Los Cratos

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Capítulo 4: Los Cratos

Mi corazón late aun más rápido y más fuerte contra mi pecho al ver que Emmett y Jasper  viene hacia mí. El demonio continua mirándome, aquellos ojos dorados parecen como si quisiesen encontrar algo oculto en mi alma. Perece notar mi angustia porque sigue la dirección de mi mirada, comprendiendo lo que está ocurriendo.

Mis compañeros notaran que es un rotenks al ver su piel pálida, ojos dorados, la magnífica belleza que posee y la inconfundible marca purpura bajo su mandíbula. Mis piernas comienzan a temblar más cada vez que se acercan un paso hacia mí, gracias al cielo que no han notado la presencia del demonio. Las ganas de matarlo siguen dentro de mí y no creo resistir mucho tiempo en controlar mis impulsos. El demonio me sonríe; cuya sonrisa me deslumbra pero a la ve trata de comunicarme que entiende lo que está sucediendo.

— Necesito tu ayuda. Es urgente de verdad. Por eso estamos aquí, no queremos dañar a nadie solo queremos ayudar al pueblo de una amenaza que se acerca —. Sin más que decir se aleja. Me sorprendo por lo que acaba de decirme; una amenaza en el pueblo. Eso quería decir que habría muchas muertes y una infinidad de lágrimas que derramar. No me agradaba la idea, pero tampoco me daba buena espina el hecho de que un rotenks, un demonio me advirtiera sobre una amenaza en el pueblo.

Tardo un poco en persuadir lo que me ha dicho, en un corto tiempo mis compañeros ya están frente a mí, saludando y bromeando como siempre. Pero yo, una vez más, estoy intranquila. ¿Y si es verdad que quiere mi ayuda?, ¿y si solo me dijo eso para matarme? ¿O tal vez sacar alguna para saber donde se encuentra la academia? Estoy tan confundida que eso me provoca dolor de cabeza, comienzo a sentirme mal. Espero que el antídoto contra el veneno no tengo efectos colaterales.

Voy caminando lentamente por los pasillos, la herida de la daga con veneno continua doliéndome y al mismo tiempo parece que me quema por dentro. Según Seth, el dolor permanecería por lo menos una semana más, yo solo esperaba que no limitara mis misiones.

Entro a mi primera clase, la cual comparto con Alice y Emmett, quien trata de ligar a una chica llamada Susan que se sienta a su lado. Alice me pregunta por qué no había asistido el día anterior, lo cual yo conteste que había tenido un accidente. Siempre he tratado de limitarme cuando hay personas comunes a nuestro alrededor, también por el bien de mi amiga se que le debo ocultar la mitad de la verdad.

El día continua monótono, hasta la hora del almuerzo. Alice espera la llegada del domino, no quiero decirle a mis compañeros quien es el chico que tanto aclama mi amiga, pero será imposible cuando ellos mismos por su cuenta sepan de la verdad del tipo del cual habla tanto Alice.

El sol resplandece sobre las nubes que cubren la mayor parte del cielo y que solo dejan ver algunos destellos del sol. Miro hacia la entrada al instituto y ahí está el demonio, viéndome sentada con mis amigos los cuales dos de ellos son cazadores, igual que yo. Y si el s da cuenta que ellos matan a los demonios, entonces corren peligro también. Trata de sonreírme, pero yo desvío la mirada a otra dirección tratando de ignorarlo.

— Bella ¿Qué sucede? —pregunta Alice, buscando mi mirada y después gira para ver al demonio, siento mis nervios a flor de piel al ver a Emmett y Jasper observándome incrédulos.

— Nada, solo no me siento bien…. —me sonríe, es inevitable devolverle la sonrisa. En ese momento, cuando se levanta de su asiento quiero salar y detenerla, se lo que va hacer, s que no es buena idea traer al demonio aquí, frente a unos cazadores. Corre hacia al rotenks, cruzan algunas palabras, lo aferra del brazo halándolo hasta nuestra mesa. Esto será el fin de todo.

Mis compañeros se dan cuenta de la verdadera identidad del él a tan solo unos cuantos metros de distancia. Cruzamos unas cuantas miradas y asentimos. Jasper se mueve inquieto en su asiento, Emmett aprieta el borde de la mesa, y yo… yo estoy nerviosa por no saber lo que va a pasar pero mi instinto me llama y el deseo de matarlo me consume, pero otro deseo nace en mí: quiero protegerlo de una muerte segura, abrazarlo contra mí y protegerlo.

Bella CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora