Reiníciame [BTS Yaoi]

Capítulo 41: Puros caprichos

[Hoseok]

Había momentos en los que no podía seguir el ritmo de Rapmon, intelectualmente hablando, y este era uno de ellos. Llevaba todo el camino filosofando sobre "el amor" y todas las hipótesis que tenía acerca de este.

- Es por eso que las personas no nos enamoramos. Nos encaprichamos. Son términos diferentes y seguimos engañándonos llamándolo de forma distinta para maquillar el concepto y sentirnos mejor con nosotros mismos. Atracción pura y dura, Jhope. Atracción momentánea y nada más.

- Ajá. Claro amigo.

Asentí de la misma forma que había hecho durante su interminable discurso. En realidad yo sabía que todo lo que el rubio decía era por la inseguridad que estaba sintiendo al enamorarse por primera vez de alguien. Era obvio que sentía algo más que atracción sexual por Jin, todos lo notábamos pero nadie decía nada por miedo a su reacción, ya que probablemente se enfadaría y nos tomaría por exagerados y paranoicos que ven cosas donde no las hay.

- ¡Oh! – Interrumpí su monólogo cuando llegamos a la puerta de mi casa. En serio, si volvía a escuchar otra de sus teorías acabaría por arrancarme las orejas.- La llave no está echada, Jimin debe estar en casa.

Entré rápidamente y fui directo al cuarto de mi compañero de piso antes de que Rapmon pudiera abrir la boca de nuevo.

- ¡Jiminnie ya llegu...vaya. Hola Jungkook.

La escena que me encontré me dejó completamente aturdido, sin saber muy bien cómo reaccionar. Gracias a Dios que Rapmon no tardó en aparecer, y él, al contrario que yo, parecía completamente relajado con la escena que había frente a sus ojos. Supongo que para el rapero encontrarse a Jimin en bóxers y con una corbata alrededor del cuello y a Jungkook poniéndose los pantalones era totalmente normal. Sin contar el bote de lubricante que había en la mesilla y las dos esposas enganchadas a la cama.

- H-hola... - Respondió avergonzado el menor de los cuatros mientras agarraba una camisa que había entre las sábanas y se la ponía torpemente.

- ¿A ti no te han enseñado a llamar antes de entrar? Imagínate que nos hubieras pillado hace unos minutos...– Se quejó Jimin a la vez que se deshacía con disimulo de la corbata que tenía alrededor del cuello. Jungkook agachó la cabeza aún más abochornado.

- ¿Y a ti no te han enseñado a pedir permiso cuando quieras utilizar algo ajeno? – Le reproché desviando la vista a la corbata que intentaba esconder entre las sábanas, más concretamente a mí corbata. Jimin me la tendió pero inmediatamente negué con las manos. Ni en broma volvía a usarla después de saber que el moreno la había usado para hacer quien sabe qué tipo de perversiones.- Mejor quédatela.

Jimin se encogió de hombros y la dejó sobre la cama. Por otro lado Rapmon seguí ajeno a la situación. Se acercó a saludar a Jimin y se presentó a Jungkook. Era gracioso porque el rubio no parecía notar lo muy avergonzado que estaba el menor. Lo peor de todo fue cuando se percató de las esposas y fue rápidamente a examinarlas.

- Definitivamente quiero una de estas para Jin – Declaró el rubio con total convencimiento.- ¿De dónde las has sacado?

- Un sex-shop que hay por el centro. –Respondió Jimin sin pudor alguno.- Un día de estos te acompaño. Hay de todo tipo, incluso personalizadas. Y no solo eso, también están forradas por dentro para que no hagan daño ni deje marcas al que las lleve puestas. Mira. Kookie, enséñale tus muñecas.- El nombrado fulminó con la mirada a su novio e hizo como que no había escuchado nada. Pobre Jungkook.

Jungkook y yo aprovechamos el primer momento que vimos para salir de ese cuarto, dejando a los dos pervertidos solos discutiendo acerca de si era mejor que las esposas "dejasen unas atractivas marcas alrededor de la muñeca" o "que la piel quedase igual de intacta y adorable que antes de usarlas". En serio, ese par tenía un grave problema.

- ¿Ya te vas? – Pregunté a Jungkook al ver como comenzaba a ponerse el abrigo. Él asintió.

- Si... Se me pasó la hora y a mis padres no les hará mucha gracia que llegue tarde. Incluso si les dije que iba a estudiar no me creyeron. Probablemente se piensen que estoy de fiesta o algo.

"Bueno, estudiando lo que se dice estudiar tampoco estabas..."

Asentí con una sonrisa y le acompañé a la puerta. En ese instante llegó Jimin corriendo, terminando de abrocharse los pantalones a medio camino. Solté unas risas al ver la cara de Jungkook.

- Espera Kookie – Se colocó una de las zapatillas que tenía en las manos y luego la otra.- Te acompaño.

- Como quieras.- Respondió fríamente el menor. Era más que obvio que estaba enfadado por el bochorno que le había hecho pasar Jimin.

Salieron por la puerta y no pude evitar sonreír al ver como el comenzaban a "pelearse". Envidiaba tanto su relación. Si tan solo pudieran ser las cosas así conmigo y...

- ¡JHope!

"Oh no. Por dios, otro monólogo no."

- ¿Sí Rapmon?

- ¿Te quedan cervezas?

"Gracias al cielo tan solo es eso..."

- En la nevera.

- Perfecto – Entró en la cocina y salió con dos latas. Me tendió una de ellas y abrió inmediatamente la suya para darle un largo trago.- ¡Ey, está buena! – Echó un vistazo a la marca y sonrió sorprendido.- Es la misma que me compra Jin.

- ¿Jin te hace la compra?

- No hacemos compra, hay comedor en el campus. Tan solo es que es él quien repone la mini-nevera que hay en el cuarto. – Sonrió tontamente, tal y como lo haría un enamorado, y yo rodé los ojos al ver la expresión que tanto mostraba lo evidente.

- Ah.

- Hablando de Jin...

Me incorporé con curiosidad. De esto si me que interesaba hablar. Quien sabe, quizás el rubio terminaba por aceptar sus sentimientos y yo era la primera persona a quien se lo contaba. Además, para que mentir, me encantaban los cotilleos.

- ¿Te puedes creer lo que me dijo el otro día?

Negué expectante.

- ¡Que yo era un celoso!

"Mierda, mierda, mierda, ya empieza..."

- Mejor cambiamos de tem...

- ¡Yo con celos de alguien! ¡Por Dios! ¡Ni que me gustase! Además, en mi opinión los celos son...

"¡Que alguien me salve!"