CAPÍTULO 29:

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*POV Escritora*


Lograron ocultar el jet a unos kilómetros del lugar dónde se supone se localizaba su amada.

Una joven rubia se encontraba mordiendo cada una de sus uñas.

-¿Crees que sigan aquí?- Preguntó la muchacha.
-Realmente no creo que se vayan a otro lugar ahora. Mañana en la mañana tienen que estar en Seúl y probablemente estén durmiendo - El castaño miraba atentamente por la ventanilla del deportivo- Le debemos una muy grande Siwon por prestarnos todo esto a última hora.
-Supongo que terminaré debiéndoles mi vida a la mitad de los de tu grupo- Suspiró.
-No lo creo- El varón la miró por un par de segundos y sonrió ampliamente- Cualquier persona que te quiere haría cualquier cosa por verte feliz, y Siwon no es de los tipos que cobran favores, sino que los hace de corazón.- Dirigió de nuevo su vista a el camino desolado en el que se encontraban.

La menor atinó a esbozar una media sonrisa, en signo de agradecimiento, pero ambos sabían que lo que sus amigos estaban haciendo no era por ella, sino porque el chico con cara de pez estaba amenazado con cárcel.

Después de varios minutos de conducir como un loco psicópata, lograron llegar a la dirección que les había indicado el mapa. Se apreciaba una pequeña cabaña de madera a la orilla del mar, siendo la única que habían encontrado en un radio de 10 kilómetros. Muy elegante y costosa a simple vista. Estacionó el auto fuera del lugar con arena y caminaron tranquilamente hacia aquel lugar.

-De verdad espero que todo salga bien. Te deseo lo mejor, Jessica- Pronunció tan bajo el bailarín que parecía que lo había dicho para él mismo.
-Yo espero lo mismo- Se limitó a contestar.
-¡Diablos! Hace tanto calor aquí, incluso de noche- Se limpió el sudor con su antebrazo.
-Lo sé, hemos estado solo una hora en este lugar y siento que ya me deshidraté- Amarró sus largos cabellos dorados en una coleta.
-¡Mira! La luz de la cabaña está prendida- Comentó con emoción el castaño.
-Pero... hace un momento no lo estaba- Frunció el ceño la menor.
-Quizá debamos acercarnos lentamente y con cautela- La miró decidido.
-¡Cautela mis ovarios! No voy dejarla con ese maldito enfermo mental un minuto más- Empezó a acelerar el paso.
-¡No! ¿Qué es lo que te pasa?- Intentó detenerla el mayor- No sabemos de lo que es capaz.- La miró alarmado- Quizá y hasta podría salir con una escopeta y matarnos sin que nadie se dé cuenta, después inventará que nuestro jet se estrelló y nuestra muerte fue al instante y...- Su acompañante solo lo miraba con una ceja levantada y con una expresión bastante graciosa.
-¡Lee! Deja de decir tonterías, eso no pasará- Lo apartó de su camino y siguió caminando.
-Está bien, yo lo entretendré en lo que tú te llevas a Yuri lejos y...
-Mira, Donghae...- Suspiró hondamente- Estoy a punto de tocar la puerta y si sigues diciendo barbaridades, tomaré la supuesta escopeta y yo seré la que te mate- Lo miró seriamente- Así que cierra el pico de una vez por todas.

El muchacho hizo caso a las indicaciones, mientras que la linda rubia daba un par de golpes a la puerta con su temblorosa mano.

-Un momento por favor- Se escuchó del otro lado de aquel trozo de madera que se interponía.
-E-E-Es ella- Tartamudeó la cantante.
-Relájate e intenta respirar profundo. Este es el peor momento para que caigas inconsciente- Agregó el varón.

La muchacha tragó saliva pesadamente, mientras escuchaba unos pasos acercarse cada vez más. La puerta se abrió lentamente, lo cual hizo que para Jessica parecieran años.

Una morena completamente anonadada y con una sábana amarrada al cuerpo que cubría su desnudes estaba en el umbral de la puerta.

La rubia la miró de arriba hacia abajo, frunció el ceño y se apresuró a entrar sin el consentimiento de la ya mencionada. Entró a lo que parecía la cocina de la cabaña y con pesados pasos entró de nuevo a la sala.

-¡¿Qué diablos haces, Jessica?!-Donghae se dirigió hacia la psicópata muchacha e intentó detenerla.
-¡VOY A CASTRAR A ESE MAL NACIDO, HIJO DE P...!
-¡Shh...! Puede que te escuche y salga con la escopeta- El chico tapo la boca de la rubia y miró nerviosamente a todos lados.

Mientras tanto, una estupefacta morena veía la escena con atención.

-Esperen... -Al fin reaccionó- ¿Que hacen aquí?- Interrumpió su pequeña discusión. Miró a ambos y frunció el ceño –Tú...- Señaló a Jessica- Deberías de estar descansando para despertar en un rato muy temprano y prepararte para la boda- Giró su vista hacia el castaño- Y tú...- Lo señaló amenazadoramente- Se pone que tenías que ver a Minho en un par de horas en París para terminar los detalles.

Donghae lo pensó por un segundo y empezó a alarmarse.

-Eso quiere decir que él no está aquí- Sonrió ampliamente la antes psicópata muchacha.
-¡Cierto! Lo había olvidado por completo- Miró a la princesa de hielo y se mordió el labio nerviosamente- Tengo que irme, o sino, empezará a sospechar algo.
-Sí, está bien... apresúrate, yo me encargo de todo.- El cara de pez sonrió y empezó a caminar hacia la salida.- Por cierto...- Llamó de nuevo su atención- Ten mucho cuidado con traicionarme- Lo miró amenazadoramente.
-No te preocupes, una estupidez no se debe cometer dos veces- Guiñó un ojo y se apresuró en salir.

¿La confusión? Mi mejor amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora