Soy Demonio

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Capitulo 12: Soy Demonio 

Abro mis ojos sintiendo el aire fusionado con el olor de los pinos del bosque. Observo todos a mi alrededor; están llenos de terror, preocupación y al mismo tiempo alegría. Sobre mí, y en todos lados del suelo hay sangre seca por doquier, sé que es mía. No me siento cansada ni con dolor en todo mi cuerpo. Eso me preocupa. El olor de sangre me provoca apetito, siento el calor de los humanos que me rodean y por un momento deseo su suave carne dentro de mi boca.

Suelto un gruñido. Deseo alimentarme y saciar el deseo de sangre.

Observo a todos, no se preocupan de lo que vaya a suceder. De la nada sale Edward, que está preocupado. Me incorporo con un ágil y rápido momento. No entiendo nada, mi cuerpo se movió mas rápido de lo imaginable. Al final me volví decrani? Es como si lo fuera, tengo deseos de matar y de alimentarme con sangre. Tal vez si lo soy.

Asustada, observo mis manos: no tengo el color grisáceo que los caracteriza, pero es mi piel más blanca. ¿Qué soy? Todos mi meran como si fuera otra persona. Y... ¿Qué paso con la guerra? ¿Ya termino? ¡Estoy tan confundida!

— Bella... —murmura Emmett.

— ¿Estas bien? —continua Jasper.

— Creo que si... —intento responder, mi voz es distinta, parece como si mi garganta hubiera descansado y vuelto mucho mejor.

Edward se acerca muy cuidadoso. Trae algo en sus manos, es como una jeringa que por dentro trae un líquido de color marrón. Da un poco de miedo. Mis instintos se agitan, mi cuerpo se aleja de él en un ágil movimiento. Sigo sorprendida por lo que puedo hacer. De pronto siento como unas manos fuertes me detienen por los hombros. Edward ya está frente a mí. Busca un punto específico y clava la jeringa dentro de mí.

En una fracción de segundo siento como mi cuerpo se empieza a dormir y ya no reacciona. Quiero huir de ahí, pero mi cuerpo ya no reacciona como antes. Me siento desesperada.

— Tranquila, es por tu bien. —me dice Edward tomando mis mejillas y besando mi frente.

— Te dormirá un rato. —agrega el otro hombre muy parecido a Edward. Tal vez sea su creador, nunca lo llegue a conocer muy bien.

Hablan con mis padres y mis amigos, no sé lo que dicen, el líquido me ha quitado el sentido del oído y el olfato. Solo estoy recargada en el tronco de un árbol. Tengo ganas de llorar, no sé lo que está pasando y eso me frustra. Solo puedo observar como todos murmuran y se preocupan por algo. Quiero correr pero mis piernas tampoco reaccionan.

— En algunas ocasiones. Sirve para. Es muy efectivo para nosotros —logro leer los labios de aquel creador de Edward, posiblemente trata de explicar para que funciona ese líquido marrón que me inyecto porque también lo muestra a todos.

Continúan hablando, ya menos preocupados que antes. Están preparados para largarnos de este lugar y eso es lo que quiero. Ahora estoy muy enojada con todos y conmigo misma. Tal vez es por el hecho de que soy un demonio, uno de los que yo siempre combatía y que mataba sin compasión. Me ven muy decaída, con mi nueva vista mi madre tiene lágrimas a punto de derramarse por el borde de sus ojos. Quiero abrazarla. Tantas olas de sentimientos me tienen desesperada.

Edward me coloca sobre su espalda y me aferra muy bien a él. Todos vienen detrás de nosotros. El decide irse por las copas de los arboles saltando de uno a otro. Solo observo que sonríe, pero esa sonrisa no llega hasta los ojos. De pronto siento como estoy cayendo en un profundo sueño, pero antes de cerrar mis ojos completamente, veo en área de la guerra. Cuerpos caídos de mis compañeros, cratos muertos por todos lados, los médicos haciendo lo posible por salvar la vida de algunos. Mi inexistente corazón se agita de tristeza. Y entonces cierro los ojos.

Bella CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora