Capítulo 7: Una chica como yo

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KARRIE


Actualidad...

-¡Pero si es la bella durmiente!- exclama una chica cuando Jules abre la puerta.

Me tenso. Pienso en miles de posibles suposiciones como una hermana, una prima, una novia de la que no sé. Me termino de atar los cordones de los zapatos y acomodo un poco mis rizos antes de tomar mi chaqueta de la esquina de la cama.

-Es mejor que te vayas. No es buen momento- escucho decir a Jules desde el piso de abajo mientras abro la puerta de la habitación.

-Lo siento- dice la chica, puedo imaginar que está sonriendo pero ahora no la veo. –Mike viene en camino con los chicos. Algo ha sucedido esta mañana en la...-

La voz de la chica se apaga. Me quedo quieta en medio del pasillo. Quiero irme, pero no quiero pasar por la puerta. Si algo se de los amigos de Jules es que todos son peligrosos, partiendo por Mike y terminando por Marvin, el más joven. Incluso las chicas lo son.

-¿Qué?- pregunta Jules. La chica no responde. La escucho subir las escaleras y estoy pensando en retroceder y volver a la habitación, pero llega antes de que tenga tiempo de pensar claramente y se detiene frente a mí.

Es unos centímetros más alta que yo. Su cabello negro cae lacio en uno de sus hombros. La reconozco. Tiene no más de dieciocho años y su nombre es Beth Hunter. Es la nieta del pastor y sobrina de Violet, la chica rumor en Spring.

Me mira con las cejas alzadas y luego las va bajando al mismo tiempo en que una sonrisa se amplía por su rostro.

Jules llega junto a nosotras y me frunce el ceño. –Beth- dice como amenaza.

-¡Tranquilo!- exclama y se gira para mirarlo –No le diré a nadie tu secretito-

Recuerdo algo en particular de Beth mientras estábamos en el instituto. Ella se dedicaba a vender secretos. Nunca entendí cómo funcionaba eso, tampoco intenté comprar alguno. Siempre he sido el otro tipo de chica, el tipo que cumple con sus deberes y responsabilidades y se mantiene al margen de los arrebatos de las adolescentes. Pero de todas formas siempre escuchaba hablar de ello. Los intercambiaba por cigarrillos o marihuana, o dinero en efectivo en su defecto. Parecía irle bien en ello. Justo ahora deseaba que nadie quisiese comprarle algo.

-Es enserio Beth- Jules sigue con su tono amenazante. Yo solo permanezco muy quieta en mi lugar, mordisqueando mi labio interior.

No puedo creer que todo en mí esté en manos de una chica de diecisiete años. Digo, yo no soy la gran cosa comparada con ella, solo tengo diecinueve, pero ella es Beth Hunter. Es la chica remolino. Si ella quiere destruir algo lo hace.

-Tranquilo- repite ella. Su voz es melosa, como si besara las palabras antes de decirlas. Una voz seductora. Mi voz no sonaba para nada así. –Eres de los nuestros ¿no? Uno no muerde la mano que le da de comer-

De los nuestros. Esa frase se me queda en la cabeza. ¿Está esta chica metida en lo mismo que Jules y sus amigos? La observo bien. Bajo los jeans rasgados y la camiseta negra no es más que una chica de diecisiete años. Noto que bajo su camisa de leñador azul, se asoma el mango de un arma.

Es como yo.

Me pregunto si ella también será la chica de alguien. Quiero decir, yo no soy la chica de Jules, pero soy algo parecido a ello. Ella en cambio parece más adentrada en la situación, quizás si es la novia de uno de los chicos. ¿Dallas? ¿Terrence? ¿Mark? ¿Marvin? ¿Theo? No los conozco a todos, solo a los más cercanos a Jules, él nunca me los ha presentado, pero siempre habla de ellos.

POLICIAS Y LADRONES [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora