Capítulo 11: Guns and love

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KARRIE

Cuando despierto la cabeza me da vuelta y los ojos me arden producto del tintineo de la lámpara que cuelga del húmedo techo de concreto. La habitación completa está húmeda y fría lo que me hace imaginar que estamos cerca del lago o que estamos bajo tierra.

Me cuesta un poco adaptarme a la poca iluminación y al mareo que todo el ajetreo a causado en mí. Cuando por fin me tranquilizo me encuentro con manchas de sangre en el suelo y las paredes. El estomago se me revuelve al pensar en el hombre del estacionamiento.

Tiro de mi cuerpo para levantarme de la silla de metal pero estoy atada de pies y manos, y quien haya hecho los nudos era un buen chico scout.

-Quédate quieta- gruñe Beth apareciendo de entre las sombras donde la luz no llega en las esquinas de la habitación. Va vestida diferente a como estaba la última vez y me hace pensar en que no he considerado cuanto tiempo llevo en este lugar.

-¿Van a matarme?- es lo primero que se me viene a la mente preguntar. Mi voz esta algo dañada, dura y distorsionada por el sueño.

Ella no responde de inmediato. Comienza a pasearse por el lugar mirando las goteras que dejan pasar grande gotas de agua que caen contra el piso manchado. Se detiene sobre una mancha de sangre y la observa, la analiza. Guarda sus manos en los bolsillos de sus jeans, haciendo que los mismos se le caigan un poco de la cintura.

Me mira. -¿No adivinas de quien es esta mancha?- pregunta con cierta emoción en la mirada y en la sonrisa. Es demoniaca. 

Niego con la cabeza, arrepintiéndome de inmediato porque el movimiento ha causado otra punzada de dolor en la parte posterior de mi cráneo donde la misma Beth me golpeo.

-El tío de Mike, Wylis, ¿lo recuerdas?-

Wylis Revenwood solía vivir en Spring Diamond. Era el hermano menor de Michael Revenwood, el padre de Mike. Compartían la mansión antes de la muerte de los padres de Mike, luego se supo muy poco de él antes de que se fuera. 

-La mirada en tu rostro me dice que sí- Beth prosigue y se acerca hasta arrodillarse frente a mí -Él hizo un trato y salió mal, logrando que Mike perdiera un cargamento avaluado en trece mil dolares. Para alguien como Mike no era tanto dinero, pero el honor... eso no se recompone-

La garganta se me aprieta -¿Mike lo... asesinó?-

-No- responde sonriente y se levanta para volver a caminar hacia la puerta frente a mí. -Yo lo hice-

-¿Por qué me lo dices a mí?- pregunto con el miedo haciéndome cosquillas en el cuello. Susurrando mi muerte, mi derrota.

-Me preguntaste si te matarían por todo lo que sabes- sonríe y se apoya en la pared junto a la puerta, con los brazos cruzados frente a su pecho -Wylis no sabía nada y ya sabes que pasó con él. Pero no "te mataran" sino que "te mataré"-

El estómago se me encoje. Eso es todo. Moriré como mi madre. Jenna estará devastada hasta que un día lo superé, John no sabrá que hacer. Pero progresivamente todos lo olvidarán y solo seré la estúpida chica que se atrevió a pisar el terreno equivocado. Solo seré otra cara en el periódico, otro nombre en la lista de delitos de Beth. No seré nada.

No sé en que momento comencé a llorar, pero apenas logro respirar cuando Beth vuelve a acercarse, con paso tranquilo y una sonrisa preocupada que nadie podría creer. -Tranquila, nena, tranquila- dice pero puedo ver como ahoga su risa diabólica -No tenemos que adelantarnos a la situación, ¿de acuerdo? Sí, fuiste estúpida, y sí, hiciste todo lo que te dije que no hicieras, pero también eres la hija del sherif, y la compañera de cama de Jules, así que... tal vez no tenga que matarte hoy-

POLICIAS Y LADRONES [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora