preocupes, por eso lo importante es que estas aquí con ellos.
Mis padres siempre se dan cuanta cuando algo me preocupa, siempre están conmigo. Cuando veo el reloj me sobre exalto porque ya se me hiso tarde termino de desayunar y me apuro a cambiarme, no me da tiempo de revisar mi bolsa agarro lo que necesito y salgo corriendo.
-¡Ya me voy!- ¡Los quiero!- Solo alcanzo a gritar corro a la parada del camión, al ver a una enfermera aparece el rostro del doctor y recuerdo que me dijo que no puedo correr al salir de la privada, solo camino con despacio, pero vuelvo a correr por que veo que está a punto de salir, logro agarrarlo me siento y me pongo a checar mi bolsa, tengo todo, ¡No! Por las apuras no eche mi celular- Bueno no es como que me llamen muy seguido, cuando llegue a la escuela le pediré Yesenia que me preste su celular para llamar a mi casa.
Como todos los días el camión se para enfrente del parque y camino hasta la escuela.
-Buenos días Sandra- Me saluda Don Rafa.
-Buenos días.- Como cada mañana saludo a los de intendencia y al guardia, Don Rafa es en verdad un gran hombre siempre al pendiente de cada uno de los alumnos.
Subo las escaleras con cuidado al ingresar al interior del salón encuentro a mis compañeras, Silvia, Veronica y Morayma.
-Buenos días chicas, madrugaron- Me siento en el mismo lugar de siempre busco mi celular en la bolsa y recuerdo que no lo traigo, por lo que tendré que pedírselo a una de mis compañeras.-Mora podrías prestarme tu celular es que deje el mío en casa y necesito llamar para avisar que ya llegue y decirles que deje el celular en casa.
-Claro, toma-Mora me extiende su celular y le agradezco, salgo del salón para llamar.
-Buenos días quien habla- Es mi padre el que contesta.
-Papá, soy Sandra ya estoy en la escuela, pero por las apuras de la mañana he dejado el celular en mi cuarto, por lo que no me llamen, está bien no se preocupen en cuanto salga iré directo a casa, de acuerdo.
-Hay, Sandra, está bien ten cuidado al regresar.
-Sí, nos vemos en la tarde-Cuelgo y miro la hora son las 6: 50 am la maestra Alba no debe de tardar en llegar lo mejor es que entre de una vez. De pronto escucho unos pasos el sonido proviene de mis espaldas, al voltear veo que es el Doctor Gonzales pero no se ve bien trae una cara de pocos amigos, se acerca a mí con decisión se me planta de frente, extiende su mano para tomar mi brazo lo aprieta de manera que siento un punzada de dolor.
-Tenemos que hablar y no puede esperar.
Jala de mi brazo y me lleva directo a una habitación al entrar puede ver que parece un consultorio por lo que deduzco que es su despacho libera mi brazo y me da la espalda unos momentos, no sé qué es lo que quiere pero el que me haya traído así no me da una buena sensación.
- Dime que es lo que te pasa.
Sigue dándome la espalda pero no logro entender lo que dice-No sé de qué me habla.
Golpea la mesa de metal de tal forma que el sonido es casi ensordecedor- No mientas, dime ¿Por qué tratas de evitar mis llamas y me ignoras?
Me voltea a ver y veo furia en su mirada, no sé a qué se refiere, ignorar sus llamadas, no hecho tal cosa, al menos que.......