Duele Amarte capitulo 19

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Al llegar a la central, veo que la mayoría de los alumnos de psicopedagogía estaban presentes, mis papas no se irían hasta que me fuera, no quería admitirlo pero quiero sentir su compañía un poco más, se que por lo general no debería ser pero siento que debo dejarlos, después de todo no todos los días me voy de viaje y por tanto tiempo. Busco a Cristina y Marcela ya que me quiero ir con ellas, ya que no me llevo con otras del salón.

Le digo a mi mamá que voy a buscarlas, ella asiente y me marcho, cuando llego a donde están las dos están hablado entre ellas, perece raro y más aun por que las dos no dejan de mirarme como si encontraran la solución.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?

-Sandra, que bueno que llegas- Dice Cristina con cara de alivio.

-¿Por qué?

-Veras, queremos preguntarle al maestro Javier si nos coloco en el mismo cuarto pero no nos atrevemos y cuando te vimos pensamos que tal vez.....

-¿Qué? Que le pregunte yo, eso es lo que pensaron al verme.

-Podrías, por favor- Dice Marcela mientras me miraba con esos ojos de gato que tiene.

-Está bien- Las dos me abrazan agradeciéndome, después de dejar mis cosas camine hacia el maestro Javier pero cuando un alumno se quito me di cuenta de que estaba hablando con el Doc. Sebastián.

Al verlo puede pervivir como el mundo empezó a caminar lento, comencé a fijarme más en el, en su cabello castaño y un poco ondulado, en sus hombros anchos, en como su pecho se inflaba cuando respiraba, la forma en que movía los labios- ¿Podemos ayudarte en algo Sandra?- Estaba tan enfocada en el que no me di cuenta que ya anos pasos de él.

-¿Eh? ¿Disculpe?

- ¿Si podemos ayudarte en algo?

-Bueno vera es que me interesa preguntarle si Marcela, Cristina y yo estamos en la misma habitación.

-Déjame ver los papeles, ¿está bien?-Mientras el maestro Javier buscaba los papeles, mire de reojo al Doc. Sebastián, podía ver cómo me miraba, sus ojos clavados en mi de una manera intensa e intimidante, sentía como algo extraño recorriendo por mi espalda, estas sensaciones no son normales en mi, cuando parecía que el me diría algo la voz del maestro Javier me distrae.- Aquí están Sandra. Efectivamente estas las tres juntas en el mismo cuarto.

-Gracias maestro.

-¿Hay algo mas en lo que pueda ayudarte?

-No eso es todo gracias maestro.

-Ah, espera Sandra, hay algo que debo hablar contigo.

-Si maestro.

-En el viaje iras sentada junto al Doc. Sebastián, para que pueda estar al pendiente de tu salud.

-Pero maestro... ¿Por qué? No creo que sea necesario maestro, el ya viene al viaje no creo necesario esta clase de cuidados excesivos.

-Te equivocas, si son necesarios, estamos hablando de tu salud y es procurarte es lo mas importante en este momento.

-Pero....- No quería que él se quedara a mi lado, no puedo permitirlo.- Maestro...

-Maestro, no será necesaria tanta observación.-Dice el Doc. Sebastián al maestro Javier.-Con que este cerca de ella es más que suficiente, entiendo que como es un viaje escolar ella debe desear pasar el tiempo con sus compañeras y amigas.

-Entonces puede usted sentarse al lado de ella.

-Por mí no hay problema- Dice mientras me mira fijamente, me quedo viendo esos hermosos ojos verdes- Para que la señorita Sandra este lo más cómoda posible.- Este hombre es increíble me mira con cara de superioridad y la forma en que lo dice me molesta tanto, pero por que pretende ser tan amble, ¿es que acaso el planea algo?

-Sandra no le darás las gracias al Doc. Sebastián, por su ayuda.

Se me hace un nudo en la boca del estomago, al tener que demostrar gratitud ante esta persona tan prepotente- Claro que lo hare maestro Javier- Voltee a verlo, le sonreí de manera que mi sonrisa fuera lo menos falsa posible- Gracias Doc. Sebastián, por tales consideraciones que tiene usted con migo, le agradezco con todo el corazón del mundo y espero poder contar con su apoyo en este viaje.- Después de decir estas palabra que sabían cómo vinagre, me despedí del maestro Javier y volví con mis amigas.

Al llegar me miraron de manera extrañadas-¿Que es lo que les pasa?

-¿Sandra porque tardaste tanto?- Me dice Marcela de manera inquieta-Es que acaso el maestro no nos puso en el mismo- Ahora parecía asustada.

-No, no te preocupes Marcela estamos en el mismo cierto.

-¿En toncas porque tardaste tanto?- Ahora era Cristina la que me preguntaba de manera muy alarmada.

- Por que el maestro Javier quería preguntarme si había algún problema con el viaje debido a mi condición.

-¿Y acaso hay algo mal?-Dice mientras me toma de las manos y empieza a ver si tengo algo o si hay algo mal en mi.

-No, todo lo contrario acaso creen que me perderé este viaje.

Nos miramos las tres de manera muy detenida pero no fue por mucho porque un sonido nos distrajo al voltear vimos que el camión que nos llevaría estaba llegando.-Muy bien chicos y chicas acérquense para que se formen y puedan subir al camión en orden.- Todos corrimos para formarnos, nos subimos y comenzó a llegarse, por suerte mis amigas y yo alcanzamos asiento solo que ellas se sentaron juntas y con migo había un asiento libre y dos a mi derecha donde supuse que se sentaría el Doc. Sebastián. Ya eran las 6:30 de la tarde y el camión aun no arrancaba, Cristina y Marcela empezaban a sacar sus cobijas por que tenían frió, es cierto que estamos en Septiembre y el calor se esta oliendo, y aun no hace frió, pero siempre en un camión se debe estar con aire acondicionado, después de uno minutos el camión empezó a avanzar, pero también me di cuenta de que el Doctor estaba ocupando los asientos a mi lado, bueno almenas está lejos a cierta distancia de mí, no nos tomara mucho tiempo en llegar a Navojoa, ya que solo hacemos alrededor de una hora de viaje, pero parece que al lugar a donde vamos está un poco mas retirado.

Después de 30 min de viaje todos estaban dormidos, mire a todos lados y solo veía gente dormida pero cuando dirigí mi vista al Doc. Sebastián vi que en sus manos sostenía algo increíble, cuando me quise acercar mas no pude evitar mi entusiasmo.

-Dios, no puedo creerlo-Volteo a verme con una cara de sorpresa.

-Pasa algo señorita Sandra.

-¿Eh? No, es solo que me sorprende ver que usted está leyendo Orgullo y Prejuicio.-Dije mientras señalaba con la mirada el libro que estaba sosteniendo.

-A usted le gusta este tipo de lectura-Dijo algo incrédulo.

-Claro, me encanta, a mi me fascina leer.

-Eso sí es increíble y qué opina de la historia.

-Es muy buena la verdad, me gusta como los personajes expresan su formas de pensar y además de como avanzan sus sentimientos de manera en que no creen ellos mismos en lo que sienten.

-Es un muy buen punto, pero creo que es una tontería el tener que suplicarle a una mujer para que esta este con él.

-Pero ese es el orgullo el que habla y no los sentimientos, a veces es mejor saber cuando de verdad te quieren y no solo están contigo para obtener algo que satisfaga sus propias ambiciones sin importar el cómo se sienta la otra persona.-De alguna manera el recuerdo de mi ex novio viene a mi mente como el solo esperaba que le diera algo de lo que no estaba segura si podía hacerlo. Sentí una punzada de dolor en mi pecho y una lagrima traicionera se deslizaba por mi mejilla, pero una mano cálida se encargo de limpiarla.

-¿Se encuentra usted bien?-El me miraba con esos ojos verdes azules de una forma muy cariñosa, de manera que intentaba reconfortarme.

-No es nada importante, solo recordé una escena de la novela.

-Bueno, debe descansar un poco a un falta algo para llegar por qué no descansa.

-Si está bien, gracias.

Me fui a mi asiento y solo saque mi cobija me cubrí con ella, voltee a verlo por última vez y cerré los ojos y su imagen a un seguía en mi mente.

Duele AmarteWhere stories live. Discover now