Capítulo 8: Punto crucial

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KARRIE


ACTUALIDAD

Me mordisqueo las uñas mientras espero por la señal de Jules. Quiero salir corriendo de la habitación y volver a casa antes de que John note mi ausencia, pero por ningún motivo voy a poner un pie en la escalera si sé que abajo están todos los amigos de Jules, sus amigos peligrosos, hablando de algo, lo que sea.

La última vez que observé por la ventana hace casi cinco minutos, había tres vehículos estacionados afuera y una motocicleta. Los reconocí como el auto de Terrence, el nieto del alcalde, la camioneta de Dallas, el Jeep de Mike y la moto negra de Marvin.

No estoy segura de que demonios está pasando en el piso de abajo, pero junto con los chicos y Beth, también llegaron otras dos chicas. Una de voz muy chillona y otra que discutía con la primera. Desde entonces solo han sido gritos, insultos, frases entre cortadas y maldiciones.

La puerta se abre y me vuelvo piedra.

-Tranquila, soy yo- dice Beth.

Hay algo en ella que me desagrada. Algo que siembra desconfianza.

-¿Qué está pasando abajo?- le pregunto.

Camina un par de pasos por la habitación, dando vueltas sin sentido -¿Eres la hija del sherif, verdad?-

Analizo si responderle es bueno o malo. Termino asintiendo.

Me observa sin expresión por unos segundos -Y yo que pensaba en Jules como un idiota. Pero es brillante. Desde luego que es un plan maestro...-

La puerta se abre y Jules entra. Con una sola mirada hace que Beth abandone la habitación sin siquiera abrir la boca para protestar.

-No le abras la puerta a nadie- me gruñe. Cierra detrás de él y se acerca hacia mí. -¿Porqué me miras así?-

Aparto la mirada. Un plan maestro. ¿Y si Beth tiene razón? ¿Y si soy parte de un plan para mantener a mi padre a raya? Suena razonable si lo pienso ahora. Quizás no. ¿Cómo saberlo?

-Karrie- se arrodilla frente a mí y apoya sus manos en mis rodillas. Lo miro. -¿Qué fue lo que te dijo?-


TRES AÑOS ATRÁS...

Lysa me aprieta el antebrazo cuando termina de hablar. Su tacto es débil, como el de una anciana. Sus ojos lucen demasiado cansados y no puedo evitar concentrar mi atención una vez más en el moretón oscuro que tiene en la quijada, un poco más arriba de su labio superior roto.

-¿De qué me he perdido?- pregunta Jules apareciendo de improviso en la sala.

Me estremezco, y Lysa se tensa. Sus ojos brillan con miedo antes de despedirse con un asentimiento. No dice nada más. Tampoco mira a Jules en ningun momento. Toma su bolso de la mesita de centro y sale por donde Jules ha entrado dejando la puerta abierta.

-¿Qué te ha dicho?- me pregunta Jules con voz dura.

No le respondo. No lo miro. Me tenso. Pienso en Lysa, en Tara. Pienso mucho en Tara. Por mucho que me esfuerzo no logro recordar el sonido de su risa. Fuimos compañeras en secundaria, en primaria, en la sala cuna cuando mi madre aún estaba viva. Pero ya no puedo recordar su risa.

-¿Karrie?- Jules se acerca. Retrocedo un paso. En la sala el silencio golpea todo, lo derrumba todo. Tiemblo de pies a cabeza antes de darme cuenta de que he comenzado a llorar en silencio, parada a unos pasos de Jules, en medio de la sala de su departamento. -Karrie, háblame. KARRIE-

POLICIAS Y LADRONES [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora