Verdadera Naturaleza

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Capítulo 17: Verdadera Naturaleza

Observo a la pequeña Ness que finge estar dormida. Ella solo cierra los ojos y fingir ser una humana común, pero sus pensamientos están en todos lados mientras descansa. Su cabello, de color castaño rojizo y lindos risos, se extiende sobre el suelo. Ella es verdaderamente linda a pesar de tener ropas viejas y sucias.

— Desearía que mi madre estuviera viva, tal vez no estaríamos solas —suelta de repente y atrae y atención, no la llegaba a comprender.

— ¿Por qué lo dices? ¿ella también era una prisionera?

— Si, nos atraparon a las dos cazando, pero juro que no matábamos a nadie solo queríamos alimentarnos.

— Lo se... lo entiendo —le toque su cabecita para que se tranquilizara un poco.

— Vieron que nosotras éramos madre e hija así que nos trajeron para experimento. Pero mi mamá se rehusó a que experimentaran conmigo, así que decidieron matarla. —su mirada divaga, se veía más triste que de costumbre. No supe que decir, no me imaginaba el dolor que sentía.

— ¿Cuántos años tienes? —pregunte, no sabía su edad después de muchos días de estar juntas.

— Soy una rotenk de dieciocho años pero me sigo viendo de nueve y a pesar de mi transformación aún tengo una mente de niña, eso no lo entiendo. —me sorprendí, tenía los mismos años de vida que yo.

— Es porque aun te sigues manteniendo de esa edad y no convives con mayores. Yo también tengo dieciocho, los cumplí hace algunos meses. y hace poco fui transformada.

— ¿Cómo fue eso? —pregunto curiosa.

— Bueno, yo estaba muerta cuando decidieron transformarme y desperté siendo un rotenk es lo único que sé.

— Increíble, hubiera deseado una transformación así. La mía fue una elección, mi madre se había enamorado de un rotenk, él le ofrecía una vida eterna pero ella no quería porque me tenía a mí. Así que decidí que todos debíamos ser unos demonios por la felicidad de mi madre. Por desgracia es rotenk fue asesinado entonces tuvimos que vivir solas.

— Fue algo muy fuerte para ustedes, ¿verdad?

— Si, un poco —sonrió— lo agradable es que iba a tener a mi madre por mucho tiempo —tal vez si pudiéramos llorar, ella lo estuviera haciendo sin ningún problema.

— Lo lamento mucho —de pronto la puerta fue azotada por uno de los guardas.

Camino hacia a mí. Puso cadenas sobre mis manos y mis pies. Me encontraba un poco débil por falta de comida. Así que tuvo que arrastrarme hasta la otra habitación.

La mujer de coleta rubia me estaba esperando a lado de una silla metálica con varios cables conectados. Otro experimento doloroso, otras heridas que tardaran en sanar y otras esperanzas muertas de vivir. Simplemente suspire y tuve que seguir las ordenes de mis captores.

— Tengo un nuevo juguete —presumía la rubia— Los halcones queremos saber si ustedes son inmunes a la electricidad. Si no es así es posible que mueras por las descargas eléctricas. Así que si gustas puedes decir tus últimas palabras antes de morir —sonrió macabramente.

— Te matare —murmure

— Bien comencemos —su sonrisa se hizo más grade, como si se estuviera burlando de mí.

Me sentaron en la fría y dura silla. Con gruesas agujas clavaron en mi piel conectándolas directamente en mis venas. Realmente la posibilidad de sobrevivir era un veinte por ciento, y de ese veinte por ciento habría que ver si salía ilesa de las descargas eléctricas.

— Eres un buen conejillo de indias para nosotros, pero si te perdemos esto no será un desperdicio. Ya lo veras.

Cerré los ojos antes de que uno de ellos encendiera la luz para que la electricidad se esparciera por todo mi cuerpo. Parecía como miles de células se estuvieran quemando por todo mi cuerpo y así provocarme un terrible ardor. Mientras que me estaba quemando por dentro y convulsionaba, otros halcones más me cortaban las extremidades. Fue ahí cuando sucumbí al dolor y me hundí en un profundo sueño oscuro.

...

— Eres tan patética. Solo mírate, te estas muriendo y simplemente por querer saber quién eran esos halcones. —una voz fría y distante se escuchaba en eco. No se veía más que oscuridad.

— ¿Quién eres?

— No lo necesitas saber, siempre he estado contigo. Si es que tú lo deseas hoy será el día en que cambie tu vida. Podrás salvar a Ness regresar con tu familia.

— ¡Sal de ahí!

— Ven y únete conmigo. Así serás de acabar con los halcones y regresar a tu antigua vida.

— Dime que quieres... —de pronto una sombra clara salió de la oscuridad. Físicamente soy yo, pero su mirada es tan diferente a la mía. Sus ojos son de color purpura y su sonrisa es demente y burlona.

— Ven —estiro su mano hacia mí— Soy tu lado más fuerte, sé que no te gustara en un principio ser equipo conmigo sin embargo gracias a mi ayuda podrás salir de este infierno.

Sentido un terrible aire frio por mi espalda, supe que no era una gran idea unirme con ella. Pero tal vez si tenía razón. Tuve que tomar la mejor decisión, no por mí, sino por Ness. Me acerque tímidamente a ella, no estoy muy segura pero es lo mejor. Ella me abraza y poco a poco mi cuerpo la consume.

— A partir de ahora no podrás deshacerte de mí. Prometo ser buena. Ya somos una sola persona. Trátame bien y vivirás una vida normal —desapareció y me sentí recuperada.

...


Abrí de golpe mis ojos, sintiendo como cambiaban a un color purpura potente. Di un salto hacia delante jalando todos los cables que tenía pegados a mi cuerpo, la silla continuaba funcionando, los cables volaban como locos a nuestro alrededor alcanzando a algunos halcones que trataban de protegerse, pero todo era en vano. Cayeron sin vida en el suelo.

— Tu... no puedes! Te estabas muriendo! —dijo un poco nerviosa la rubia.

— ¿Cuál es tu nombre? —pregunto, mi voz sale más fría y distante, se nota la furia en ella.

— No deseas saberlo —saca una espada para defenderse contra mí— Pero te lo diré antes de que mueras. Mi nombre es Victoria —la hermana de Charlotte quien había sido cruelmente masacrada había terminado jugando con los halcones.

— Tu hermana estuvo muy triste, ¿crees que ella se merecía eso?

— Yo no quería ser un demonio, los halcones me brindaron la oportunidad de continuar una vida humana gracias a su tecnología. Es por eso que estoy pagando mi deuda.

— Es una pena que tenga que matarte. Charlotte no estará muy feliz conmigo, pero necesito vengar lo que has hecho a Ness y a su podre madre. —me preparo mara pelear.

La ataco primero, pero ella comienza a blandir la espada en puntos exactos. Pero mis energías y mi velocidad han aumentado. De pronto siento como algo se va desprendiendo de mi espada y salen dos extremidades similares a los tentáculos del alpha de los cratos. Ña única explicación posible, es que algunas células del alpha se han fusionado con mi cuerpo y hasta ahora se han logrado despertar. Me coloque en un punto donde ella intentara atacar más fácil, el único obstáculo eran los cables. Ella parece un poco frustrada. Sonrió de satisfacción.

— Ten descanso eterno, Victoria —murmuro haciendo que alcance a escuchar. Salto hasta donde esta ella, su espada está apuntando a mí pero con uno de mis extremidades la corto en dos pedazos, con la otra atravieso el pecho de Victoria haciendo que caiga sin vida.

La sangre roja intensa me provoca apetito, y sin dudarlo la devoro toda hasta dejarla casi en los puros huesos. A pesar de ser una personal cruel su sabor era más que exquisito. Decidí llevarle un poco a Ness para nuestro trayecto de huida. Pero de pronto un estruendo se escuchó fuera del edificio haciendo que el sonido de las alarmas se activara. Esta sería una buena oportunidad para escapar. Lo único que esperaba es que Ness estuviera bien.

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Bella CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora