Reiníciame [BTS Yaoi]

Capítulo 53: Duerme conmigo

[Hoseok]

Casi se me paró el corazón al abrir los ojos y encontrarme una figura de pie frente a mí. Solté un grito y me reincorporé de inmediato saltando hasta el otro extremo del sofá. Probablemente hasta habría comenzado a tirarle lo primero que pillase si no llego a escuchar su voz.

- Hobi...

Solté todo el aire que tenía retenido en mis pulmones y relajé todos los músculos, ahora más aliviado. No era ningún monstruo/psicópata que quería matarme y comerme, solo era Taehyung. Encendí la lámpara que había juntó al sofá y suspiré al encontrarme al moreno en frente mío envuelto completamente en la manta.

- ¡Joder Tae, casi me matas del susto! ¿Cómo se te ocurre apar...-Me interrumpí al ver su expresión. No parecía tener buena cara. Me puse en pie, ahora más preocupado que otra cosa y acerqué a él.- ¿Qué ocurre, pequeño?

- Me encuentro mal... creo que voy a vomitar...

"Mierda, lo que faltaba."

Lo cogí inmediatamente en brazos y llevé al baño. Se colocó de rodillas frente a la taza del váter y apoyó las manos sobre ella, haciendo que la manta que antes llevaba sujeta se desprendiese, dejando a la vista todas las marcas que cubrían su cuello y hombros. Tragué saliva y aparté la mirada, intentando no sentirme más culpable de lo que ya lo hacía. Tae terminó de distraerme completamente cuando soltó una arcada.

- Venga, tranquilo... - Susurré inclinándome a su lado mientras comenzaba a acariciarle el pelo.

No pudo responderme porque volvió a soltar otra. Y otra. Y dos más antes de comenzar a echarlo todo. Cerré los ojos para no terminar yo de la misma forma, aunque no me alejé ni un centímetro. Cuando terminó tiré de la cisterna y me acerqué a por unas toallitas para comenzar a limpiar su rostro. Se veía realmente mal. Osea, no mal de feo, más bien vulnerable y frágil. De seguro que era su primera borrachera.

- Me sigue doliendo la cabeza...- Sollozó con la voz entre cortada. Terminé de pasar el paño por su labio inferior, quizás tomándome el más tiempo de lo necesario, y sonreí dulcemente.

- Ahora te doy una pastilla y un zumo y ya verás cómo se te pasa.

Asintió formando un puchero y se echó a mi cuello rodeándomelo con sus brazos y enterrando su cara en él, no dejándome otra opción que tener que cargarle hasta la cocina. Antes de nada agarré una bata al notar que no llevaba nada bajo la manta, la cual se había desprendido por completo y seguía en el suelo del baño. Le coloqué la mullida prenda con cuidado y cargué con él hasta la cocina. Se aferró con tanta fuerza a mí que me costó una vida conseguir dejarle sobre una de las sillas. Cuando lo hice fui rápidamente a por un vaso de zumo y una pastilla de ibuprofeno, pues sabía por experiencia que esta mezcla ayudaba bastante con la resaca.

Le tendí ambas cosas y aunque la pastilla la tragó en menos de un segundo, con el zumo se extendió bastante más, dándole pequeños sorbos cada minuto. Aproveché para ir rápidamente a mi cuarto y cambiar las sábanas de la cama para que así Tae no tuviera que seguir durmiendo sobre las que habíamos ensuciado horas antes. También pasé por el cuarto de Jimin para ver si había vuelto, pero a pesar de las horas que eran su cama seguía intacta. Justo cuando estaba volviendo noté como Taehyung me llamó desde la cocina.

- No quiero más – Me informó al verme en la puerta mientras tendía el vaso de zumo a casi terminar.

- ¿No? – Negó con la cabeza y asentí para terminar bebiéndolo yo mismo de un trago. Luego lo dejé en el fregadero y volví hacia Tae para cogerle en brazos. Se veía tan indefenso que prefería sostenerle en cada momento. Lo dejé sobre la cama y arropé con cuidado.

- Hobi...

- Dime – Respondí sentándome en el borde de la cama y sonriéndole. Inconscientemente comencé a apartar varios mechones de su cara y terminé acariciando su mejilla. Él cerró los ojos con ese contacto y me agarró débilmente la mano.

- ¿Duermes conmigo? – Le miré sin saber muy bien que responder, y al notar mi indecisión añadió en voz baja y con los ojos llorosos.- Por favor...

Suspiré y asentí, adentrándome con él bajo las sábanas, aunque de forma muy diferente a la que había sucedido horas antes. Ahora solo quería cuidarle. Le rodeé con un brazo y acerqué más a mí.

- Gracias... - Se giró y enterró su cara en mi pecho. Sonreí y acaricié suavemente su cabeza notando como iba quedando dormido. Su respiración acompasada no tardó en llenar el cuarto.

- Gracias a ti, pequeño.

Susurré antes de cerrar los ojos y caer igual de rendido.