Por Tu Bien

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Capitulo 8: Por tu Bien.

Cuando las misiones se clasifican de alto riesgo, nos dan un papel para escribir nuestras últimas palabras, nuestro testamento por si no regresábamos con vida. A nadie le gustaba la idea de pensar en sus últimos deseos, ni en su muerte.

El bosque y la brisa son los lugares donde mi inspiración fluye por todo mí ser. Es la primera vez que escribo "La última carta", nunca tuve la oportunidad de ir a una misión de nivel cinco, siempre me tocaban de rango dos o tres. Ahora la idea de emociona, pero a la vez me da un miedo fugaz.

No se para quien dedicar las últimas palabras, no conozco a mis padres y solo tengo a Alice y a mis compañeros de equipo, y a Edward.

Demoro demasiado en elegir las palabras adecuadas, pero por fin escribo algo.

"Hubiera deseado tener más tiempo de vida para dedicar algunas palabras de agradecimiento a todos aquellos que considero mis amigos. Pero la vida nos tenía preparada otra escena distinta a la que imaginamos y estoy dispuesta a protagonizarla."

Solo y en ocasiones solo resultaba con algunos raspones en los brazos o piernas. Hasta ese día que deje de ser completamente humana.

Mi existencia termino ese día. No acepto escribir este tipo de cosas con las que me puedo despedir si es que muero. La muerte es inesperada y la considero correcta en su momento. Yo fui entrenada para esto y lo disfrutare como nadie más lo ha hecho.

Guardo el papel en pequeña mochila que cargue conmigo antes de llegar al bosque. Comencé a caminar por un sendero lleno de arbustos y flores muy bellas, sin darme cuenta había caminado a otra dirección llegando a un claro muy extenso.

Escuche unos ruidos de zapatos contra las hierbas secas del bosque. Observo a mi alrededor hasta que dos siluetas negras salen de entre los arboles directo a mí en posición de ataque. Doy un salto atrás evitando el golpe, los sujetos se quedan rígidos frente a mí y asi es como me doy cuenta que es un hombre y una mujer completamente cubiertos de ropas negras, sus capuchas no me dejan ver sus rostros.

Saco mi daga en un movimiento sigiloso, y ellos no tardan en lanzarme todo tipo de shuriken. Corro alrededor de ellos, esquivando las pequeñas armas. No sé en qué momento dude en llevar el equipo completo de batalla. Ahora me lamentaba por haberlo dejado.

La mujer sigue lanzando kunai mientras que el hombre se prepara para atacarme cuerpo a cuerpo. Cuando llega frente a mi, trato de herirlo con mi daga, pero el hace que la suelte en un movimiento rápido. La mujer llega con una daga en mano e intenta atacarme por detrás, pero antes doy un salto de lado derecho, la golpeo fuerte cayendo sobre el sujeto. En ese momento me percato que aquellos tipos no estaban peleando correctamente, si ellos me hubiesen querido matar desde el principio lo habrían hecho ya. Sus ataques estaban limitados.

No duro mucho tiempo en tomar sus armas para poder contraatacar. Lanzo las shuriken sin compasión. El aire contra el acero producen un sonido esplendoroso que hace mis venas arder en emoción. Nunca antes unos insignificantes sonidos y deseos de matar me habían hecho sentir tanta excitación.

Las armas rasgan la ropa de la mujer y la sangre no tarda en emanar un aroma tan pronunciado. Es ahí cuando el hombre se controla y va en su ayuda.

— Creo que ya es suficiente. —lo escucho decir

— Si, pienso lo mismo. Pero aun asi le falta mucho. —no comprendo lo que dicen.

— ¿Quienes son ustedes y porque me atacaron? —exijo saber.

Los dos se incorporan, pero esta vez no están en posición de ataque. Se quitan las capuchas dejando sus rostros al aire. El cabello caoba de la mujer danza en el aire, mientras que los risos del hombre se mueven ligeramente. Su apariencia en joven y vivaz. Algunos rasgos yo los conozco a la perfección. Están en mí.

Bella CazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora